CULTURAL MADRID 12-03-2011 página 8

Opinión 08 T iene razón el escritor de al lado: quien siente el pavor del pánico es el delantero que tira el penalti y no el portero del equipo contrario. Piensen en la anatomía de ese instante supremo y saquen consecuencias leyendo Todo está perdonado (Premio Tusquets de Novela; Tusquets, 2011) una novela de verdad, jeroglífica y múltiple: busquen en cada historia el origen del relato, el homenaje del escritor de al lado al gran escritor al que le hace el honor; tracen líneas sobre el Canal Castellana, paseen en barcazas hasta Puerto Atocha, donde yace el cuento gótico del escritor de al lado. En Todo está perdonado está el Marsé más turbio (las tardes de Teresa o Si te dicen que caí) el Mendoza más firme (Savolta) el más inteligente Vázquez Montalbán (el del fútbol) diálogos enteros de Chandler o Hammett, policías corruptos, hijos de papá que juegan a la izquierda y la revolución, terroristas, obreros, mercenarios, asesinatos raros y mucho fútbol: Oé, oé, oé. El escritor de al lado describe en su novela un escenario fantasioso, imaginativo y casi universal, para luego, de un golpe, de un cachetón (hay que estar atentos, lectores, para sentir esa caricia inteligente) despertarnos en una fotografía donde el sarcasmo valleinclanesco, con gruesos trazos de carcajadas color rojo anarcoide, brilla en todo su esplendor contemporáneo. Y el fútbol: el destino único de España en lo universal La Eurocopa de Luis Aragonés une a España en su destino y en la novela del escritor de al lado, con Valle de profeta. A LA INTEMPERIE J. J. ARMAS MARCELO EL ESCRITOR DE AL LADO Rafael Reig ha soltado la metralla que llevaba dentro, sin rencor pero con crueldad; contra nadie en especial, pero contra todos en general. La bomba escrita por el escritor de al lado es de las que hacen época T La historia que relata Todo está perdonado es, en parte, la historia de nuestra Gozosa e Inmaculada Transición, con sus personajes físicamente estereotipados, psicológicamente castrados, repugnantes cada uno en su especie: el acomodaticio, el memorioso, la loquita, la muchacha de siempre, la pobre servidora; el barrio lejano, al fin; el fin del mundo donde termina la novela del escritor de al lado. ¿Cómo comprometerse hoy con una novela? Nada de Sartre y de niños que pasan hambre, sino escribiendo una bomba dentro de una bomba que va a estallar en las manos y en la memoria del lector. El mismo lector que intuye que el reguero de pólvora viene ardiendo en cada página a toda velocidad y que, sarcasmo a sarcasmo, va cayendo como una bomba en su memoria. Todo el espectáculo imaginario de la novela está lleno de un Madrid acuático, de una Castellana por donde corre el agua, dársenas, puertos, hedor de muelle. Y a disposición del lector, las cloacas del Estado en tinta de imprenta; Lecter legalizado y vigilante, para entendernos. or eso, por el paso del tiempo, por las ganas de olvido, por el cansancio de la memoria embustera, el escritor de al lado ha escrito una novela comprometida, que deja al autor a los pies de los caballos de cuyas coces se carcajea por anticipado (con Cervantes y Swift en el espejo) que venga la crítica a interpretar esta novela distinta, que en ciertas páginas es Almodóvar y en otras puro thriller peliculero. Y siempre el diálogo, manejado con una perfección tan peligrosa como envidiable. Claro que hay escritores cobardes, y escritura cobarde también hay: light, la llaman algunos capullos con firma. Es natural que los que practican lo light crean que el juego termina en el aplauso y a otra cosa (cultura del espectáculo, sin más) y se escuden al final en la risita (ji, ji, ji) del impotente que tras más de diez años en el bosque regresa a la casa materna pidiendo el cuidado de mamá. Para matarse de la risa, esa y otras cobardías. Sin embargo, el escritor de al lado hace y escribe una escritura literaria sangrante, violenta, pasional, inteligente, comprometida. Y con un aliciente extraordinario que le distancia de lo light del escritor inútil: no se permite el lujo de escribir mal ni una sola línea. P engo mucha suerte al aprender todos los sábados del escritor de al lado, en este extraño milagro de suplemento, que es como la quilla del Titanic rompiendo el iceberg en mil pedazos y sin sufrir grandes apuros, por lo menos at this moment, en el inmenso Atlántico lleno de nada donde nos movemos, atomizados, al acecho, huyendo de la metástasis. Ya lo dijo Gil Carrasco: Halcón que se atreve con garza guerrera, peligros espera Y eso es exactamente la novela del escritor de al lado: una garza guerrera, dispuesta a entablar combate con ese lector- bobo que quiere que todo se lo den trilladito, lineal, sin graves reflexiones sobre su enfermedad mental, lo light. Tengo mucha suerte de estar al lado del escritor de al lado, como tuve suerte con Manuel Rodríguez Rivero y con Félix Romeo. Ahora, el escritor de al lado, Rafael Reig, ha soltado la metralla que llevaba dentro, sin rencor pero con crueldad; contra nadie en especial, pero contra todos en general, güelfo para los gibelinos, gibelino para los güelfos, en pie, lanza en ristre, en tierra de nadie, entre quienes se defienden desde las cloacas al Estado y quienes quieren que el Estado salte por los aires como una cloaca apestosa. Como dice una amiga mía, ellos somos así paralelo local de lo que mantiene la escritora panameña Rosa Britton: Estamos jodidos todos ustedes La bomba escrita por el escritor de al lado es de las que hacen época, tiran por los suelos castillos de arena y derrumban gigantes de cartón y machanguitos de papel que creen que se han convertido en nuestros fantasmas. Y ahora que todo está perdonado en nuestras vida, entren en la novela. Pasen, piensen mientras leen despacio: véanse desnudos o huyan del delito para no comprometerse. En pequeñas dosis Regenerar la memoria Con más pena que gloria se ha recordado a Joaquín Costa y su regeneracionismo en el centenario de su muerte (el pasado mes de febrero) pese a que vivimos tiempos necesitados de mucho regeneracionismo Más vale tarde que nunca Pero (y proseguimos regenerando a Costa) siempre nos quedará La Residencia de Estudiantes para cubrir el expediente. En esto de las celebraciones es un hacha y esta semana montó un mini congreso regeneracionista John Fante y su sucia estirpe Dice Wikipedia que John Fante (a la izquierda) inspiró a Bukowski para culminar el realismo sucio Pues Fante tiene un hijo de sangre, Dan, que, a sucio, nadie le gana. Ahora se le publica por primera vez en España (Sajalín)