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CULTURAL MADRID 16-11-2002 página 29
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CULTURAL MADRID 16-11-2002 página 29

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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PINTURA Arte Cubismolúdico EduardoÚrculo Galería Metta, Madrid. C Villanueva. 36 De 24.000 a 54.100 euros Hasta mediados de diciembre RAS arquetipica serie del via la jero ataviado con sombrero dan do la espalda al espectador, Urculo, re ferencia vertebral de la pintura espa ñola, emprendió un extraordinario viaje plástico a Oriente, desplegando la fascinación de los kimonos y las ge sitas. Había en esa serie finisecular una explosión cromática que, sin em bargo, estaba contenida, sostenida desde la precisión del dibujo, en unos juegos de líneas y encuentros angula res realmente magistral. Interpretado en tantas ocasiones desde los paráme tros del pop, cuando acaso esté más cerca de lo que Arroyo definiera como figuración narrativa este artista que ha conseguido desviar retórica mente su autorretrato en obsesiones puntales, ha ido en los últimos tiem pos centrando su atención en el géne ro clásico de la naturaleza muerta, Desde la cruda imagen de la calavera. hasta el esplendor del botellísmo, Úrculo demuestra su destreza compo sitiva, al mismo tiempo que pone en primer término tanto el simbolismo de la finitud, cuanto el recuerdo del heroísmo de las vanguardias. Me permito recordar que Eduardo Urculo ha pintado en su extensa tra yectoria bodegones magníficos. En su portentoso anecdotario de las van guardias Ismos. Gómezde la Serna ad virtió que el principal problema que se planteó el cubismo fue el terrible de la animación de una superficie plana, estrechando su conciencia hasta utili zar las leyes de la perspectiva sólo en relación a esa superficie. En el (neo) cubismo de Úrculo no hay dogma estético, ni voluntad de corresponder a la mutación óptica del tiempo de la técnica desplegada; antes al contrario, su preocupación es intensamente for mal, y, por ello, convierte esa tradición analítica en algo con lo que puede ju gar con total libertad. Hay en estos cuadros un increíble uso de lo vacio en relación con lo ple no, una disposición ritmica que hace que veamos por todas partes músi ca. Botellas, vasos, instrumentos mu sicales, pipas, partituras, sifones, pe riódicos y calaveras conviven con nombres que son homenajes (Carmen, Gris. Picasso, Dalí, En primer pla no, la paleta del pintor, los botes de los colores, la manifestación de que el lx degón corresponde a un momento ex tremo de autoconciencia artística. La metáfora pictórica convierte la geomé trica disposición de las botellas en sky Une metropolitano, los objetos puestos en una mesa sirven para que el artista de rienda suelta a la ensoñación. La pintura de Úrculo remite cons tantemente a una felicidad serena, así como a una visión del lujo: Sueño- di ce el pintor- -realidad lujosa, festi una va y lujuriosa Es verdad que ha pin tado la imagen de la calavera, dibuja- T da con una soltura que recuerda a su admirado Luis Fernández, pero no es menos cierto que desde la plan itud de la pintura actual a las rotundas escul tinas que amplían la pasión tardo- cu bista, encontramos una voluntad, un deseo de afirmar esa experiencia sin gular y radicalmente contemplativa que todavía depara la mejor pintura. Fernando Castro Flórez; 1 AA CON SU GARANTIA NDM 0 UAtDUAL; 0 29 flIHiiCi) igrii y Ciilniral 6- -1- -2002

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