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CULTURAL MADRID 19-10-2002 página 11
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  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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NARRATIVA; 1 de cristal; 0 Viajando con el propio hotel a cuestas Hotel nómada CES NOOTEBOOM Traducción Isabel de Clara LordaVidal Siruela. Madrid, 2002 224 páginas, euros 23,50 Las lágrimas del absurdo FERNANDOMARTÍNEZ LAÍNEZ NA lápida de mármol, en el nicho 56 del cementerio alicantino de Benissa, guarda los restos de Chester Himes, uno de los mejores escritores norteamericanos de novela negra. Cuando murió llevaba meses sin poder moverse de la cama, en posición fetal, ajeno a todo cuanto le rodeaba y bajo los cuidados de su segunda esposa, Leslye. Fue el precio que tuvo que pagar por una vida repleta de desgra cias, tanto personales (a los dieciséis años se cayó por el hueco de un ascensor y se fracturó la columna vertebral) como familiares (dejó ciego accidentalmente a su hermano) A esto habría que añadir la ignominia delincuente (siete años en la cárcel por atraco) los empleos de baja calaña (fue recadero de timadores y proxenetas) y continuos escándalos, juergas. los de faldas y borracheras, hasta que- -des pués de obtener reconocimiento literario en Francia como escritor policíaco- -encontró re fugio en España durante los catorce últimos años de su existencia. De su experiencia carcelaria en EE. UU. donde las cifras de población reclusa baten mm- cas mundiales, surgió Por el pasado llora rás, ahora reeditado en bolsillo. Todo un clá sico de la penitentiary story que expone la cruda realidad de la vida en las cárceles sin es catimar críticas a la corrupción del sistema pe nitenciario norteamericano. El libro ue en esta edición aparece en versión íntegra- -en no contró editor hasta 1953 y fue censurado y mu tilado durante mucho tiempo en EE. UU. Himes siempre se consideró un escritor a secas, ylo que le hizo dedicarse a escribir nove las policiacas, ya rozando los cincuenta años, fue el dinero que le ofreció el editor Duhamel, quien no tuvo empacho en recomendarle una fórmula expeditiva para lograr el éxito en Francia: Sexo, violencia y comida, porque a los franceses les gusta mucho comer Himes se puso manos a la obra. Pese a que su desme dida afición al bebercio nunca declinó, era ca paz de levantarse muy temprano y trabajar duro la mayor parte del día. Escribia muy rá pido (alguna de sus novelas le llevó menos de un mes) y al final la fama se le rindió gracias a la saga de Ataúd Ed y Sepulturero Jones, dos policías negros medio trastornados que impo nen su propia ley en la jungla de Harlem. Ataúd y Sepulturero, con su violencia diri gida conscientemente contra sus hermanos, representan la culminación paródica de lo que pudiéramos llamar la novela negra del ab surdo Para Himes, el racismo (no sólo de los blancos) muestra el necio desatino de una so ciedad convulsionada, que alimenta su propio desvarío devorándose a sí misma. Quizá sin pretenderlo, con la intuición que sólo otorga la desdicha, Himes convirtió en esperpento lite rario el absurdo de vidas como la suya. En la playa ha hecho el viaje no hay nada que llo rar advertía Beclcett. Pero hay pasados, como el de Himes, que sólo se merecen lágrimas. Lagrimas negras, que diría el bolero. Por el pasado llorarás ChesterHimes. Traducción Antonio de Padilla. Aleph. El Barcelona, 2002. 