Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
CULTURAL MADRID 29-01-2011 página 33
CULTURAL MADRID 29-01-2011 página 33
Ir a detalle de periódico

CULTURAL MADRID 29-01-2011 página 33

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
  • Página33
Más información

Descripción

SÁBADO, 29 DE ENERO DE 2011 abc. es ABC cultural 33 PERSONALIDAD PROPIA La Fundación Godia, en Barcelona, propone un recorrido por la Historia pictórica del siglo XVIII, uno de los más olvidados y, sin embargo, muy fecundo estudios y exposiciones de los últimos años debidas a A. E. Pérez Sánchez, Nicola Spinosa o André Úbeda. Tres bocetos preparatorios para los frescos de la escalera de El Escorial y que pertenecen precisamente a la Fundación Godia inician la narración, seguida por la presencia de un pintor y teórico fundamental en la cultura española del XVIII como Antonio Palomino. Todos estos artistas están relacionados tanto con los primeros monarcas de la Casa de Borbón en España, como con los inicios a partir de 1744 de la Academia de San Fernando, cuando aún los modelos barrocos y rococós eran los imperantes, de Giaquinto al gran Tiepolo, del que se expone una feliz versión de un tema tratado por él otras veces como el de Alejandro y Campaspe en el estudio de Apeles (1722) Y si este retrato alegórico y legendario podía poner en evidencia la importancia, incluso irónica y lúdica, del papel de los artistas en la cultura de ese siglo, otros dos retratos de artistas muy distintos y que explican bien los cambios que se producen a partir de los años sesenta del Setecientos también están presentes en la exposición. Me refiero al Autorretrato (1774- 1776) de Mengs, príncipe del neoclasicismo, pintor de Carlos III, y también al magnífico Retrato de Asensio Juliá, pintado por Goya hacia 1798, de la colección ThyssenBornesmiza. Pintor del que se exponen otras dos obras muy expresivas de su trayectoria esta vez al servicio de la nobleza como son La obra (1787) y La beata (1795) Si Maella y Vicente López son dos autores que parecen inevitables en esta sugerente panorámica sobre el siglo XVIII, mención especial merecen las tres del delicadísimo y culto Luis Paret, las dos primeras, dos pájaros para un álbum para el infante don Luis de Borbón, y la tercera, una fascinante representación de La Celestina y los enamorados (1784) tan representativas de la refinada cultura de la ilustración DELFÍN RODRÍGUEZ DE LUCA GIORDANO A GOYA COLECTIVA Fundación Frente a los cánones s indudable que, como ocurre aquí, volver a ver obras que con dificultad salen de las colecciones privadas y de los museos o colecciones públicas constituye siempre una rara fiesta para los ojos y la cultura. Poder contemplarlas se convierte en una oportunidad para volver a pensarlas, a mirarlas en su inequívoca individualidad, siendo sus circunstanciales compañeras de escena como esos personajes que, sin saber cómo, todos contemplamos como afines, incluidas las obras que allí aparecen. Casi me atrevería a decir que cuando salen de su peculiar aislamiento en colecciones y museos, rodeadas de otras pinturas con las que parecen condenadas a compartir destino, obligadas a contar historias museológicas o solo recuerdos de un coleccionista, parecen alegrarse de las nuevas compañías y de poder ensayar otros relatos, sobre todo cuando entre ellas se establece un metafórico reencuentro artístico o histórico, se hubieran o no conocido en su tiempo, pero sabiéndose partícipes de sutiles afinidades. Pues bien, es el caso de esta magnífica exposición que agrupa una veintena de obras muy escogidas para narrar algunas historias y maneras de la pintura del siglo XVIII realizada por artistas europeos y españoles. La vinculación de todos ellos con España es su hilo conductor, trazando a la vez varias historias paralelas y superpuestas que tienen como denominador común los cambios, deudas y homenajes que los pintores establecieron en- E tre ellos y con su época, ya fuera en los entornos cortesanos y cosmopolitas de los Sitios Reales e instituciones como la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, o en sus relaciones con otros mecenas, nobles o religiosos, además de marcar una conexión inevitable en la época con la pintura italiana, sobre todo con Roma, centro cultural de encuentros y desencuentros entre artistas y tradiciones diferentes, del barroco y el rococó al neoclasicismo, a la memoria de la Historia y a las tradiciones académicas, que muchos de ellos protagonizaron y compartieron en la capital, pintando incluso en los mismos ámbitos y espacios. A esos pintores y pinturas Roberto Longhi llegó a definirlos como propios de la cultura de via Condotti de Corrado Giaquinto a Alejandro González Velázquez o el mismo Goya durante su viaje a Italia en 1771. A ellos habría que añadir al arquitecto siempre olvidado José de Hermosilla, que coincidió con los dos primeros en los trabajos para la iglesia y el convento de los trinitarios en la célebre calle romana. Si magníficas pinturas de los dos primeros bellísima la de Venus y Cupido (1754) de Giaquinto y del Goya romano con dos magníficas obras: Sacrificio a Vesta y Sacrificio a Pan, ambas de 1771 pueden contemplarse en la muestra, la genealogía de la historia trazada se inicia con el extraordinario, aunque no siempre bien apreciado, Luca Giordano, cuya obra ha comenzado a mostrarse en su indudable importancia a partir de los Sabor de via Condotti De arriba abajo, El canónigo Mariano Liñán de V. López; Venus y Cupido de C. Giaquinto (en la otra página, su Visión de Santa Teresa y La obra de Goya Godia. Barcelona. C Diputación, 250. Comisario: José Milicua. Catálogo: 35 euros. Http: www. fundacionfgodia. org Hasta el 13 de febrero

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.