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CULTURAL MADRID 22-06-2002 página 32
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CULTURAL MADRID 22-06-2002 página 32

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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ESCULTURA Aite Rotundidadesestéticas Manuel Ludeña Reyes GaleríaÁngelRomero. Madrid. C SanPedro, 5 Hasta finalesde junio ANUEL Ludeña es uno de estos jóvenes ar tistas secretos e impactantes que la Çomu nidad de Madrid condena a circuitos alternati vos o a la ignominia del más absoluto desdén. Ludeña se formé como artista en ese espacio al ternativo que era el Ojo Atómico, en el que se lle varon a cabo algunos de los proyectos artísticos más interesantes de la escena madrileña durante los años noventa. Cualquier otra comunidad ya habría apoyado y subvencionado un espacio cul tural como éste, o como CRUCE, que también languidece sin ningún tipo de ayuda oficial, pero en Madrid se piensa que aquí ya tenemos bas tante con el Reina Sofia con el Thyssen, y por y ese motivo los artistas locales de talento se ven condenados al exilio o a la marginalidad, como Santiago Sierra, que tuvo que marcharse a Mé xico para alcanzar el reconocimiento interna cional que su trabajo merecía, o como Fernando Baena, quien sigue sumido en los espacios alter nativos, por no mencionar más que a dos anti guos compañeros de viaje de Manuel Ludeña en el Ojo Atómico. Como artista Ludeña ha desarrollado un tra bajo espectacular y contundente a base de inter venciones gigantescas con hormigón o con otros materiales constructivos, con las que conseguía impactar al espectador con ideas muy sencilias pero muy rotundas. En el año 93, en el Ojo Até mico, instalé doce pilares de hormigón, que sur gían amenazadoramente del muro, enfrentándose al espectador. Un año más tarde, en el Espacio P de Madrid, realizó un monumental dripping ex presionista, cortando bloques de piedra con unas M enormes sierras radiales y proyectando sus res tos contra la pared. En el año 96, presentó una pri mera versión de una pieza, rotunda e impactante, de la que ahora se presenta una nueva versión es tilizada en la galería Angel Romero de Madrid. La pieza consistía en un gigantesco apilamiento de barreras qultamiedos deformadas por el impacto de algún accidente automovilístico. La rotundi dad estética de la pieza procedía de la certeza de que algo mortal y sangriento se había producido en su entorno. Ésta era la sublimidad de la escul tura contemporánea- como la desnuda presenta ción de los módulos de hormigón con que se cons truyen los nichos funerarios- con la que Manuel Ludeña habitualmente trabaja. Veleidadesde la moda En esta exposición, sin embargo, Ludeña trata de introducir una meditación sobre tres elemen tos determinantes en nuestra vida cotidiana, como son la casa, el automóvil y el televisor, pero se queda en una reflexión externa, estetízante y fría. Para ello ha construido tres grandes mamo tretos con parqué, pintura al gotelé y toma de co rriente incluida, que simulan el interior de tres casas vueltas del revés; ha estilizado sus barreras quitamiedos, presentándolas en vertical, como si de esculturas modernas se fratase; y ha presen tado un vídeo, sin ninguna tensión emocional y escaso interés intelectual, sobre la presencia va cía del discurso mediático en nuestra vida. De los artistas buenos- y Manuel Ludeña sin duda es uno de ellos- -tenemos derecho a exigir obras más contundentes, sin concesiones a las ve leidades de la moda o a los gustos y tendencias co merciales. Ludeña trabaja en ese espacio límite en que el arte es creación pura y compromiso ex tremo con la obra. Que no lo abandone. Miguel Cereceda FOTOGRAFÍA El Sr. Anónimosale del armario James Bidgood GaleríaEspacio Mínimo. Madrid. DoctorFourquet, 17 De 1.500 a 2.950 euros. Hastafinalesdejunio primera exposiciónMínimo trae a España la A galería Espacio del sorprendente artista norteamericano James Bidgood, más conocido por su nombre artístico Les 11 b 1 des Hommes. A les pesar de ser prácticamente desconocido para el público español, entre el que yo me incluyo, pa rece como si Bidgood siempre hubiera estado ahí entre ese grupo de artistas conformado por entre otros Jeff Wall, Pierre et Gifies, Andrés Serrano, Cíndy Sherman o Philip Lorca- diCorcia, artistas que tanto han marcado la fotografía escenificada de los años 90. La única diferencia con éstos es que James Bidgood realizó toda su obra fotográ fica entre 1963 y 1970 y con unos medios mucho más modestos, convirtiéndose sin duda en uno de los precursores de la stagedphotograp zy. La exposición incluye una veintena de fotogra ñas de la serie Photoplays y varias tomas de la pe lícula Pink Narcissus. Convertida en cinta de culto en los ambientes gay PÜik Narcissus fue ex hibida durante casi 30 años sin que se mencio nara el nombre del autor, sólo aparecía en su lu gar Anonymus, hasta que en el año 1999 el propio artista, tras un largo proceso legal, pudo recupe L Pan (década losaflos do de 60) James Dldgood rar los derechos sobre su obra. El mundo artifi cial de Bidgood está repleto de cuerpos perfectos- -comoel de su inseparable acompañante y mo delo durante años Bobby Kendall- -objetos subli y mes sumidos en unos escenarios altamente oníri cos que reflejan sus experiencias como diseñador de moda, escaparatista y actor en espectáculos de clubes nocturnos. Tanto su película como sus foto grafías recrean un mundo a caballo entre el kitsch y el glamour que aborda aspectos como la homose xualidad, la religión o el narcisismo. Lo increíble de Bidgood no es sólo que haya creado toda la esce nografía, desde los atrevidos trajes de los modelos, los espectaculares decorados, hasta el original ma nejo de la luz, sino que lo haya hecho en un minús culo apartamento de poco más de dos por tres del midtown Manhattan. Y claro es que sus fotografías eran muy escandalosas para la época, aunque hoy no merezcan más que un comentario meramente anecdóctico. Cuando observamos las escenificaciones de Bidgood parece como si no hubiera transcurrido el tiempo, y nada nos induce a pensar que no se trata de creaciones recientes. Los colores satura dos, los estilizados decorados y la alegórica narra tividad de un universo homoerótico, en el que confluyen de manera sugerente el glam, el kitsch y el caos, nos recuperan a un artista original con un sello muy personal que propone unas imáge nes complejas que van más allá de lo que acontece puramente, y sin más, en la superficie. La obra de James Bidgood bien merece salir del circuito un dergi- ound, aunque de eso se encargará sin duda el magnifico monográfico editado por la editorial Taschen. PacoBarragán 32 ABC Cultural 22- 6- 2002

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