CULTURAL MADRID 23-11-2002 página 21

Bastián Contrario Diccionario lasArtes de FELIX AZÜA DE ASTIEN Contraire: así lla man en Francia al que lleva siempre la contraria, al aguafiestas de turno. La verdad es que a veces empeñarse en nadar contraco rriente (o en salirse de la corriente para ver dónde nos lleva) puede re sultar muy higiénico. Y por suerte hace ya tiempo que Félix de Azúa pone su gotita en la tarea de aguar la fiesta del arte contemporáneo, el ca rrusel mediático de la cultura masi ficada y parquetematizada. B Anagrama. Barcelona, 2002 307 páginas, euros 16,50 entiéndase, no de la Sontag- -que también, dirá alguno- Azúa sabe y muy bien que quien hoy habla de arte debe seguir resignándose a no escribir una summa teórica que en un tomazo lo explique todo bien ex plicado. De ahí la forma de dicciona rio para este diagnóstico incisivo del estado actual de las artes y del mundo en que se nos aparecen. Incisivoy brillantísimo Incisivo y brillantísimo, desde luego, incluso al precio de la ine xactitud. Alguna nos topamos a medida que vamos leyendo, pero fa cilitan siempre efectos tan chispe antes que uno, casi casi, siente la tentación de pasarlas por alto: pa rece que la posmodernidad, a ve ces, cnt ça. En la voz Cuadro por ejemplo, se afirma que en Occi dente la pintura no empieza a exis tir como género independiente hasta el siglo XIV. Olvida así la gran tradición pictórica de la Anti güedad griega y romana, las sober bias galerías y colecciones de cua dros que en el siglo 111 visitó Filós trato el Viejo, el padre de la crítica de arte. La puntualización es algo chinchosa, pero viene al caso: aquel sofista enganchado a la retó rica, que describia pinturas con virtuosismo mientras el Imperio Romano y el Ideal Clásico se caían a pedazos, por fuerza resultará cer cano a quienes hoy meditan sobre estética. Tal vez, como Azúa su giere y como demostró el propio Fi lóstrato, hay momentos en la Histo ria en que sólo la ékfrasis. el acta notarial de lo que puede verse, 1- esulta practicable. -J. G. M. Estado actual de las artes No lo hace, Dios le libre, con pre de mejora, porque las co sas rebasaron hace mucho el punto de no retorno. Ni los artistas ni quienes escriben sobre ellos pue den hacerse ilusiones: pasó el mo mento de ser trascendente. Pero aún se puede ser interesante. Quizá más que nunca, y los escritos de Azúa son la prueba. Interesanti simo era ya El aprendizaje de la de cepción (1989) una recopilación de textos que con el tiempo va resul tando una atalaya espléndida para asomarse al arte y la cultura de los ochenta: cuando la Historia daba sus últimos (últimos? coletazos y Danto proclamaba a los cuatro vientos la muerte del Arte. Unos años más tarde, en 1995. la primera edición de este Diccionario de las tensiones Azúa sabeque quien hoy habla de arte debeseguir resignándose no a escribir unasumma teórica. Deahíla forma de diccionario Artes resultó aún más estimulante, si cabe. En 1964, en su estupendo Notas sobre lo carnp, Susan Sontag eligió (se dina que hace un siglo) la infor malidad de los apuntes a vuelapluma para hablar de una nueva es tética alérgica a la sistematización tradicional. Hizo muy bien: empe zaba la posmodernidad. De ella vamos tirando (de la posmodernidad, 21 litan. y N, gn, Cutí. 23- 11- -21) 02 ral