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CULTURAL MADRID 08-01-2005 página 32
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  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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PINTURA Arte Retratos de un hombre roto Rafael Canogar Galería Metta. Madrid. C Villanueva, 36. Hasta el 31 de enero LTIMAMENTE se habla mucho de lo bien o lo mal que envejecen nuestros artistas. Normal, porque los supervivientes de una de las mejores generaciones de pintores que ha dado España en toda su historia rebasan ya la frontera peligrosa de los ochenta años, algunos incluso la de los noventa, como Palazuelo (1916) cuya obra última es más juvenil y audaz que nunca, o como el querido maestro Barjola (1919) finalmente asesinado hace unos días por sus grandes lienzos, siempre tan rebosantes, como él, de energía y vitalidad. Es una generación que se forma en contacto con el informalismo y el magicismo en los cincuenta (poco importa pues si nacieron en los años diez o en los treinta, porque en la posguerra la vanguardia fue abolida) y a la que también pertenecen, por citar a los que han expuesto en Madrid últimamente, Tàpies (1923) Guinovart (1927) Feito (1929) y el propio Rafael Canogar (Toledo, 1935) que será el último en envejecer porque era el miembro más joven de El Paso; y con él, en el extremo estilístico opuesto, Antonio López (1936) Mala cosa debe ser que la propia leyenda lo alcance a uno y que el currículum pese (cada vez) más que la obra; y conste que no lo digo por los que, al fin y al cabo, inventaron el informalismo español, que es superior al francés y aún al americano, o el realismo español, sino por algunos artistas mucho más jóvenes que llevan diez años viviendo a costa de lo que presuntamente hicieron en los ochenta. El texto del catálogo de esta última individual está pues dedicado a repasar la brillante trayectoria de Canogar (premiado en la Bienal de São Paulo de Ú ción geométrica silenciosa y colorista hecha de contrastes entre lo liso y lo rugoso (binomio éste que a la postre habrá de definirle y que es también el argumento de su obra última) En los ochenta pinta numerosas multitudes y cabezas esquemáticas flojos homenajes a Julio González que no representan más que una crisis creativa muy profunda, aunque dan lugar a notables esculturas, tanto pequeñas como monumentales y en los noventa, (re) nace O novo Canogar (título de su memorable individual en el Museo del Pobo Galego, 1994) deconstructor, sabio, mago del papel hecho a mano (que rasga o corta para crear ora lo geométrico, ora lo informe) hacedor de negruras, destructor de los límites rectilíneos del cuadro y pese a todo, adorador del rectángulo... Una pintura de fragmentos; unos fragmentos de pintura ha escrito Víctor Nieto Alcalde. Sin marco ni contorno Frontera (2003) Técnica mixta 1972; Premio Nacional de Artes Plásticas en 1983; Académico de la Real de Bellas Artes de San Fernando en 1998... pero, en su caso, las referencias a su andadura son obligadas porque se trata de un artista imprevisible y proclive a los cambios bruscos, cuyo discurso tiene cierto carácter subterráneo: fue alumno de Vázquez Díaz y, como él, postcubista; luego, en la época de El Paso, expresionista abstracto; en los sesenta, cultiva una figuración crítica que participa del pop y del povera (en el gran cuadro titulado Frontera que ahora contemplamos asoman de nuevo unas chaquetas y pantalones viejos y más allá, hay técnicas mixtas con plomo y objetos de plástico o vidrio) en la década siguiente, una abstracCanogar es cada vez más un hechicero de ojos que hurga en nuestra sicología y nuestra percepción: situados frente a las espléndidas e inéditas obras de gran formato Pronaos, Propileno, Toledo notamos cómo la mirada es conducida por el cuadro, cómo las superficies rugosas nos dirigen hacia las lisas, cómo cada color tiene aquí su contrapunto, cada luz su sombra y cada orden su caos. Fuerzas opuestas, lucha de contrarios como parte estructural de mi obra. Construccción- deconstrucción como motor creativo, como realidad del hombre que vive inmerso en sus propias contradicciones dice el artista: sus cuadros, hoy como ayer, somos nosotros, hablan del hombre roto, de su inestabilidad congénita y de las estructuras inamovibles que subsisten como huellas en un cuadro- mundo sin marco ni contorno. Javier Rubio Nomblot COLECTIVA Demonios endemoniados Sólo para las masas Galería Blanca Soto. Madrid. C Hermosilla, 102. Hasta el 29 de enero RAS las siglas del artista- marca PSJM hay dos personas: Cynthia Vieira y Pablo San José. La primera, licenciada en Dirección de Comercio Internacional y Marketing, se encarga de diseñar las estrategias de difusión y lanzamiento comercial de las obras concebidas por el segundo. El reparto de tareas es ya lo bastante elocuente. PSJM se pone así a la cola de una larguísima tradición artística y crítica que en su fase moderna se remonta al movimiento Arts Crafts por lo menos y que reclama, con mayor o menor fortuna y confusión en los términos, una democratización del arte: según el momento histórico, esa democratización puede conllevar la profesionalización y hasta la sindicalización forzosa del sector; la estetización más o menos histérica y fetichista de todos los elementos que conforman la vida cotidiana en las sociedades post- industriales o la adopción supuestamente subversiva de las maniobras mercadotécnicas del capitalismo tardío. PSJM opta por ésta última variante: con cierta ingenuidad se ha jactado en alguna ocasión de haber adoptado cínicas sic estrategias comerciales para difundir su obra. En la breve colectiva que ha organizado ahora la galería Blanca Soto se ha elegido obras de artistas y colectivos pertenecientes como éste a una generación multimedia de jóvenes creadores que tendrán la tarea de convertir lo esotérico en exotérico conectando con el público no entendido y conservando, sin embargo, su estatus de arte avanzado T Tarea peliaguda donde las haya. Antes de ponerse a ella, sería recomendable definir con la mayor precisión posible términos que el brevísimo texto de presentación maneja con aplomo envidiable: vanguardia arte avanzado gran público son conceptos muy resbaladizos, y usados a la ligera, pueden conducir al paternalismo social disfrazado de corrección política. Nociones de las que abominó la primera generación de teóricos y artistas posmodernos y que más recientemente han reivindicado teóricos del calado y la lucidez de Hal Foster o Benjamin H. D. Buchloh, imprescindibles para quien se interese por estos temas. Mordacidad sibilina Por lo demás, encontramos en la exposición material documental de Josechu Dávila, relacionado con su proyecto Usted forma parte de una obra de arte. Expuesto no hace mucho en esta misma galería, manipula con mordacidad casi demasiado sibilina e intenciones difíciles de seguir la milla de oro en el corazón del barrio de Salamanca, emblema por excelencia de lo pijo; del colectivo El Perro, siempre interesante en sus flemáticas intervenciones en espacios urbanos y en sus sátiras tongue- in- cheek de las dentelladas que la esfera de lo social le pega a un ámbito de lo privado cada vez más mordisqueado; y de Avelino Sala, que continúa retratando con parquedad y ausencia de énfasis el vacío dolorido que se encuentra en el centro del estar- en- el- mundoahora Javier Montes Protesta, del colectivo PSJM 32 Blanco y Negro Cultural 8- 1- 2005

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