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CULTURAL MADRID 01-01-2011 página 15
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CULTURAL MADRID 01-01-2011 página 15

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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VIERNES, 31 DE DICIEMBRE DE 2010 abc. es ABC cultural 15 por franceses ni por americanos. No podíamos ir a peor, sólo podíamos ir a mejor. Pero fuimos a peor. Los comunistas creían que venían a salvarnos, a liberarnos de la ocupación americana. Hoy intento comprender sus motivos. Una vez que le pones rostro a tu enemigo, ya no es tu enemigo. ¿Qué recuerda de su huida? Ignorábamos adónde íbamos, y para un ser humano no saber adónde va es una tortura. No sabes cuándo va a acabar el viaje ni dónde va a acabar. Yo tuve suerte: era una niña, y a los diez años no me hacía estas preguntas, simplemente seguía a mis padres. Si tus padres están contigo en el mismo barco, te sientes segura. Pero para mis padres, para los adultos, debió de ser horrible. Nosotros llegamos a Malasia como pudimos haber llegado a cualquier otro lugar. Algunos barcos alcanzaron de nuevo la costa vietnamita y sus ocupantes fueron encar- propietaria de un restaurante, crítica gastronómica de radio y televisión; y, ahora, escritora. Cuando eres emigrante, aceptas los trabajos que te ofrecen. No te preguntas qué te gusta y qué no te gusta. Yo nunca me pregunté qué quería hacer. celados. La gente huía en bar- Sigo sin saber qué quiero hacos de pesca. El nuestro medía cer. Me encanta escribir, pero seis metros de ancho por doce no creo que sea escritora. No de largo. En él viajábamos dos- creo que por haber publicado cientas personas. Construye- un libro pueda llamarme esron una especie de segundo critora. piso para que cupiésemos Si Ru es un libro biográfitodos. Y el capitán, en cierto co, ¿por qué se ha escondido momento, reconoció: No sé detrás de Nguyen An Tinh, la hacia dónde vamos Todos narradora? los adultos debían aprender El libro lo he escrito para mí a navegar, a leer la brújula, y para mis hijos, y he querido a manejarse a bordo. Por si que ellos pudieran leerlo no acaso. Mi padre, que no sabía como mi historia, que ya cononada del mar, se convirtió en cen, sino como la historia de el capitán de nuestro barco. Él los vietnamitas que tuvieron nos guió. que vivir ese periodo, esas cirAntes de llegar a Montreal, cunstancias. Muchos lectores vivió en un campo de refu- vietnamitas se me han acercagiados de Malasia. do para decirme: Has escrito Si no hubiese vivido en ese mi historia Es el mejor cumcampamento, no podría apre- plido que me podían hacer. El ciar todo lo que tengo hoy. libro es autobiográfico en el Como lección, aquellos cua- sentido de que todas las histro meses fueron muy positi- torias que cuento las he visto, vos. Lo que vivimos no fue lo las he vivido, pero son subjepeor de lo peor. tivas. Las interEstoy segura de COMO EL PADRE preto, las pinto, que hay quienes me distancio de DE LA viven en las misellas. No son las PROTAGONISTA, mas o en peores historias que EL MÍO PENSABA contaría un pecondiciones. Yo ADORMECERNOS riodista. viví en el filo de PARA SIEMPRE un pozo sin fonEl padre de CON CIANURO do, pero no en el la protagonista fondo del pozo. había previsto, ¿Cuál fue su primera impre- si su familia era capturada sión de Canadá? por los comunistas o por los La primera delegación inter- piratas, adormecer a sus hinacional que llegó a nuestro jos para siempre con cápsucampo de refugiados fue la las de cianuro. Miedo me da canadiense. En ella había un preguntarle qué planes tenía representante de Quebec, y su padre. como mis padres hablaban Exactamente los mismos. Hay francés, los canadienses nos que entender que el país era aceptaron. ¡Guardo cientos un Estado caótico, inestable. de recuerdos de mi llegada a No sabías qué podía pasar. Si Canadá! La nieve, por ejemplo. nos detenían, lo más probable Al ver tanta en el aeropuerto, es que mi padre fuera internapensé que había llegado al do en un campo y mi madre en planeta de Superman. Deja- otro; y a nosotros, los hijos, ba atrás un país en guerra, nos separarían. Esta posibiun campo de refugiados, y lidad aterraba a mi padre. A llegaba a un