CULTURAL MADRID 19-10-2002 página 42

Cine 1 1 Woody Allen, singular personaje y singular (incasta, estreria su nueva película al tiempo que llega a España para recoger, el próximo día 25, el Premio Príncipe de Asturias de las Artes que le fue concedido en reconocimiento a su irónica sensibilidad, que ha establecido un j) uente (le UflIÓflentre las cinematografías americana y europea Siempre nos quedará Woody AMen AS obras menores son siempre una exce lente oportunidad para acercarse al hom bre y no al artista; puede decirse que son la dis tancia más corta entre la genialidad y la equivo cación, y ya se sabe aquello de que errar es de humanos. Si uno presta atención a los últimos cuadros de Georg Grosz, en su exilio neoyor quino, echará en falta al artista degenerado que antes de salir de su pais habia pintado telas tan impactantes como Metrópolis, Suicidio o A Os kar Panizza; a cambio, podrá comprobar la sen sibilidad cromática del pintor alemán y ante todo una elegancia que pasaba desapercibida en su obra anterior Tampoco las últimas novelas de Flann O Brien son gran cosa comparadas con At Swirn Two Binis o The Third Po! iceman, pero en ellas hay más datos autobiográficos de su autor, excesivamente académico hasta enton ces, y en adelante un fenómeno de masas, espe cialmente en Irlanda. Con las últimas películas de WoodyAllen pasa un poco lo mismo, pues es tán muy lejos de sus mejores obras y, sin em bargo, contienen un retrato más fiable del ci neasta, cuya crueldad Iight consigo mismo no había dejado de ser una pose muy bien vista en tre muchos espectadores. En Recuerdos (Stardust Memories, 1980) Allen L HILARIO J. RODRÍGUEZ interpretaba a un cineasta en mitad de una cri sis creativa, rodeado de fantasmas filmicos y se xuales, con tono de canto de cisne pese a ser en aquel momento bastante joven. Su necesidad de radiografiar su personalidad le jugó una mala pasada en aquella película, porque resultó un forzado ejercicio felliniano falto de personali dad propia. Las edadesde un cineasta Años más tarde, convertido ya en uno de los directores más influyentes y respetados del cine contemporáneo, hizo Delitos y faltas (Crimes and Misdemeanors, 1989) una de sus obras maestras, donde una vez más se autorretrató como director dentro de una película, ahora con rasgos suyos aunque flotase en el ambiente un tenue eco bergmaniano. Unfinal ¡nade in Holly wood (Hollywood Ending, 2002) es su última aventura rilmica, otra vez para verse a si mismo en la piel de un cineasta, sólo que en este caso asumiendo que los años no pasan en balde y mostrando sin recato su debilidad por el humor suave en este mundo chirriante y grosero. Al evitar un tono confesional tramposo, Woody Allen ha sabido exhibir su lado más vulnerable, así como un conservadurismo disfrazado en otras ocasiones porque quedaba mejor dar la sensación de ser liberal y cínico. La historia de HollywoodEnding gira en torno a Val Waxman (WoodyAllen) un perdedor con suerte. Ya cerca de la edad de jubilación le llega la gran oportunidad tantas veces pospuesta a lo largo de su vida. La productora Galaxie le ofrece, gracias a las buenas artes de Elije (Téa Leoni) su ex mujer, que dirija la película La ciudad que nunca duerme. Poco antes de empezar el rodaje, Val se queda ciego y prefiere no decir nada al res pecto. El problema es cómo dirigir sin saber lo que tiene delante. Es casi como tener un director de fotografía chino que no sabe una palabra de inglés o como volver a enamorarse de una mujer con quien se fracasó en el pasado. Los problemas no vienen solos en esta película, donde cada en cuadre añade personajes y situaciones disparata das, sin el ritmo de antaño y sin siquiera un guión lo bastante bueno para que la pelicula no desfallezca. Aún asi, WoodyAllen tiene guardado un verdadero chiste de genio a modo de colofón, para compensar por las posibles molestias. Se trata de una meditación sobre el cine que no anda en absoluto descaminada y que mantendrá en el rostro de los espectadores una iluminadora sonrisa durante mucho tiempo. 42 gi- o CnIt, inI 1 Q- -1O- OO2