CULTURAL MADRID 13-07-2002 página 4
- EdiciónCULTURAL, MADRID
- Página4
- Fecha de publicación13/07/2002
- ID0005393089
Ver también:
Libros Sergio Pitolescribe sobre Virginia Woolf Contemporáneos: ReinaMaríaRodríguez Cien años de El corazón de las tinieblas 1902. Son tiempos de misteriosas geografías. Africa, Asia Central, la Amazonia, todo es un viaje a la aventura y la aventura es un viaje sin retorno hacia sí mismo. Los europeos aún creían que todos aquellos espacios en sombra eran territorios sin historia. Joseph Conrad viajó a los dos infiernos, al de la selva y al interior de sus personajes, y regresó para contarlo. Hace ahora cien años. Casi ayer Tiempo de horror MIGUEL tengo la seguridad ahora O mismo de que fuera el treme bundo Rey Leopoldo II de los belgas quien bautizara a sus posesiones africanas como el país de las tinie blas. Lo que sí diré es que un explo rador de ese mundo, H. M. Stanley, utilizó la expresión para titular sus dos tomos de exploraciones del Congo que aparecieron en 1890, en Nueva York y Paris. La edición fran. cesa lleva como título Dans les tSé- N SÁNCHEZ- OSTIZ Onipo de Indios Loretos- Napos bres dAfrique. Los mapas del rio jungla, a la que califica de oscura o Congo que acompañan a esa edición de lóbrega. son muy elocuentes: allí no había Oscuridad, extravio, peligro, per nada, un territorio más ignoto que dición, trastorno, pillaje, crueldad virgen. Ahí no hay nada, lo verde de gratuita... son algunas de las más liilo impracticable y lo pardo de lo tensas impresiones comunicadas por inexplorado. Ahí hay espacio más Conrad en su libro. Esa impresión te que suficiente para el famoso Horror nebrosa, de algo que no se llega a del libro de Conrad, que es uno de los mostrar nunca del todo, que queda más poderosos lelt modo de esta na fantasmal, entre la niebla y la oscuri rración. Stanley utiliza una y otra dad y el territorio del río, es el mayor vez las expresiones del horror de la logro narrativo de Conrad. El poder de la densidad. Tan agobiante como de difidil abandono. La prosa brilla en las páginas de esta novela en la que Conrad describe la navegación por el rio y la calidad mineral de la selva impenetrable, y más lo que entrevé, lo que sospecha, que lo que en realidad ve. Conrad lo gra algo muy difícil: hacer inquie tante algo lejano, que como lectores lo imaginemos con auténtica apren sión. Conrad, con su descripción de la 4 ABC (uItura 1 13- -2002