Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
CULTURAL MADRID 15-01-2011 página 20
CULTURAL MADRID 15-01-2011 página 20
Ir a detalle de periódico

CULTURAL MADRID 15-01-2011 página 20

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
  • Página20
Más información

Descripción

Libros 20 COMUNICADOS DE LA TORTUGA CELESTE ANDRÉS IBÁÑEZ TÉCNICA E INSPIRACIÓN l acuerdo común asegura que la inspiración es una leyenda un mito (y un mito romántico además, es decir, un mito de la peor clase) El acuerdo común asegura que las novelas (por ejemplo) se escriben con técnica, no con ninguna inspiración mágica. Técnica, técnica, trabajo, sudor, codos. Inspiración: de pronto, algo desciende de lo alto, una visión, una música en el aire, y uno se pone a escribir todo seguido, sin pensar. Y las frases salen solas, como por arte de magia. Esto, se nos dice, es un mito romántico Pero esto, amigo lector, no es ningún mito. Así es como se escribe, exactamente así. Y ¿esto les parece magia Si esto es magia, sin duda la magia existe. No le llamemos inspiración si les parece, sino más bien, un estado. El estado de la creación. El estado de la creación es un cierto estado psíquico compuesto por imágenes, sensaciones y emociones. La emoción, la memoria, la percepción y la emoción trabajando juntas. No es fácil encontrar ese estado. No es fácil mantenerlo. No es fácil reconocer cuándo se ha perdido, cuándo las imágenes ya no sirven y las sensaciones se han hecho meramente mentales. La vida no es un extraño camino donde nos vemos obligados una y otra vez a elegir entre posibilidades opuestas y mutuamente excluyentes. La vida es mucho más compleja y mucho más generosa. Es evidente que para escribir una novela necesitamos dominar la técnica novelística. Es evidente, también, que pocas cosas hay en el mundo tan difíciles como escribir una novela. H ay t a n t a s c o s a s q u e aprender, tantas cosas que saber hacer, tantos resortes técnicos que dominar, que cuando uno se pone a pensarlo casi resulta agobiante. Sin embargo, toda la técnica novelística no vale para nada si no alcanzamos el estado de la creación. Sin inspiración, toda esa técnica es inútil. En E realidad, el novelista no solo necesita dominar la técnica de su arte, sino que necesita dominar, además, una segunda técnica, que podríamos llamar Técnica de la Inspiración. La primera técnica es la más visible, y es normalmente la que se enseña en los talleres. La segunda es mucho más inaprehensible. No por ello es menos importante. Técnica suena a máquinas, a exactitud, a ciencia, a masculino, a adulto. Inspiración suena a naturaleza, a imprecisión, a arte, a femenino, a infantil. En realidad, se trata del viejo problema del principio masculino, dominado por la forma, y el femenino, dominado por la emoción. En el pensamiento indio, la categoría fundamental es la dicotomía forma energía. Pero ambas fuerzas han de ir siempre unidas. No es posible la forma sin energía, ni la energía sin forma. Lo que inquieta de la inspiración es ese carácter femenino, infantil, indómito, indefinible, como en perpetua huida, fantástico, imaginativo, quimerista... Y luego, ¡con lo que nos gusta hablar de técnica! Pero la técnica más difícil que tiene que aprender un artista es, precisamente, la del control de la imaginación y la emoción. Para escribir una novela no solo hay que dominar el tiempo narrativo y la creación de ambiente, sino que es necesaria además una sólida Técnica de la Inspiración. La vida de un escritor es interesante precisamente por eso, porque tiene que vivir desacostumbrándose, saliendo de los estados mentales opacos y poco inspiradores que componen la llamada vida corriente y entrando en el estado de la creación. Y sin embargo tenemos miedo a reconocer la existencia de todas esas cosas: de la maravilla, de la visión, del éxtasis, de la emoción. Nos dan vergüenza. Nos parecen ridículas. Pero el arte trata de la totalidad del ser humano, no solamente de una parte supuestamente racional y no puede, por tanto, ignorarlas. LO TENÍAS QUE HABER VISTO REPORTAJES DE LA HISTORIA Forma emoción MARTÍN Y BORJA DE RIQUER Acantilado Barcelona, 2010 2 volúmenes 2.862 páginas, 85 euros Escribir una novela omos herederos de una búsqueda obsesiva de lo verdadero como fuente de virtud y belleza. Di siempre la verdad nos enseñaron cuando éramos niños. De manera simultánea, existe una condena de lo falso, pues, como señala el refrán, las mentiras tienen patitas cortas Entre nuestros clásicos, Cervantes escribió en el Quijote que la verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua Quevedo señaló en España defendida de las calumnias de noveleros y sediciosos: Trata Plutarco de Homero, y dale por padre un demonio y una ninfa, mentiras con que los griegos se han hecho estimar de los crédulos ignorantes La disimulación barroca impuso tras ellos una ética y una estética con verdades a medias, que eran también mentiras parciales. El mundo se tornó confuso, inmanejable y melancólico, por este orden, al S Principio de realidad perder lo que en nuestros días llamamos principio de realidad y, otra vez en palabras de Quevedo, usurpar el nombre de Historia siendo fábula La consolidación de la disciplina constituyó un salto en la buena dirección, porque puso a disposición de cualquier talento cultivado una formidable herramienta para el discernimiento de la verdad. Así, la Ilustración tuvo una relación excelente con la Historia y aquella centuria conoció grandes historiadores; Vico, Gibbon o Jovellanos, entre ellos. No es casual que en ese contexto naciera el periodismo como expresión de la emergente sociedad civil, pues los individuos necesitaban conocer las noticias Estos primeros periódicos, mercurios, avisos y gacetas, contenían la información valiosa que hacendados, plantadores, comerciantes y armadores no podían ignorar: cargas de barcos, declaraciones de guerra, catástrofes naturales o revoluciones repentinas. También incluían en sus últimas páginas listas de suscriptores, identificados como miembros de comunidades emocionales de lectores. Inserto en esta formidable tradición intelectual de unión de Historia y periodismo, o lo que es lo mismo, verdad y testimonio, que ha determinado el desarrollo del mundo occidental en los últimos siglos, este volumen doble, un verdadero festín intelectual, nos propone un viaje largo en el tiempo y amplio en el espacio. Los 153 textos seleccionados por Martín de Riquer y Borja de Riquer se reparten en dos volúmenes, noventa y tres el primero y sesenta el segundo, con el año 1836 y un curioso apunte sobre hermanos siameses como línea divisoria. Cada uno va precedido de una nota introductoria y bibliográfica. En la medida en que ambos editores asumen en un prólogo demasiado breve que la noción de reportaje implica ofrecer al lector una serie de acontecimientos ocurridos en la Historia y descritos por Hermanos siameses Con sus propios ojos Julio César narra la guerra civil contra Pompeyo. Arriba, Los idus de marzo El Descubrimiento de América tiene un testigo de excepción: Cristóbal Colón De la Revolución francesa escriben Barras, Talleyrand y Fouché

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.