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CULTURAL MADRID 25-06-2005 página 32
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CULTURAL MADRID 25-06-2005 página 32

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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A. ARTE EN EL REINA SOFÍA, MÁS GRIS EL MUSEO REINA SOFÍA ACABA DE INAUGURAR LA MÁS AMBICIOSA EXPOSICIÓN QUE SE HA HECHO HASTA LA FECHA SOBRE LA OBRA DE JUAN GRIS. UN CONJUNTO DE MÁS DE DOSCIENTAS OBRAS DE UNO DE LOS MAESTROS DEL CUBISMO, Y DEL COLOR HOMBRE EN UN CAFÉ 1912 (EN LA OTRA PÁGINA) CASAS EN PARÍS 1911 (DEBAJO) DELFÍN RODRÍGUEZ Juan Gris no era ni Juan ni Gris o tal vez ahí resida la clave de su pintura, la de ser y no ser en el lienzo, en la pintura pura, en su idea trascendente del arte, en el más allá que se descubre en su orden de colores y formas, en la vida, prematuramente arrebatada por el destino, dejando abierta así una incógnita sobre la que no cabe preguntarse: sería absurdo. Dicen que fue pintor cubista, el tercero en la jerarquía de los manuales: cosa menor, sin duda, lo dicho en los manuales. Su pintura y su obra terminaron con él, a pesar de influencias evidentes y notables en poetas y pintores contemporáneos y posteriores, aunque no todos lo reconocieron, ya que siempre tuvo ese tipo habitual de comentaristas (pintores, poetas, críticos, historiadores... que lo consideraban y consideran un epígono de lo ya dicho, además de frío y calculador, artesano refinado sin el fuego de la creatividad que debiera atribuirse a un artista, tanto si se le consideraba español y castellano, como si lo era como francés. Pero Juan Gris era y no era todas esas cosas. Es como si su afán por ser otro, por ser Juan Gris, uno con su pintura, hubiera sido el objetivo radical de su existencia, lo que sin duda explicaría muchas cosas. Además, él mismo lo quiso así: Juan Gris, aunque parece que nació, con ese nombre, en España, a partir de 1905, sólo quiso existir desde 1910 ó 1912, y de este modo lo contó su amigo M. Raynal en la revista de Le Corbusier, L Esprit Nouveau, en 1921, en un texto redactado, parece ser, a medias entre Gris, Raynal y Amedée Ozenfant. EXTREMOS POÉTICOS. Muchos de sus contemporáneos, incluido Apollinaire o Lorca, por poner dos extremos poéticos, parecían descubrir demasiada serenidad y monotonía, casi una expresión temprana de la academia de lo moderno, científica, dijo el primero, aunque se tratase de una vanguardia tan decisiva como la cubista. Y es que ya estaban antes Picasso y Braque. Gris sería el tercero: uno más, que puso un orden que parecía ir contra el discurso en progreso de lo moderno. Lorca, por ejemplo, no le entendió, no podía, tan cas- tiza podía llegar a ser su poesía, aunque sí le entendieron otros poetas de la llamada Generación del 27, si existe. A Lorca le pasaba lo que a D Ors: les inquietaba, por distintos motivos, la magia de sus números armónicos y proporciones construidas con el color, como si pintase, que lo hacía, con regla y compás, coincidiendo más con Paul Valéry y M. Ghyka y anticipando el retorno al orden con su idea de que la pintura, como dijera después en su célebre conferencia pronunciada en La Sorbona, en 1924, cuando ya era masón, era una suerte de arquitectura plana y coloreada Tal vez por eso, Lorca, en 1928, dijese de sus obras que le parecían expresiones esquemáticas y frías a pesar de que reconociese que sus pinturas podían desvelar la lírica de la emoción perfecta de un claro de luna o que tienen las guitarras enlazadas con ese delicado sentimiento de peces nocturnos pero era, o parecía, inevitable que las acusase de triste cerebralismo de propias de un cansado intelectualismo porque Gris, decía y es casi un tópico con el que todo el mundo ha jugado, de sus amigos a sus enemigos era un hombre gris Pero ser Gris y llamarse Juan fueron decisiones propias: como Mondrian cuando dejó la segunda a de su apellido holandés para ser otro pintor, para ser otro. No pueden hacerse interpretaciones li- terales de estas cosas, o simplistas, o, sencillamente cronológicas, lo que parece estar de moda y ser revolucionario. Lorca fue incluso más cruel: el cubismo de Gris era castellano por ser el propio de un producto invariante y castizo de la razón y la fe Muchos lo han repetido desde entonces, haciendo a Juan de Herrera la clave de esa tradición desnuda. Pero no les creamos del todo. Otros poetas dijeron cosas distintas. Incluso la poesía que le escribió su amigo parisino Vicente Huidobro así lo confirma. Es más, Eluard, en 1948, todavía podía escribir estos versos sobre la pintura de Gris: Mesa debía mantenerse en pie lámpara quedar pepita de la sombra periódico desatendía su mitad Poesía cubista fuera del tiempo. El procedimiento había sido ideado por el rigor constructivo en el lienzo cuadrado por Juan Gris. Gerardo Diego lo dijo de mil maneras, todas bellísimas. A su muerte, la de Gris, en 1927, escribió: Entretanto yo persigo el destino obtenido en el roce de tus pensamientos inclinados Y, extraordinario, Juan Larrea escribía ese mismo año: Se fue por transparencia como las vagas promesas de una ribera más bien banal hacía calor de héroe y el tiempo estaba pálido MOVIMIENTO PENDULAR. Todo parece oscilar, como en un movimiento pendular, en la obra y en la interpretación de su pintura, en Juan Gris. Buscó la proporción armónica, la medida áurea, el número de oro y lo hizo lógicamente, renunciando a su biografía, porque el madrileño José Victoriano González (1887- 1927) se convirtió muy pronto en Juan Gris, al menos desde 1905, es decir, antes de que los franceses y otros lo consideraran pintor francés, de raigambre clásica, en una tradición idealista que iría de Poussin a Ingres, Corot, Seurat o Cézanne hasta su pintura cubista, que lo era, sin duda, pero también era algo más, no en balde así lo reconocieron puristas como Le Corbusier o A. Ozenfant, o metafísicos como los italianos de Valori Plastici, o creacionistas (cubistas literarios) y ultraístas como Vicente Huidobro, Gerardo Diego, Juan Larrea o Torres García y Barradas, entre otros Para po- LORCA, POR EJEMPLO, NO LO ENTENDIÓ; NO PODÍA, TAN CASTIZA LLEGARÁ A SER SU POESÍA, AUNQUE SÍ LO ENTENDIERON OTROS POETAS DEL 27. A LORCA LE PASABA LO QUE A D ORS: LES INQUIETABA, POR DISTINTOS MOTIVOS, LA MAGIA DE SUS NÚMEROS ARMÓNICOS Y PROPORCIONES CONSTRUIDAS CON EL COLOR, COMO SI PINTASE CON REGLA Y COMPÁS JUAN GRIS PINTURAS Y DIBUJOS 1887- 1927 MUSEO REINA SOFÍA. MADRID C SANTA ISABEL, 52 COMISARIA: PALOMA ESTEBAN. PATROCINIO: BANCAJA Y TELEFÓNICA. HASTA EL 19 DE SEPTIEMBRE ABCD 32

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