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CULTURAL MADRID 06-02-2016 página 21
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CULTURAL MADRID 06-02-2016 página 21

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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ABC cultural SÁBADO, 6 DE FEBRERO DE 2016 abc. es cultura- cultural cultural. asp 21 CAMINOS CRUZADOS. Bajo estas líneas, All of Our Mothers. Caroline Motsoaledi (2012) fotografía de Sue Williamson. A la izquierda, detalle de Azione sentimentale (1973) de Gina Pane Juan Luis Moraza: Agua y grasa Trabaja en balde Moraza para Espacio Mínimo. Cuatro instalaciones que funcionan, pero no junto a las otras i bien podría definirse a Juan Luis Moraza (Vitoria, 1960) como escultor, la realidad es que su concepción del arte hace que este traje taxonómico le quede corto, estrecho e insuficiente. Miembro por generación (más que por convicción) de la nueva hornada de escultores vascos de los ochenta, desde el principio ha estado más interesado por las ideas que por los materiales. Él mismo dirá: Soy un artista desarraigado de los materiales y los procedimientos Así, el espacio mental del lenguaje y de los conceptos ha ocupado en su discurso un lugar tanto o más privilegiado que el físico de las formas y objetos con los que construye sus proyectos. Esta necesidad de recurrir a las palabras y a los códigos lingüísticos le ha llevado a recorrer un camino paralelo en el que la docencia universitaria, la publicación de textos y el comisariado conforman un importante y complementario territorio de actividad. En esta ocasión y el título ya es una pista clara su propuesta es una reflexión, o mejor aún, varias, sobre el sentido y el sin sentido de la noción de trabajo. Una actividad que, realizada con creatividad e inteligencia, puede ser placentera, pero que impuesta deviene esclavitud y alienación. Como el propio Moraza señala: Hoy se ha implantado una noción de trabajo absoluto aplicada a cualquier aspecto de nuestra existencia: trabajamos las emociones, nuestro cuerpo, nuestras relaciones, nuestras formas de descanso; trabajamos nuestra imagen y nuestro futuro. No es la natural laboriosidad de lo real, sino la capitalización instrumental y acelerada de la experiencia Hasta aquí todo bien. La exposición consta de cuatro obras. Dos de ellas, La Fiesta como oficio y Calendario de Fiestas laborables, suponen un claro y acertado cuestionamiento crítico e irónico de ese concepto de trabajo, mediante el uso de tacos de calendario, junto con textos de Moraza. En las otras dos, Erosis (oficios de goce) y Nofondos, francamente no encuentro ningún diálogo y o interrelación. Podría hablarnos de lo que nos hace y nos deshace, nos forma y deforma (la metáfora de la tiza) y o también sobre la transformación del signo gestual en ilegible escritura... Pero no veo para nada la complementariedad. Por separado cada una podría tener sentido e intención, pero juntas terminan por rechazarse entre sí, como lo harían el agua del sudor y la grasa (de los monos de trabajo) FRANCISCO CARPIO S que la artista ge- OBRAS POTENTES gullen al espectador, casi de una neraba con su LAS DE LAS forma más socuerpo. Lejos de ARTISTAS brecogedora y buscar la provoAFRICANAS, QUE potente que las cación, las heriENGULLEN de la propia Pane das que Pane se INCLUSO A LA que en aparieninfligía eran una forma de hacer PROPIA GINA PANE cia podrían causar reacciones visibles las heridas de desigualdad profesional, más dramáticas en el espectamoral y cultural derivadas de dor como El lamento de la serla condición de mujer. Profun- piente silenciosa, de Miriam dizando en estos estigmas cul- Mihindou (Libreville, Gabón, turales y el tema de la herida, 1964) que nos hace traspasar la creadora comenzó al final de los límites de la imaginación su trayectoria una serie que re- mientras cose y llena de cristaflexionaba en torno a la religión, les y monedas unos simples y que fue transformando la he- pantys femeninos. En ella, lo rida sobre su cuerpo en herida agresivo de lo punzante, lo que en lo material. Nos encontra- nos sugiere con los arañazos en mos con propuestas que tratan estas medias (que parecen casi sobre Francisco de Asís y, en el piel y que se traspasan con una cierre de este primer recorrido, aguja asegurando su conteniproyectos de mediados- finales do e introduciéndolo hasta lo de los ochenta donde casual- más hondo para hacer hueco a mente se nos muestra Africa más cristales) nos termina lleBuia (África oscura) casi como vando a lugares más sórdidos punto y aparte para derivamos y profundos que los de encona la muestra comisariada por trarnos con una herida real y abierta en un cuerpo. Orlando Brito El iris de Lucy La memoria, la explotación Más que lirismo económica, o la inseguridad imEsta segunda cita cuyas refle- puesta por el género es lo que xiones son de corte similar, pero nos muestra Billie Zangewa tratadas de forma inversa, de (Blantyre, Malaui, 1973) con lo colectivo a lo individual se unos tapices hechos de retales compone de obras de más de preciosistas. Transmite la esenuna veintena de artistas africa- cia de lo que reivindican: el emnas que reivindican la proble- poderamiento, la reconstrucmática de la mujer en su conti- ción y construcción de la munente. Obras, muchas de ellas, jer como individuo, convirtiendo cargadas de un gran lirismo, el simple caminar por las calles pero con tanta fuerza que en- de Johannesburgo en un acto de rebeldía absoluta, debido a la inseguridad que lo rodea. Cualquier espectador que haya seguido a grandes como Louise Bourgeois podrá recordar las reflexiones de la artista en las que relacionaba el acto de coser con el de curar, y en esta muestra, hay mucho hilo del que tirar; mucho hilo que entreteje obras como materia creadora. Y mucho hilo simbólico, pues lo que Pane nos evidencia al mostrar abiertamente la herida. El iris de Lucy lo exhibe curándolo, cerrándolo, siempre en torno a la posición femenina, en lo político, lo económico, lo social y lo religioso incluso con mucho humor, como las obras de Fatima Mazmouz (Casablanca, Marruecos, 1974) que hablan de la maternidad Pero volviendo a Bourgeois: cerremos todos los símbolos que se generan con la exposición con una araña que nos la recuerda, en esta ocasión, formada por símbolos religiosos y creada por Zoulikha Bouabdellah (Moscú, 1977) NOEMÍ MÉNDEZ En minúscula trabajo absoluto es su nueva aparición expositiva en Madrid tras república (también con minúscula, como suele ser habitual en sus títulos) la muestra que en 2014 le dedicó el Museo Reina Sofía. En cierto modo se trata de un punto y seguido, en el que el cuerpo, un límite que genera otros porque actúa en un límite las ambiguas recepciones de la representación, determinadas escenificaciones objetuales y conceptuales y la interrelación- fricción de la obra y del espectador se entrecruzan. Juan Luis Moraza trabajo absoluto Galería Espacio Mínimo. C Doctor Fourquet, 17. Http: www. espaciominimo. es Hasta el 5 de marzo Gina Pane Intersecciones Comisario: Juan Vicente Aliaga. Hasta el 24 de abril El iris de Lucy. Artistas africanas contemporáneas Colectiva Comisario: Orlando Britto Jinorio. Hasta el 12 de junio. MUSAC. León. Avda. de los Reyes Leoneses, 24. Http: www. musac. es Detalle de las propuestas Erosis y Nofondos (2016)

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