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CULTURAL MADRID 21-06-2003 página 5
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CULTURAL MADRID 21-06-2003 página 5

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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Guía de lectura la neolengua que Orwell inventó en 1984, ese idioma sintético concebido para disminuir, en vez de ampliar, el ámbito del pensamiento. Y además, Orwell advirtió en uno de sus magistrales ensayos literarios el que dedicó a los Viajes de Gulliver de Jonathan Swift que la tiranía de la opinión pública era tan peligrosa para las democracias como lo era la tiranía de los partidos únicos. Y nadie podrá negar que vivimos ahora en esa tiranía invisible de la opinión pública (o de los índices de audiencia, lo mismo da) vicario feliz hacía doscientos años, pero que le había tocado nacer en una época maligna y que no podía escapar a su maldición. Durante la Guerra Civil española, Orwell luchó como voluntario en un destacamento del POUM, un pequeño partido de tendencia trotskista. Destinado en el frente de Aragón, se negó a dispararle a un soldado franquista que huía de una letrina, con el argumento de que un hombre decente no le podía disparar a un pobre diablo que corría por una trinchera con los pantalones bajados. Varios meses después, en la primavera de 1937, una bala enemiga le atravesó el cuello. Orwell se curó en Barcelona, donde vio cómo los comunistas disolvían el POUM y perseguían a sus militantes, a los que acusaban de ser agentes fascistas. Orwell tuvo que ocultarse en una iglesia quemada y dormir en el banco de una calle. A su mujer la interrogaron los policías del Servicio de Inteligencia Militar controlado por el PCE pero por ser mujer no se atrevieron a registrarle sus pertenencias. Eso la salvó. Orwell y su mujer tuvieron que huir de España como proscritos. Desde entonces, el escritor se convirtió en un anticomunista notorio que no cejó ni un instante en denunciar la propaganda soviética. Y en 1949 no vaciló en entregar una lista al Servicio Secreto británico de simpatizantes comunistas, a los que acusaba de ser más leales a Stalin que a las democracias occidentales. LIBROS DE GEORGE ORWELL: s Sin blanca en París y Londres 1933 Traducción de José Miguel Velloso. Destino. Barcelona, 1983. s Los días de Birmania 1934 Traducción de Manuel Piñón García. Ediciones del Viento. La Coruña, 2003. s La hija del reverendo 1935 Traducción de Emilia Palomo de Valente. Alianza. Madrid, 1984. s Que no muera la aspidistra 1936 Traducción de Cristina Salmerón. Tusquets. Barcelona. Fecha prevista de publicación: diciembre de 2003. s El camino de Wigan Pier. Traducción de Ester Do- Como el cristal de una ventana La buena prosa es como el cristal de una ventana escribió una vez George Orwell, y la suya es un modelo de cómo se debe escribir con precisión y claridad. En el verano de 1980 compré su Homenaje a Cataluña en la estación de tren de Inverness, en Escocia. Devoré el libro en un vagón casi vacío que atravesaba las Tierras Altas escocesas, y desde entonces Orwell ha sido uno de mis escritores favoritos. Poco importa que el cristal de la ventana de Orwell dé al escaparate sombrío de una tienda donde se venden tripas de cerdo, o a las trincheras del frente de Aragón durante la Guerra Civil española, o al patio mojado de una cárcel birmana donde va a tener lugar el ahorcamiento de un prisionero. Escriba lo que escriba, Orwell saber convertir lo que cuenta en un relato que de algún modo nos plantea una incómoda pregunta moral. La libertad es el derecho de decir a la gente lo que la gente no quiere oír Ésta es una de las muchas frases lapidarias que nos dejó. George Orwell se llamaba en realidad Eric Blair, pero se cambió el nombre cuando publicó su primer libro, porque Eric le parecía demasiado aristocrático y prefería un apellido más corriente que Blair, tal vez porque sospechaba que algún día iba a ser el apellido de un primer ministro. Eligió Orwell cuando vio que era el nombre de un pequeño río del interior de Inglaterra. Orwell nació en 1903, en la India, donde su padre ocupaba un cargo subalterno en la Oficina del Opio (el organismo público que supervisaba los envíos de opio a la China, envíos que entonces eran tan legales como las partidas de polo) Una vez establecido en Inglaterra, fue un niño rebelde, solitario, atormentado, reservado y distante. Tenía un espíritu espartano y un extraño instinto masoquista. Se educó como becario en Eton el selecto internado para la clase dirigente británica y desde entonces hizo todo lo posible por rechazar el