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CULTURAL MADRID 21-12-2002 página 15
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CULTURAL MADRID 21-12-2002 página 15

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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Metáforasde Iberoámerica; 0 oc. 4 t- I Un precursor centenario IN ruido, muydespacio, ava lado por la sanción benéfica del tiempo, Felisberto Hernández llega airoso a su centésimo cumplea ños, tan aparte como siempre en el caso de la literaturauruguaya. Y per dura, junto a tan meritoria insulari dad, su alcurnia de personaje de no vela que excitala imaginacióncon sus andanzas de pianistade cine mudoen las provincias rioplatenses en las dé cadas del 20, 30 y 40 del siglo pasado, sus fracsde segunda mano, sus nume rosas mujeres complejas, su leyenda de conversador pary su inagotable sin anecdotario absurdo. Si a contraco rriente nadé, diriase intuitivamente encauzado por el caudal misterioso de los sueños conlos que traficóy por su estirpe de funámbulo del trapecio lite rario. Huyó- en fechas tan tempranas como 1925, 1929,1931- -folclore, del del documento, del lugar común y de la bandería políticamente comprome tida que- algo más tarde- -ya quería convertir al escritoren un clérigo. Fue acaso, al menosen la prosa, el primero que en el Uruguayescribióen los már genes de su obra, observándola y ana lizándola, mirándolade reojo, hablan dole desde las orilla S DANUBIOTORRESFIERRO Cortot, comienza una obra literaria (en sus inicios publicada por cuenta propia en volúmenesesmirriados) que tendrá como figura central a un con certista, transmutaciónde aquel eje cutante concienzudoque alguna vez deseó- también- competircon Beetho ven y Chopinen la composiciónmusi cal. Hastase podríaafirmarque llevó la vida vagabundade un pianista de provincias y padecióel fracaso nada más que para legar al universo de la ficción las réveriesde un personajeso litario y de sensibilidad enfermiza. Un personaje dedicadoa revelar anoma lías (y analogías) imprevistas y sor prendentes en la lisa superficiede las cosas cotidianas y en el desarrolloalo cado del humano pensamiento. Un espíritu fantástico Dueño de una cosmogonia propia, fiel a sus inspirados origenes engen dradores, el escritor es en estos tran ces un visionario llegado como de re giones muy remotas, quizás primiti vas, un espíritu fantástico que desvela arcanos y propone encuen un tro con el reverso del universo, conla otra orifia inusitada, con los abismos del sinsentido. Los vínculos sonáinbu los entre las cosas, los vericuetos ex travagantes del pensamiento, incluso las colisiones aleatorias entre la per sona y su cuerpo (Yosé que en el cuerpo circulan pensamientos con los pies desnudos se constituyen aquí en elocuentesclavessigilosas, en ritos que desnuda el oficio incógnito del arte. Y de esos trámites surge una li nea melódica meditabunda y cavilosa que se presentainvestida de esencias musicales, de modulacionesenigmáti cas y con una dicción cristalinade re sonancias que se corresponden y reci clan, de disonancias que se atraen y repelen. Leer a Felisberto equivale a escuchar música: una ensoñacióna la que nos entregamos y por la que nos dejamos llevar. Podría hablarse de una reivindicción del pianista frus trado sobre el escritortriunfante. Relatos autobiográficos, cuentos fantasmagóricos, nouvelies bufones cas, unos y otras marcadas por el hu mor y la ironía, por lo perverso y lo maniaco, unos y otras regidas por el comentario que organizalas partes y rige el todo, pautan el espacio trans gresor y tan rarofecundado por Felis berto, Tales textos son hoy, con mayor enjundia cuantomás pasa el tiempo, un continuo creadoren el que alienta el tránsito de la prosa narrativa a la poesía- la expresiónque más aspira a la música- ese toque milagroso que detiene y atrapa el instante fugitivo, esa almaque cenfra su ojo intelectual en lo que se escurre y lo que se pierde y nos los vuelve perdurables, por siempre nuestros. Una estética, en suma, de una modernidad viva, asom brosa Entre el cieloy la tierra Más aún: en su conveniode la prác tica literaria el escritor, habitante del adentro de la arquitectura por él cons truida, está por encima del cielo y por debajo de la tierra que configura, y que es capazde verse comoun otn) como un desconocidoque inopinada mente inventa fábulas, y que, en un tercer y extremosomovimientode esa secuencia de transmutaciones, des se dobla todavía porque él tambiénera un desconocidode sí mismo Así, Fe lisberto se situaba, vanguardista ci bours en unos aledaños de esplendor de las vanguardias como fueron los suyos, entre y bajo las máscarasy los disfraces del carnaval escritural, fiando en la autarquíaaltiva del equi librio formalde la literatura, apostán dose en una actitud crítica gobernada por ese extrañamiento a la vez que teje y destejela tramatanto del trans curso como del discurso de sus cuen tos y sus nouvel ¿Será por este 01l es. timo título que la moda literaria ac tual rindeun culto posmoderno su a trabajo, en abierta antagonia con un escritor que se despreocupó militantemente de las novelerías y el esno bismo conceptuales? En Tandil, un pueblo del interior argentino, luego de aguardar varias semanas por un concierto que nunca se materializó, Felisberto escribió a una corresponsalcómpliceque laan gustia toma forma literaria Era el preanunciode que el pianista se volve ría escritor. efecto, despuésde años En dededicarsealpianoconlapretensión secreta de emular a Paderewski y a 15 Blancoy NegroCultural 21- i2- 2002 e 1

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