país tan rico, un hijo lo amas tanto que no con tantísimo espacio, con puedes imaginarte que vaya a tantísima comida y con gente sufrir, que alguien vaya a hatan bondadosa, que era como cerle daño. Quieres salvar a tu aterrizar en un planeta nue- hijo, evitarle el dolor. Cuando vo. Ciencia- ficción. Llegabas un padre abandona a su hijo con piojos, con sarna, con dia- o acaba con la vida de su hijo, rrea, y la gente simplemente no es necesariamente por falta te abrazaba y te acogía. Daba de amor. Puede ser justo por lo igual que no hablaras, que no contrario: porque lo ama mucomprendieras el idioma: era chísimo. El amor por un hijo el paraíso. es sobrecogedor, y ser padre, el Su trayectoria profesional trabajo más difícil que existe. es poco común: ha sido costurera, intérprete, abogada, ANTONIO FONTANA Una vez que le pones rostro a tu enemigo, ya no es tu enemigo asegura Kim Thúy (junto a estas líneas) EL FIN DE LOS BUENOS TIEMPOS RU KIM THÚY Traducción de Manuel Serrat Crespo Alfaguara. Madrid, 2010 145 páginas, 16 euros C on un país de origen donde Ho Chi Minh cuelga de cada pizarra, cada aula y cada oficina, y donde la lectura de Houellebecq ha sustituido a la decadente de Proust en las casas de muchos que nacieron después de la retirada de los franceses, una joven que vino al mundo en Saigón durante la ofensiva del Tet es decir, del Vietcong contra EE. UU. en el año 1968 narra sus recuerdos, treinta años después de atravesar el golfo de Siam junto a su familia, huyendo en un bote de un Vietnam desgarrado en dos Después de la travesía y antes de llegar a Canadá, su benévolo destino definitivo, todos ellos serían enviados a un campo de refugiados de Malasia. Allí, veinticinco personas de cinco familias tendrían que construirse una precaria cabaña junto a fosas sépticas rodeadas de moscas. manos de los americanos, se topará en su registro con algo misterioso: los delicados sostenes de las hijas de la familia, que confunde con los filtros utilizados por su madre, vendedora callejera de tazas de café. Sólo le asalta una duda: ¿por qué había tantos filtros dobles en cajones forrados de papel de seda? ¿Tal vez porque el café se toma siempre en compañía de algún amigo? Como la protagonista de Ru, su estremecedor y delicado debut literario, Kim Thúy huyó de Vietnam a los diez años. La palabra ru en francés, significa arroyo aunque también flujo de lágrimas, de sangre, de dinero En vietnamita, canción de cuna y arrullar Una palabra, curiosamente, de ida y vuelta, como tantas cosas paradójicas y milagrosas, sorprendentes, a pesar de la guerra, de la miseria y la precariedad absoluta, de situaciones de extrema vergüenza sufridas en la infancia por Kim y sus hermanos en su calidad de refugiados apátridas objetos permanentes de beneficencia. La experiencia en los campos de refugiados después de los conflictos, la vida improvisada en barracones o casas de acogida tras la llegada de una supuesta paz o esas inmensas oleadas de migración provocadas por regímenes dictatoriales, produce en nuestros días desde Marisa Madieri, Herta Müller y la croata Dubravka Ugresic al iraní Kader Abdolah obras magníficas, duras y sumamente lúcidas, que combinan dolor y sufrimiento con momentos inigualables de dulzura y calidez. Injertos milagrosos que Thúy va tejiendo de manera poética y emocionante en forma de historias de amor y esperanza. MERCEDES MONMANY Canción de cuna La madre de la narradora, hija de un prefecto de Saigón, tuvo que reciclarse, en un abrir y cerrar de ojos, en mujer de la limpieza y obrera de fábricas, manufacturas y restaurantes en los que su elegante marido trabajaba de camarero. Antes, con su francés perfecto, esta misma mujer pasaba las tardes peinándose, maquillándose y vistiéndose para ir a veladas mundanas. Cuando los comunistas entraron en Saigón y aparecieron unos inspectores para desocupar su mansión, los encontraron recién llegados de un partido en el Círculo Deportivo, ella con su faldita plisada, su marido arrastrando las raquetas de tenis. Un joven inspector, que desde los doce años apenas había salido de la jungla, adonde había ido para liberar el sur del Vietnam de las peludas Filtros para el café

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