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CULTURAL MADRID 14-09-2002 página 13
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CULTURAL MADRID 14-09-2002 página 13

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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NARRATIVA Libros La revolución ausente losañossesenta de Revolución HORACIO VÁZQUEZ- RIAL Ediciones Barcelona, B. 2002 176 paginas, euros 13,99 IVIBROSE definió la Bierce palabra revolución como un abrupto cambio en la forma de desgobierno (Diccionario del diablo) que suele ir acompañada de derra mamiento de sangre, no obstante lo cual, suele considerarse que merece la pena por aquellos cuya sangre no corre el peligro de ser derramada. Con no menos escepticismo que el brillante escritor norteamericano- -quien murió para mayor regocijo en el fragor de la Revolución Mexi cana, suponemos- Horacio VázquezRial repasa el ideario heterodoxo de un protagonista argentino, exiliado en España tras haber formado parte de un grupo politico de ideología co munista. El punto de vista del na rrador, y el del escritor, no es otro que el del desengaño, el del distan ciamiento de los ideales y de las con vicciones de juventud hasta poder afirmar de ellas lo que expresaba el mayor de los escépticos. Cioran, cuando en inigualable tono lapida rio afirmaba: (Nuestras más profun das certezas no son más que menti ras que actúait. El narrador es Pa blo Estévez, protagonista de una borrosa evocación biográfica, en busca, no de un tiempo perdido, por que eso es para él una pérdida de tiempo, sino de una desmitií icación de la épica bajo la que pudiera con templarse el pasado estereotipico del intelectual comprometido, del activista de izquierdas. Tras el exilio Tras un exilio de varias décadas, reflexiona sobre la época en que pro fesó una ideología estereotipica de izquierdas, para transmitir al hijo de un amigo quiénes eran, qué idea les movían a quienes conocieron a su padre, y evaluar en qué medida los tiempos estaban cambiando. La supuesta ideología revolucionaria en que creía se le aparece ahora como un conjunto de tópicos formu lados a menudo en pares contradic torios e irremisiblemente falsos y el más notorio el que establece la deli mitación entre izquierda y derecha y su identificación dicotómica con el bien y el mal. Pablo Estévez con cluye en la distancia que la revolu ción que pretendían sus compañe ros, y él mismo, no es más que una ficción, y lo ficticio, lo ilusorio, ocu paba el lugar de lo real: condición esencial quizá de toda utopia. Una de las metáforas que recorre la novela asemeja hacer la revolu ción con el juego de la ruleta. El pseudo- científico que cree tener la fórmula para descubrir qué núme ros van a darse en el juego y así lle var al casino a la bancarrota es se- A sus correligionarios fue una nueva forma de civilización opuesta a la barbarie imperante en la dictadura de Videla, nuevo Facundo Quiroga, nuevo Juan Manuel Rosas- inventor de la mazorca, instaurador de la práctica sistemática de la tortura entre la población bonaerense- Pero la dicotomía pierde los limites, la frontera semántica de sus térmi nos, el contorno significativo, y el protagonista, vencido, se da cuenta de que las ideologías expresadas en pares antitéticos no sirven ya para interpretar la realidad actual y de clara: Dejé de entender La revolu ción que pretendia hacer era una ilusión ficticia porque terminó en tendiendo, como Jean Jaurés, que no son los hombres los que hacen la revolución, sino la revolución la que maneja a los hombres; porque en toda revolución hay dos tipos de per sonas, como afirmaba Napoleón, los que la hacen y los que se aprovechan de ella; porque, acaso, como seña laba Antonio Machado, nunca hay revolución sin evolución, La revolu ción, la idea de la revolución, reco noce el protagonista al final de la obra, no fue en su caso sino ansia de ser otro, en conjunción con la idea de Chateaubriand de que toda revo lución que no lo sea a la vez de las costumbres y de las ideas está con denada al fracaso. No espere el lector una novela con un argumento ordenado o una trama policíaca, como en otras obras de Ho racio Vázquez- Rial. Las ideas fluyen mejante al revolucionario que dis intuitivamente, el narrador se aban fraza su ideología de cientifismo y dona a Lareflexión y a la digresión y en su análisis preconiza la revolu en su marea pretende arrastrarnos a ción comunista en virtud de las le través de sus divagaciones laberínti yes de la sociedad y de la política cas para que entendamos, como él, Lo uno y lo otro son una falacia: La que el mundo ha dejado de expli pretensión de burlar el cálculo de carse en fórmulas dicotómicas, en probabilidades mediante la inter pares de opuestos. Si toda revolución vención ciclica en su cumplimiento es, en opinión de Ortega y Gasset, un es tan absurda y está condenada al intento por someter la realidad a la fracaso como la pretensión de burlar razón, Vázquez- RiaI declara abierta las leyes de la historia, que son las mente que aquella visión del mundo leyes del caos... propagada a fines de los sesenta ya ¿Fue el desear la revolución una no está vigente. En su deseo de li manifestación de la ambición perso brarnos de los tópicos, uno de los fi nal disfrazada de colectivismo por nes más patentes de la novela, apro que el revolucionario por si solo no vecha para socavar el concepto na tenía capacidad para satisfacer su cionalista que limita la patria de lo propia ambición personal? De fondo, humano, a la que se vincula el autor, en la novela van dibujándose las his y se afana también por transgredir torias borrosas y trágicas de un las fronteras históricas para alcan grupo de izquierdas argentino, un zar una interpretación global de grupo de activistas en los que se nuestro tiempo. ejemplifica una devastadora tortura Revolución es una novela de con interior y exterior: ¿La ideología que dición lirica: pretende despertar en el libro sostiene es el fruto de esa de el lector un haz de significados más vastación, es la ruina interior que allá de su discurso literal, significa contemplamos tras la persecución, dos apenas evocados o citados en tortura y exili es la síntesis de una esencia. Vázquez- Rial se propone realidad implacable e imposible de que leamos entre lineas, que comple cambiar? En última instancia el li temos un argumento apenas suge bro continúa el discurso, la dicoto rido, que seamos como Milena, a mía formulada por Sarmiento en el quien Kafka pedía: Por favor, en siglo XIXcomo civilización o barba tienda más de lo que digo rie, y la revolución ilusoria que acaso pretendieron el protagonista y Anuro García Ramos Condición lírica Oc jvu Pr nos ecicr; hi q i revolucion riende a establecer- una cdacl niitica, Horacio VázqLiez- RiaI repasa, cro intención desraitificadora, lo ideología que emana del mayo del 68, de Jean Paul Sartre o de la Revolución cubana y el Ché Guevara. La evocación se hace a través de un personaje muy parecido a VázquezRial: emigrante argentino, español desde hace más de tre 5 décadas, enfrentado al dilema de acabar con las preconcepciones ideológicas. Se trata de una narración en perspectiva porque quien cuenta lo hace con distanciamiento, contempla y analiza una época sin la nostalgia que perfecciona y repara el pasado: no hubo revolución del 68, aquélla fue una época de grandes mentiras, concluye el narrador, Del pesimismo que trasluce la actitud del protagonista emana, sin embargo, una conciencia libre de fronteras semánticas, de cuchés, y a inquietud o el desasosiego de tener que tonamos un concepto nuevo del mundo. oria renovación de las ideas, de las ideologías. -A. 6.Ii. Grandes mentirat Stoda 13 B Crrlionl 1 i4- I- -r) i 2

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