CULTURAL MADRID 26-02-2011 página 8
- EdiciónCULTURAL, MADRID
- Página8
- Fecha de publicación26/02/2011
- ID0005907006
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Opinión 08 a noche del 23- F, hace treinta años, recalamos en Oliver, Madrid. Jesús Torbado, José Esteban, Fernando Sánchez Dragó y yo, entre otros. Se presentaba un libro que no recuerdo y acabamos, en la madrugada, en los alrededores del Congreso de los Diputados. Sobre las cinco de la mañana, volví a mi casa, en Las Rozas. El resto de la noche la pasé masticando ansiedad y buscando un país imaginario donde fugarme para siempre. Había escrito esa tarde un artículo brutal contra el golpe, y lo había enviado a La Provincia, pero el democrático director de ese momento, Guillermito García- Alcalde, un cacique nefasto, deshizo el artículo, le quitó toda la fuerza y el sentido y terminó por publicarlo quince días más tarde, cuando ya no había peligro Todo está explicado en mis memorias, ya terminadas. El martes, día siguiente al 23- F, se celebraba el acto de presentación de la edición española de Bajo el volcán, publicada por Bruguera. Ricardo Muñoz Suay me llamó, suspendimos el acto y lo convocamos para el próximo martes. Allí estuvieron Semprún y Cabrera Infante, que se habían pasado inútilmente varios años deconstruyendo Bajo el volcán y buscándole al texto de Lowry las costuras cinematográficas. Milans impidió con sus tanques valencianos que presentáramos el libro en el ICI, de soltera Cultura Hispánica según denominación animus iocandi del poeta Ángel González. De aquella locura de Milans viene tal vez el doctorado titulado Dinámica sexual de la mujer sorda valenciana, nada menos. Todo esto se lo contaba la otra tarde, junto a la playa de Las Canteras, a Luis Landero, que es un gran novelista y un hombre honesto, lejos de la vida literaria y entregado a una reflexión sobre el mundo que termina por ser un libro todavía sin escribir. e modo que han pasado treinta años y estamos aquí, leyendo y escribiendo, con la esperanza de que pasen otros treinta y todo siga, entre crisis y fiestas, como si nada. La noche del 23- F de 2011, treinta años después de Valle- Inclán, leí, ya en Madrid, con lentitud y placer, el libro de poemas Gata en tránsito (Editorial Alhulia) de Teresa Iturriaga, una gran poeta y una mujer honesta, implacable intelectualmente y muy preparada. Hay en estos poemas escribe J. M. Caballero Bonald en el prólogo del libro, un reiterado empeño de interpretación de la poesía misma como una suerte de enfermedad (la poesía) que sobrevive a la barbarie Sobrevivir a la barbarie: he ahí un destino honesto. Elegir el fracaso: aquí tienen otro destino. Lo que sucede es que la poesía que resiste a la barbarie y la sobrevive canta a la vida, mientras que por regla general la elección del fracaso (y la L A LA INTEMPERIE J. J. ARMAS MARCELO GATA EN TRÁNSITO Este libro de poemas, de Teresa Iturriaga, una mujer honesta, implacable intelectualmente, y muy preparada, es de los que habríamos echado en falta si no se hubiera publicado frustración) termina en llanto y crujir de lágrimas, y la más de las veces el fracaso busca en los demás, en los que no lo han elegido, al responsable de su estado. Como si no hubiera sido una elección personal y voluntaria. Aquel escritor que escoge la barra del bar para cantar su fracaso, está en su derecho. Y en el de beberse una botella diaria de whisky para sobreponerse a su propia derrota. Pero nunca será un hombre o una mujer honesta si utiliza a los demás para culparlos por el error de su propia voluntad. Un escritor determinado entrega su vida a la lucha por defender a los aborígenes canarios y reactuliazar, hoy mismo, su existencia prehistórica. La mayoría de la gente dice que se ha vuelto loco, pero él no ceja. oco y todo, consigue que sus enseñanzas lleguen a su hijo que, en un momento determinado, rapta a la hija menor de una escritora de versos y se la lleva al campo, a vivir en una cueva en medio de un pueblo llamado San Mateo. Durante un tiempo, la raptada y el hijo del loco viven emparejados en la cueva, en régimen de comuna, hacen sus necesidades al aire, comen carne medio cruda y tratan, en esa misma locura, de recuperar la lengua aborigen en la que buscan hablar. La aventura quijotesca acaba cuando los padres de la menor suben al campo a buscarla y la encuentran en el estado en que se va adentrando gracias a las prédicas del loco: en el mismo delirio que el escritor cultiva. A veces, el fracaso es así de loco, aunque siempre hay un hueco entre manglares donde quedaron muchas cosas. Saladas, dulces, desabridas o picantes, las recuerdo únicas según escribe Teresa Iturriaga en Gata en tránsito, un libro de poemas de los que habríamos echado en falta si no se hubiera publicado. Iturriaga es, además, una gran lectora de literatura. Todos los días echa un vistazo a El arte de la guerra, de Sun Tsu, libro del que me regaló un ejemplar, sin ninguna dedicatoria, hace ya casi un lustro; ejemplar que se ha convertido en uno de mis libros de cabecera y que me cura muchas veces las ansiedades con que me acucian fantasma parecidos a los que ataban a Gulliver a la arena. Hoy, años después, la menor raptada por el delirio del hijo del loco es una mujer entera, que lee a Lanza del Vasto y trabaja en París. Cuando recuerda su aventura en la cueva del guanche, recuerda el horror del tiempo pasado, la resistencia a la barbarie hasta encontrar la poesía de le libertad y huir del fracaso al que el hijo del loco la había condenado con la idea de mantenerla así, en el pasado aborigen, durante toda la vida. Luego los que no comen pescado me seguirán diciendo que el pescado es caro y que yo tengo la culpa de que los precios estén por las nubes. Y en este plan. L D En pequeñas dosis La Fábrica fabrica premios La galería La Fábrica, feria a la que va, feria en la que se lleva un premio. En Arco ha conseguido el último. No es de extrañar cuando en sus stands convive M. Abramovic con W. Crewdson, por poner dos ejemplos Horror en el hipermercado Sí, horror en el hipermercado de los libros. Si ustedes leen la lista de los libros más vendidos (página 21) uno no sabe muy bien qué pensar. Pero parece que lo de vender libros es una cosa de coser y cantar Los cubanos y el t terror estalinista E Esta semana leíamos en u periódico: Largas un co en la presentación colas en La Habana de la novel de Padura sobre el asela s sinato de Trotski (a la izqu quierda) por Mercader N No es para menos, la nov vela es fantástica