esnobismo clasista en el que se había educado. Al salir de Eton se dedicó a vagabundear con los desharrapados, durmiendo al raso o en albergues de caridad. También se dedicó a recoger lúpulo en los campos de Kent. En 1922 se hizo policía en Birmania, en parte porque no tenía otra cosa que hacer y en parte para seguir la carrera de su padre. Abandonó la policía en 1927, asqueado de todo lo que había visto. Luego fue lavaplatos en París, profesor en un colegio y empleado de una librería de viejo. Su primer libro se llamó Sin blanca en París y Londres. Durante los primeros quince años de su vida literaria, Orwell tuvo que acostumbrarse a vivir con muy poco dinero. Orwell fue una extraña mezcla de izquierdista y conservador, un revolucionario que añoraba la vida de los tiempos anteriores a la Gran Guerra como lo definió su amigo Cyril Connolly Una vez, poco antes de venirse a luchar a España, escribió un poema en el que decía que podría haber sido un nato. Destino. Barcelona, 1982. Orwell en España (Homenaje a Cataluña y otros escritos sobre la Guerra Civil española) 1938 Edición de Peter Davison. Traducción de Antonio Prometeo Moya. Tusquets. Barcelona, 2003. s s Subir a por aire 1939 Traducción de Ester Donato. Destino. Barcelona, 1993. s Rebelión en la granja 1945 Traducción de Rafael Abella. Destino. Barcelona, 2002. s Una buena taza de té 1946 Traducción de Ester Ojos de santo gótico Ascético y frugal, Orwell tenía un bigote castrense y unos ojos fríos e iluminados de santo gótico. Siempre se las ingenió para elegir la opción vital más perjudicial para su salud y su comodidad. Vivió en pisos destartalados y húmedos, y nunca dejó de fumar a todas horas, a pesar de una vieja lesión pulmonar que acabaría degenerando en la tuberculosis que lo mató a los 46 años. Durante la Segunda Guerra Mundial, les preguntó a los pacifistas británicos que se expresaban libremente en la Prensa si tenían noticia de la existencia de pacifistas en la Alemania de Hitler o en la Rusia de Stalin. Y entonces concluyó que el hecho mismo de la existencia de pacifistas en las democracias occidentales probaba que Inglaterra y Estados Unidos estaban combatiendo en el bando que tenía la razón. En septiembre de 1945, huyendo de la fama recién estrenada con su sátira Rebelión en la granja, y sospechando que le quedaba poco de vida, Orwell se refugió durante la mitad del año en la desolada isla escocesa de Jura. Un amigo que lo visitó en Jura afirmó que Orwell vivía en la casa menos habitable de las Islas Británicas La granja no tenía electricidad ni teléfono ni comodidades de ningún tipo. Orwell escribía como un loco las páginas de 1984, encerrado en una habitación helada y fumando sin parar. Fue una decisión temeraria que aceleró su muerte. En 1949, medio año antes de morir, cuando estaba hospitalizado en un sanatorio para tuberculosos, Orwell tecleaba sin uñas en una máquina de escribir, acusándose de no haber trabajado lo suficiente. Si tenemos en cuenta que dejó seis novelas entre ellas las magistrales Los días de Birmania y Rebelión en la granja además de tres libros autobiográficos, encabezados por su extraordinario Homenaje a Cataluña, y cuatro amplios volúmenes de ensayos y artículos muchos de los cuales figuran entre los más perspicaces del siglo XX hay que concluir que su complejo de culpa era cuando menos exagerado. v Donato. Destino. Barcelona, 1985. s 1984 1949 Traducción de Rafael Vázquez Zamora. Destino. Barcelona, 2002. s A mi manera. Traducción de Rafael Vázquez Zamora. Destino. Barcelona, 1976. s Diario de guerra (1940- 1942) Traducción de Verónica Teixidor de Ventós. Destino. Barcelona, 1984. s Escritos (1940- 1948) literatura y política. Traducción de Concepción Bados. Octaedro. Barcelona, 2001. LIBROS SOBRE GEORGE ORWELL: s Gutiérrez Álvarez, José: Orwell agotado Barcanova. Barcelona, 1984. Hitchens, Christopher: La victoria de Orwell. Traducción de Eduardo Hojman. Emecé. Barcelona, 2003. s s Lázaro Lafuente, Alberto: Pensamiento y obra de George Orwell. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Valladolid. Valladolid, 1987. Lewis, Peter: George Orwell, el camino a 1984. Traducción de Joaquín Bochaca. Nuevo Arte Thor. Barcelona, 1984. s s López Acotto, Andrés: Orwell y España. Akal. Madrid, 1985. Shelden, Michael: Orwell, biografía autorizada. Traducción de César Aira. Salamandra. Barcelona, 1993. s 5 Blanco y Negro Cultural 21- 6- 2003 Selección de Félix Romeo s Meyers, Jeffrey: Orwell: la conciencia de una generación. Traducción de María Dulcinea Otero- Piñeiro. Ediciones B. Barcelona, 2002.

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