CULTURAL MADRID 25-06-2011 página 9

SÁBADO, 25 DE JUNIO DE 2011 abc. es ABC cultural 09 n su último libro, Acceso no autorizado, mi amiga (vaya por delante) Belén Gopegui se ha decidido por fin a escribir desde fuera de la historia de la literatura. Fue Borges el que afirmó que hay autores que perduran en la historia de la literatura y otros, los menos, en la propia literatura Un ejemplo: a veces hemos creído Orejudo y yo que el autor del Lazarillo no tuvo más remedio que ocultar su nombre. Con su firma, leído como obra de un cultivado humanista, habría ido de cabeza a la historia de la literatura, que era precisamente el sitio de donde quería escapar. Desde fuera, en cambio, pudo escribir en la propia literatura A mi modo de ver, la historia de la literatura sigue anclada, entre nosotros, en dos rancias concepciones aquejadas de artrosis. Por una parte, el sermo ornatus, la idea escolar de que escribir es escribir bien, un texto adornado, con sus metáforas, sus descripciones, sus adjetivos sorprendentes y hasta por triplicado, como el maestro Azorín. Por otra parte, la huida de la realidad (o su limitación, que no es arbitraria, sino intencionada) Escribir bonito y rechazar el realismo parecen ser las dos sagradas misiones del novelista. En los años sesenta, por ejemplo, se hablaba de la superación del realismo a favor de los experimentos formales escribir bonito (o raro o difícil o abstruso) y escribir dentro de un orden (el establecido) que permite ciertos asuntos y personajes y rechaza otros (o los etiqueta, para librarse de ellos, como naturalismo, literatura comprometida o denuncia social) A estas horas aún seguimos con la deshumanización del arte mbas concepciones, me temo, tienen un núcleo común: no estoy tan seguro de que sea posible, por escrito, lo que hacen los grandes toreros: adornarse y arrimarse al mismo tiempo. El buey desollado de Rembrandt no es bonito en el mismo sentido que un paisaje idílico o un hermoso desnudo, y sus pinceladas sueltas parecen violentos arañazos sobre la madera. Tiene otra clase de belleza, mucho más perdurable en la propia pintura (a los expresionistas o a Bacon pongo por testigos) De la novela de Belén están ausentes, como ha señalado con acierto Jordi Gracia, el brillo, la imaginación, la sutileza o incluso el mero impulso de narrar Echa de menos Gracia el ornato, solo encuentra una imagen literaria y afirma: Yo no veo más Claro que no, es que no hay más. Es que está escrita desde fuera, sin querer escribir bonito, sino arrimarse al toro de lo real. Es que no quiere narrar por narrar ni exhibir su imaginación o sutileza: es un buey desollado. E LECTURAS Y RELECTURAS RAFAEL REIG TERMINALES EN RED Acceso no autorizado está escrito desde fuera, sin querer escribir bonito, sino arrimarse al toro de lo real. Es que no quiere narrar por narrar ni exhibir su imaginación o sutileza: es un buey desollado T Pero aquel buey colgado de un madero y abierto en canal, casi crucificado, le retorció el cuello a todas esas crucifixiones bonitas como el Cristo de Velázquez. Suele suceder. El anónimo autor del Lazarillo escribe desde fuera y distorsiona para siempre las vidas de grandes hombres Cervantes da un portazo al salir y le pilla los dedos a la novela de caballerías y a los protagonistas nobles. Galdós, sin adornos (los críticos como Gracia le llamaban el garbancero abandona la sala pisoteando el folletín, La dama de las camelias y toda la novela decimonónica. Baroja coge calle dejando atrás a Azorín, la sintaxis y las exóticas novelas de aventuras. Belén creo que ha hecho lo mismo: salir por la ventana, saltando por encima de géneros populares como el thriller y el docudrama a lo Javier Cercas y su Anatomía de un instante. Los hace añicos, sí, pero del thriller conserva la atracción magnética, la lectura fácil y absorbente, esa urgencia por saber cómo termina. Del docudrama histórico permanece la voluntad de arrimarse a la actualidad (pero sin utilizar el pico de la muleta) A al y como yo la he leído, la novela tiene dos polos. Por una parte, la necesidad de la acción colectiva; por otro lado, la exigencia de responsabilidad individual. Organiza tu rabia era un leitmotiv de la anterior novela de Belén: transformar el sentimiento individual en acción política colectiva. Es decir, conectarnos, trabajar en red y recuperar así el espacio público. Sin embargo, en cada punto de la red hay una terminal. La novela, creo yo, es una impugnación de cualquier intento de justificar la pasividad. A menudo nos decimos que no hay nada que podamos hacer cada uno de nosotros, que no sirve de nada lo que hagamos, que no tiene relevancia. Es cierto que es indispensable la red, unirse y organizarse; pero eso no nos exime de nuestra responsabilidad individual. En cada extremo de la red tomamos una decisión u otra. Lo expresa mejor uno de los personajes: Ella dijo que al final de cada conexión, en cada nudo de la red, había una acción posible. Estás ahí, decía, en la terminal, y aunque la diferencia entre lo que haces y lo que podrías hacer siguiendo tus normas parezca ridícula, y aunque lo sea, también lo ridículo cuenta, y lo insignificante se organiza y deja de serlo. Al fin y al cabo, reía, ser comunista es eso, ¿no? organizar la insignificancia A mí no me cabe duda, eso es el comunismo: la película entera con secundarios. No son las grandes decisiones de los héroes de Carlyle lo que decide la Historia (como en la obra de Cercas) es la suma de actos diminutos de personas sin importancia. El noble arte de envenenar Envenenar se ha puesto de moda en las series televisivas. Empezó Yo, Claudio ahora han vuelto Los Borgia con sus pócimas y las últimas, las Mujeres desesperadas que le dan al anticongelante 100 Ai Wei Wei, al fin, libre Desde estas dosis hemos recogido firmas por la liberación del artista chino Wei Wei. Y el mundo (del arte) entero ha clamado por su libertad. Al fin, libre. Pero no se debe bajar la guardia con la censura AÑOS HA CUMPLIDO Seix Barral. Parafraseando la publicidad que han hecho sobre el libro de Safran Foer, somos lo que comemos podemos afirmar que nosotros somos lo que leemos, y gracias a ellos