544 páginas, 7,95 euros. U NA cuenta el fricanvez, sable viajero y escritor holandés Cees Nooteboom (La Haya, 1933) un amigo, el pintor Maz Neumann, le regaló un di bujo que él, inmediatamente, lii terpretó como su más fiel auto rretrato. Reflejaba justo el aspedo que debía tener un cliente de su posible hotel imaginario, el Hotel Nooteboom (eese ine xistente edificio que sólo existe en mi cabeza El globo texTos tre como rostro, los meridianos como arrugas y ese pequeño cIe rre en forma de cruz como una tirita sobre la boca, pues siempre quedan cosas pendientes que no puedes expresat el misterio que todos los clientes del hotel llevan consigo y que los envuelve en los pasmos y en el ascensor. Firme y permanente candi dato a Premio Nobel en lengua neerlandesa desde hace años, junto a su amigo, el también mag nifico escritor belga en lengua flamenca, Hugo Claus, Noote boom es el autor de una variada y voraz obra que toca casi todos los géneros, comenzada muy pronto, y con un tremendo éxito en su pais, Holanda, cuando sólo tenía 19 años. La novela llevaba por ti tulo El paraíso está aquí al lado (Galaxia Gutenberg, 1999) ella ya siguieron otras muchas, hasta lle gar a la publicada en nuestro país hace apenas un año y que es una de sus más significativas: El día de todas las almas (Siruela) Una novela que, como Berlín Alexan derplatz de Düblin, escrita a rma les de los años 20, encarnaba tain bién a esta misma ciudad, pero en este caso desde una óptica vaci lante y desencantada que cerraba un siglo convulso y muchas veces terrible, el siglo XX. El Berlin de Nooteboom, resumen de muchos instantes del pasado y coagu lado en multitud de fragmentos dispersos y caóticos del presente, era recorrido por un personaje, un cámara, una especie deflá neur a lo Benjamin. que arras traba con él todoun universo en movimiento a la vez que su pro pio desconcierto y su falta de res puestas. Pero otra parte muy impor tante de la bibliografía de Noote boom, la ocupan, por supuesto, U sus famosos libros, traducidos a numerosas lenguas, y calificados demasiado a la ligera de libros de viajes Ahí se enclavarian li bros como el dedicado a nuestro país (El desvíoa Santiago, 2001) y a este apartado correspondería también el espléndido y ahora re cién publicado Hotelnómada. Visionesy reflexiones En él se reúnen visiones, refle xiones, crónicas, encuentros hu manos, deslumbramientos por paisajes y escenas recién salidas de la Biblia o del Antiguo Tsta mento) desde una condición siempre de testigo excepcional. Un testigo para el que, por en cima de todo, cualquier movi miento emprendido, la verda dera naturaleza del viajero tiene que ser de carácter interior, medi tativo, de aprendizaje: para co nocerse a uno mismo a la vez que a los demás, que nos hacen mirarnos en nuestro propio es pejo. Por un lado, estarán países africanos, entonces apenas visita dos, como Mali y Gambia, en los primeros tiempos de la descoloni zación y la independencia (años 60 y 70) y, por otro lado, en sus cró nicas más sociales y poilticas, vi siones amargas y desoladoras de la Bolivia revolucionaria uno de los paises más tristes y pobres del mundo a comienzos de los setenta, recién muerto el Che y con Régis Debray aún encarce lado. Como en el caso de Chatwin, de Magris, del recientemente fa llecido Sebald, los viajes de Noo teboom nada tienen que ver con el concepto canónico y mercadotécnico del viaje masivo y espec taculaz tal y como se entiende en nuestros dias. Tódos ellos son los autores que precisamente mejor han reflejado, de forma literaria, esa suma existencial, cultural e histórica, muchas veces paradó jica, llena de temores e incerte zas, de humildad, y también de ironía, que retrata al individuo de nuestra época. Los libros de Nooteboom, los libros de estos au tores, han enseñado otra forma de ver y meditar a sus lectores. Precisamente porque son libros que, aunque hablan de lugares concretos, cuestionan sin cesar todos los centros, todos los aside ros terrenales llamados por un momento casa por supuesto, todas las jerarquias de imposi ción globaly obligada. MercedesMonmany 11 Blanco y Negro ult, rat 10- 10- 2002

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