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CULTURAL MADRID 21-12-2002 página 5
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CULTURAL MADRID 21-12-2002 página 5

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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tura (y con la vida, repito; la literatura no es más que una forma de la vida) a lo largo del si glo XXI, Ni siquiera sé lo que ha pasado con ella en el siglo XX Suscribo estas palabras que figu ran en los preliminares de uno de los libros de en tica que ha valido la pena leer en este año: me re fiero a De qué hablamos cuando hablamos de li teratura. Las formas del discurso, que ha escrito Juan Carlos Rodriguez. Al patrón del dirty rea llsm, Raymond Carver, le debe el título y al poeta Angel Gonzálezun lema que también copiaré: El arte es largo. Pero la vida corta como un cuchi llo Y es que el aparente escepticismo pirrónico no tiene que ver con la irresponsabilidad. Lineas después, el crítico granadino dice, por ejemplo, que quizás la literatura debiera enmarcarse más bien en la relación de un yo- todo lo fragmentario que se quiera- -con un texto que sólo se afirma al borde de su propia muerte; quizá pudiera ser (o no) el último momento de verdad de la litera tura) Lo que no es poco... GNORO, pues, lo que pasará con la litera lismo. La sospecha se transforma en evidencia cuando tres vascos escriben sobre el delirio de sus conciudadanos, cuando un español en la cin cuentena de su edad lo hace sobre el doliente na cionalismo liberal (y, de paso, sobre el otrO... o cuando dos catalanes piensan con solvencia a propósito de la política de su propia lengua o acerca de la debilidad congénita del naciona lismo español. No es sólo cuestión de oportuni dad política, ni menos todavía resaca mediática del 11 de septiembre, paradigma del rio revuelto donde siempre ganan los mismos pescadores. Se trata- -ytodavía cabría remitirse a algún libro que habla de todo esto, a la vez, y también de cómo se escriben los periódicos- -de reflexionar acerca de las relaciones entre el lenguaje y la ver dad, entre la autojustiflcación y la razón. Todo eso tiene el bello nombre de ensayo. También ensayan las novelas. Este año se ha muerto W a Sebald, sin ganar el Premio Nobel, y tampoco se lo han dado ni a Cees Nooteboom ni a António Lobo Antunes, aunque lo ha logrado Imre Kertész. Todos ellos gustan hacer del relato una encrucijada donde se entrelazan la historia del pasado, la ficción pura, el escenario recu rrente de los fantasmas personales y eso tan ga seoso que llamamos la actualidad. Algunas de las mejores novelas españolas recientes están ex plorando esos marjales de creatividad: territo rios pantanosos pero muy fecundos, donde habi tan exiliados permanentes, culpas sin expiación, escritores que no escriben y hasta el pasado de nuestro propio padra. Ese personaje que se in dina sobre un periódico viejo en una noche ja somne, o que va recuperando- -mientras intenta volver a vivir- -fragmentos del pasado, oque pre gunta para saber lo que en el fondo ya sabe, va a cundir mucho en las novelas venideras y ojalá que no se convierta en un clisé. No lo será, si cada relato se aborda como una aventura de co nocimiento: lo que nunca debieron dejar de ser las narraciones. En la poesía, el anuncio y exploración de unas ínsulas extrañas ha generado menos polémica de lo que se esperaba. Quizá porque la musa ha deja do los vaqueros (que tan útiles fueron) se ha vuel to a vestir la túnica y también medita. Ésa, al menos, es la impresión que cabe obtener de varios libros de poemas que, en otros días, hubieran sido más risueños y también más febles. Suscitaba inquietud que las polémicas hubieran paralizado los inevitables crecimientos, las búsquedas distin tas y, sobre todo, la nostalgia de lo perenne. Y esto parece que asoma en tirios y en troyanos: los tirios siempre fueron más listos y mejores poetas; pero algunos de los troyanos también vallan la pena. Supongo que ése es el signo que buscamos entre todos (y por el que me pregunta el director de estas páginas) la vuelta al pensamiento, las formas complejas, la conciencia tenaz en busca de luz. Un día de éstos, los hijos del siglo XX sabremos algo más de literatura, a fuerza de hablar de ella. 4. José- Carlos Mainer es catedrático de Litera tura de la Unioersi 4 adde Zaragoza y reciente 1 mio de las Letras Aragonesas También ensayanlas novelas Ejercicioanualde lasletras (Quizá; más bien; se quiera; o no... No se puede escribir con más cautelas ni tampoco más cerca de la certidumbre. En los tiempos que corren, la litote es un buen abrigo y la precisión se ha refu giado en los adverbios; hubo un tiempo remoto en que residió en los sustantivos- -la edad de la meta fisica- y los modernos prefirieron confiarla al ad jetivo) Pues de eso hablamos... De que la lengua de la literatura ha venido a ser un asunto más se rio y arriesgado de cuanto lo era hace algunos años y eso se ha dejado ver en este ejercicio anual de las letras. Testigos: lo mucho que se sigue le yendo a George Steiner- la densiflcación y la im portancia de la crítica, como el peso que va adqui riendo la reflexión meta literaria (digamos para entendernos) cuando se ha alejado de la autocomplacencia y de la mesa camilla. Añadamos que la cosa viene de atrás y que, incluso, el azar de los centenarios- ese horizonte profuso de li bros y congresos, más de temer que otra cosa- nos ha regalado en los tiempos cercanos motivos muy serios de reflexión al respecto. O, a lo mejor, re sulta que hemos tomado el rábano del centenario por las hojas propicias de lo que nos interesaba: en 1999 fue el inagotable Jorge Luis Borges (lea mos ahora su mejor comentario en las páginas de Ricardo Piglia) ene! 2001 celebramos la tensa alb rística de Gracián, en este 2002 ha sido la obsti nada lección de lealtad a sí mismo que profesó siempre Luis Cernuda y el reencuentro con las novelas de 1902 que siguen siendo una lección es tupenda para el examen de conciencia personal y colectivo. No vienen ahora malos centenarios, si sabemos aprovecharlos: los de Rafael Alberti y Max Mb nos podrán enseñar algo acerca del com promiso de los testigos y la historicidad radical de la literatura, lo que será muy buena purga tras tanto lustro postmoderno. En general, se está volviendo al ensayo y no sólo porque abundan las colecciones nuevas. Se retorna al ensayo como actitud y hasta como riesgo, como disposición personal a entroncar la objetividad de la reflexión con la exploración de la autobiografia. Uno de los temas capitales ha sido la invención y construcción del naciona Se retornaal ensayo comoactitud y hastacomoriesgo, como disposición personala entroncarla objetividad de la reflexióncon la exploración de la autobiografía. Supongo queésees el signoque buscamos entretodos: la vuelta al pensamiento 5 B! ancn y NegroCultunl 21- 12- 2002

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