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CULTURAL MADRID 02-11-2002 página 20
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  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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EPISTOLARIO VIAJES Libros Cartas quesonmundos Correspondencia, 1948- 1986 MIGUEL DELIBES JOSEP VERGÉS Prólogo Antonio de Vilanova Destino. Barcelona, 2002 469 páginas, euros 22 UANDO escritor habla de un cómo nacen las ideas de sus no velas y en quién. o en qué, se inspira para escribirlas; cuando un editor es cribe de cómova dandoformaa su ca tálogo, el debe y el haber de su inver Sión a medio camino entre el negocio y la utopía, estamos ante un testimo nio que posee un excepcionalvalordo cumental porquelo que uno y otro se dicen no estaba, hasta ahora, escrito en ninguna parte. Este es el caso de la correspondencia mantenida dm- ante cincuenta años entre el novelistavalli soletano MiguelDelibesy su editor ca talán Josep Vergés: octubre de 1947. de cuando Delibes presenta al premio Nadal su primeranovela, La sombra del ciprés es alargada, hasta noviem bre de 1997, cuando el escritor se ex cusa por no asistir al actodela imposi ción a Vergés de la GranCruz de Al fonso X el Sabio, en Madrid. Unavida. C lealtad absoluta para ir trampeando las dificultades y poderavanzaren sus respectivos y ambiciosos proyectos. Las cartas hablan continuamente de dinero, de liquidaciones- -aun rácano editor catalány un rácanoautorcaste llano cargados de hijos en palabras de Delibes- pero dicenmuchomás so bre la amistad y el respeto que va sur giendo en la madurezde estos dos per sonajes, hasta trazar una trayectoria común muy definida y basadaen no defraudar al otro, al amigo. Sólo asi puede comprenderse que Delibes no rompa con Vergés cuando sus Obras ampletas empiezan a publicarsecon cientos de erratas reiteradas ante las cuales el novelista se encuentra inipotente y abatido, o bien que Ver- gés. con su proverbial tacañeria, acepte tranquilamente la propuestadel nove lista de una subida de los derechosde autor al 15 por ciento (frente al acos tumbrado 10 por ciento en el mundo editorial) Despuésde tu alegria, Un libroimprobable La publicidad del libro asegura que no se habla publicadoen España una relación epistolarde estas carac terísticas. No sólo es ciertosino que se dina un libro absolutamente improba ble en nuestro mercadoeditorialde no ser por las circunstancias actuales que favorecen, fm, el rescatede los por escritos más personales. Como éste: una prolongadaconversación episto lar que se inicia siendo un intercam bio meramente profesional para ir poco a poco avanzandoy consolidán dose como una amistad que duró hasta la muerte de Josep Vergés (2001) ¿Quépuedeextraersede su lec twa? En primer lugar, valiosa infor mación que ayuda a explicar un pe riodo crucial de nuestra cultura, el franquismo, con su censura ejercidaa través del Ministerio de Información y Turismo, sus incertidumbres, su pragmatismo. Ahi están dos grandes hombres reforzándosemutuamente, cediendo cuando conviene, sostenién dose frente a las adversidadesperso nales pero tambiénexigiendo del otro Del empuje de los comienzos- -Deli bes queriendoser escritora pesar de su inexperiencia, Ver- gés haciéndose indispensable como editor por su cI- i teno literario- -la melancolia del cie a rre del semanario Destino (cofundado por Vergés) pasando por momentos de exaltacióncomo el éxito sin prece dentes obtenidopor La hoja roja en la edición popular de LibrosRTV (medio millón de ejemplaresvendidos en un año) que los dejaa ambosimpresiona dos. Después de tu alegría viene la mía le dirá un Vergés satisfecho del prestigio internacional alcanzado por Delibes. Antonio Vilanovaen su pró logo al libro habla del interés de esta correspondencia como una radiogra ña moralde ambos interlocutores por que, en efecto, ambos pusieron la ma yor voluntad en proceder correcta mente. Y con qué vehemencia lo hicieron. AmiaCaballó Desde la memoria del apartheid en Suráfrica o hace unos meses, cuando concluyeron JAViER REVERTE- ojalá para siempre- las últimas gue Arete (Plaza ianés) Barcelona, 2002 rras de Angola. 432 páginas, euros 20,50 Uno de los escritores españoles que mejor conoce aquel continente es Ja vier Reverte, que cierra con esta obra una trilogía compuesta además por El UBO cierto momento de la sueño de África (1996) Vagabundoen en y historia una esperanza que se África (1998) Reverte siempre se ha llamaba Africa. Ocurrió hacia media auxiliado del humor para crear una dos del siglo pasado, cuando el fin del distancia respecto a lo que observay dominio colonial pareció alumbrar un mitigar su dolor ante una realidad destino de desarrollo y progreso mate cruda, marcada por la pobreza y el rial en el corazón de las tinieblas. abandono, pero tambiénpor la hones Aquella ilusión primordial parece a tidad y las ganas de sobrevivir En esta ratos desvanecida, pero otras veces ocasión, su peculiar fórmula narra explota y se manifiesta en plenitud, tiva, que mezcla técnicas del reportaje como ocurrió al final del ominoso ré periodistico con impagables lecciones gimen LoscaminosperdidosdeÁfrica H de historia y elementosde la más clá sica literatura de viajes, funciona me jor que nunca. DesdeEtiopia a Sudán y Egipto, el lector es conducido por un camino teñido de presente, pero salpi cado de digresiones en el espacio y en el tiempo. Porque la voluntaddel au tor, además de contar su peripecia y entretener, es pedagógica. Mi, la His toria, con mayúsculas, sirve a Reverte para intentar explicarse y explicar lo que ocurre, y apunta en una dirección concreta, la de los delirios coloniales europeos y los tiranos criminales que les han sucedido, como causas remo tas del hambre y de la muerte de Africa. Por supuesto, alguien bien per trechado con una cultura clásica no cae en la trampa de intentar cambiar nada, y por eso Reverte se limita a mi rar para después contárnolo. Ese es su papel, y es muy importante, porque nuestro panteón de auténticos escrito res de viajes es todavia escaso. Al fm, Los caminosperdidos nos es cupen de modo brutal a nuestro pro pio desierto, el europeo, y el libro de viajes cumple una vez más un rito mi lenario, el de todos los verdaderos via jes, porque limpia los pulmones y quema la piel y el sentimiento. Ya se sabe sólo somos nosotros cuando nos encontramos con otros, aunque para disimularlo usemos la distancia como coartada, y al regresar escribamos nuestros recuerdos. Manuel Lucena Giraldo 20 Blancov! egro Cultural 2- -2002

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