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CULTURAL MADRID 29-06-2002 página 9
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CULTURAL MADRID 29-06-2002 página 9

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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NARRATIVA Libros La sima de Cela ma El oscurecer (Un encuentro) LUIS MATEO DÉZ Ollero Ramos. Madrid, 2002 213 páginas, euros 14,3? paisaje de Celama, que an L tes que nada es un territorio del alma, se le ha ido imponiendo a Luis Mateo Díez como una necesi dad. Cuando llevaba escritas varias novelas de diferente progenie y es tilo, y quizá coincidiendo con el fi nal de su Camino de perdición (1995) descubrió Mateo Díez que el páramo tenía que ser dicho, estaba pidiendo ser narrado. El páramo de Celama es un territorio imaginario que comprende las Hectáreas, la He mina, la Llanura, VaIna, Armenta, lugares donde los cuentos infantiles no existen, y donde la narración en todo caso es el dibujo de un espacio de la imaginación, un territorio me táforico para decir la pérdida, la so ledad, la indigencia de una cultura que en El espíritu del páramo (1996) conocimos en trance de fenecer, que recorrió su obituario en La ruina del cielo (1999) y al que esta novela canta su responso fmal. No es un responso grandilo cuente, ni siquiera coral, es más bien lírico, cantado con una voz te nue que se extingue, amparada en la figura del Viejo pirado que es casi su solo protagonista, un Viejo al que no le pasa nada, salvo las miserias de la vejez y la vecindad de la muerte (que es pasarle lo fundamental) No tiene nombre, porque reúne en su anoni mato toda la acendrada angustia del pasado de los viejos habitantes de Celama, antiguos pastores, que ape nas saben ya reconocer su propio te rritorio, que ha llegado a ser fantas mal, vivido en el oscurecer, entre la dudosa luz del día, que es ahora una imagen de la tiniebla que se cierne sobre la vista enferma de este Viejo y en las simas de su pérdida de me moria y de lucidez. Pisaban esa dudosa luz crepuscu lar los pastores de las églogas cuando regresaban, la recrearon amablemente Garcilaso y Góngora. Luis Mateo se ha servido de ese mo mento crepuscular de un modo dife rente, porque no remite ya a una es cena de la realidad, sino al símbolo; el oscurecer es la conciencia de la noche próxima con su muerte se gura. Es además un crepúsculo inte rior, cruelmente desasistido de todo futuro posible, incluso de toda nos talgia, que aquí ha desaparecido, porque nada de cuanto esta novela narra tiene pasado o futuro. Como la muerte misma, que es en todo caso un presente continuamente pau tado, tenazmente cercado por esta prosa entregada a recoger los últi E Nuestro clásico de hoy ECeloma, territorio laliterario que sta novela cierra trilogía de sería vecino del Comalade Pedro Páramo y de la Santa María de Onettl. Luis Mateo Diez, consciente de que Celoma no tiene continuación posible, ha vinculado en El oscurecer la trama al ocaso, al cierre desu proyecto. Cuanto quería decir sobre Celania ha sido dicho, y seguramente Irá ya a otra cosa, en su pugna por conseguir una obra literaria perdurable, Sin duda su narrativa última se distingue por ese designio de perdurabilidad que sólo logran los grandes clásicos. El oscurecer se abre con sendas citas de Sófocles y de Kalka, que dan la patita del discurrir último de la obra de Luis Mateo Diez, alejadaya de estaciones provinciales, entregada a la tarea de decir en español lo que esos otros autores dijeron en la tragedia griega o en la fábula metafísica contemporánea. Cuando tanta liviandad entreteje las intrigas de los fugaces éxitos de la narrativa contemporánea, el público de Luis Mateo DIezagradecerá el riesgo, en esta novela llevado al límite, por el que la literatura gana territorios de la imaginación, para decir los episodios interiores del destino humano. En cada uno de sus pasos, en la que sin duda es la más sólida trayectoria en la literatura clásica española de hoy, se percibe que Luis Mateo Diez sólo escribe por la misma necesidad que dio origen a la gran literatura. -J, ti. PV. Como la muerte misma mos latidos de una civilización ex tinta, latidos que remiten insistente mente a la repetición de esta sola verdad del destino humano. No creo que pueda hablarse pro piamente aquí de novela, al menos si la novela se concibe como una forma de progreso en cualquier suerte de intriga. Luis Mateo Díez ha querido renunciar a los atributos de la forma novelística çomo forma argu mental vinculada a la historia ex terna. Tan sólo hay un viejo, en una estación de tren perdida, una esta ción a la que regresa, viniendo de ninguna parte, y en la que encuen tra a un perro vagabundo y a un jo ven que huye. Entre estos tres perso najes y en escenario tan reducido ocurre todo. Salvo unas pocas anota ciones retrospectivas sobre la histo ria familiar de este viejo y del joven, la obra tiene como único episodio tal encuentro, desprovisto de toda piedad, cruelmente agraz. Resultan sobrecogedoras las imágenes de la pérdida de conciencia y de memo ria, del piramiento de este viejo, en trance fantasmal hacia un lugar que se parece a la sima de los sueños, pero también a pozo de la muerte, porque Luis Mateo recrea el espacio clásico imaginario de la frontera de la vigilia y el sueño como metoni mias de la misma frontera entre la vida y la muerte, la memoria y el ol vido. Un pájaro decapitado en un poste de luz (naturaleza muerta en las aras de la civilización moderna) abre y cierra la historia. El paisaje mismo de Celama se torna inseguro, no sabemos dónde estamos, y los raí les de esa estación en declive pueden ya ser camino hacia ninguna parte. Travesíadel Leteo El oscurecerse amolda mejor a la noción genérica de fábula, reu niendo en ella dos atributos de esa forma: la intensidad lírica y la es tructura simbólica. El oscureceres el modo como Luis Mateo Diez ha con cebido la travesía del Leteo, el río del olvido, que nos lleva a un paisaje ya perteneciente al ultramundo. La noche, la muerte como tal, no puede ser narrada, pero sí la vejez, el ocaso, como tránsitos hacia ella. Luis Mateo Díez ha llegado con esta fábula elegíaca al lugar imaginario que estaba persiguiendo en toda la trilogía de Celama: un territorio del alma, recorrido aqui en su viaje ha cía el olvido. JoséMaríaPozuelo Yvancos 9 Ujlniral 20- -6- -201) 2

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