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CULTURAL MADRID 10-09-2011 página 12
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  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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Opinión 12 n la antología La gran novela latinoamericana (Alfaguara, 2011) Carlos Fuentes tiene la amabilidad intelectual de advertirnos de que sus elegidos son los suyos, entre filias y fobias. Unos echarán en falta escritores insoslayables, otros dirán que son superfluos algunos de los que están presentes. Ahí está la vaina: hacer una selección de las filias y las fobias, señalar a quienes creemos buenos escritores y omitir a quienes no nos gustan. A cualquier lector avisado puede gustarle un novelista que no figura en canon alguno y puede disgustarle un narrador que ya está en los altares. De este último puede prescindir, y afirmar incluso que su literatura es mala. En el gusto literario, y en general en el artístico, está siempre presente el dativo simpatético para mí, según mi criterio Afirmar que, en comparación con Nabokov, Houellebecq es un novelista ínfimo, no creo que sea un asombro para nadie. Escribir que Schulberg, de quien Acantilado acaba de publicar la magnífica La ley del silencio, escribe mucho mejor, literariamente hablando, que Houellebecq, no es ningún descubrimiento. El francés es un provocador cultural que escribe novelas. Dicho esto, añadiré que a mí no me gusta lo que escribe; no por lo que escribe, sino por cómo lo escribe. ara establecer un criterio literario y sostenerlo por escrito con argumentos sólidos hay que leer las obras de quienes hablamos y escribimos, de quienes nos parecen buenos o malos escritores. Y, además, por respeto al Tío Albert, hay que compararlos con otros para conocer el orden del rango y la jerarquía de cada uno. Todavía existen supuestos escritores- lectores que mantienen que hablar mal de los contemporáneos es, cuanto menos, una inmoralidad Y ¿de quiénes vamos a escribir en estas páginas y a quiénes vamos a leer hoy: a Lope, a Garcilaso? Hace unos días, en una tertulia privada de ocho amigos más o menos escritores, dije que no me gustaban muchos de los autores que les gustan a la mayoría de los escritores; incluso confesé que tengo una lista de los peores novelistas de España, y otra de los que a mí me parecen los mejores, que alguna vez publicaré en algún lugar del mundo libre. ¿Dónde está mi sacrilegio, queridos amigos? ¿En decir en voz alta lo que ustedes dicen en voz baja para que no se enteran quienes pueden causarles perjuicios? Por mi parte, tanto daño me hagan como miedo les tengo. Hay medios de referencia intelectual y mediática que organizan sus cánones según sus conveniencias, y nada más que a partir de sus conveniencias. Hay quienes, por el contrario, con error o sin él, mantenemos nuestros criterios porque son nuestros criterios, aunque unas veces y muchas más no E A LA INTEMPERIE J. J. ARMAS MARCELO LOS BUENOS Y LOS MALOS Cada vez hay más escritores y más malos, más mendicantes y más meapilas. En cuanto a la poesía, me sigue pareciendo la culminación de la literatura. O se es buen o gran poeta, o se es mal o pésimo poeta nos convenga la inmoralidad de decir que no nos gusta tal o cual autor en tal o cual libro de los escritos por él. ¿Tiene Carlos Fuentes que molestarse conmigo porque sostengo que La muerte de Artemio Cruz es mucho más novela que Gringo viejo o que La región más transparente es mucho más novela que Los años con Laura Díaz? Criticar para bien o para mal a los escritores contemporáneos que amamos o detestamos es parte de nuestro oficio de amantes pasionales de la literatura, de escritores y lectores contemporáneos. No veo en ello ninguna crueldad, ninguna inmoralidad, ninguna impiedad, sino todo lo contrario: compromiso con la literatura y con cuanto somos capaces de leer en cada momento. n nuestra literatura abundan los escritores mendicantes, que defienden a marchamartillo que su ideología esté en el poder, para poder ellos estirar la mano y así caigan los beneficios, las subvenciones, las canonjías y las lentejas del Estado a favor de su fariseísmo. Pero hasta aquí podríamos llegar: a que nos llamen la atención con aspavientos de meapilas porque criticamos incluso con ferocidad a malos escritores o a escritores que nos parecen malos. Hay escritores que no tienen ningún empeño en adscribirse a determinados partidos políticos, que se dicen libres y, en cuanto hacen declaraciones en público de orden político, llaman a la dirección de su partido para que les extiendan la calificación de sobresalientes. Son malos escritores, por regla general, algunos de los cuales figuran en el canon de galardones, supuestas fortunas de anticipos de derechos y glorias nacionales. A este estado de cosas colaboran muchos de quienes se dicen honestos críticos, comentaristas y cronistas del negociado literario, porque tampoco, digámoslo claro, van a morder todo el tiempo la mano que les da de comer. Eso es una cosa, que puede ser criticada o no, y otra bastante distinta que nos critiquen por criticar para mal o para bien a nuestros contemporáneos. Una vez, cuando era más joven, feliz e indocumentado, dije que la novela Daimon era tan importante como Cien años de soledad. Hoy creo que fue una exageración irresponsable, e incluso he llegado a la conclusión de que Abel Posse es un novelista pésimo, de los que articulan su literatura para obtener premios inmediatos y cargos políticos y diplomáticos que poco o nada tienen que ver con la literatura de verdad. Y también afirmo que cada vez hay más escritores y más malos, más mendicantes y más meapilas, dentro y fuera de España. En cuanto a la poesía, me sigue pareciendo la culminación de la literatura: ahí no hay calificativos que valgan. Ni poeta notable, ni discreto ni pasable. O se es buen o gran poeta, o se es mal o pésimo poeta. La novela puede engañar, pero la poesía, mis amigos, no deja lugar a dudas. E P En pequeñas dosis Memorias de un señor bajito Ahora que Azcona vuelve a la vida con la película que le homenajea, y cuyo cartel ha dibujado Mingote (a la derecha) les recomendamos sus Memorias de un señor bajito que editó Pepitas de Calabaza librerías han cerrado en Gran Bretaña desde 2005. Lo cuenta un informe que ha publicado The Telegraph ¿Quiénes han sido los responsables? Las grandes cadenas (supermercados) e internet. Aviso para caminantes 2.000 Dickens vuelve a la carga Aquí, la editorial Páginas de Espuma saca sus Memorias de Joseph Grimaldi inéditas en español, y en Reino Unido se espera como gran novedad del otoño una biografía que abrirá boca para su bicentenario

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