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CULTURAL MADRID 08-06-2002 página 33
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CULTURAL MADRID 08-06-2002 página 33

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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INSTALACIÓN Afte El viajemístico Noguchí de Isamu Noguchi Comisaria: Katarina Posch y. MuseoReina Sofia, Madrid C SantaIsabel, 52, Hasta 26 deagosto ON exposición, sin duda, esta se ha hecho un doblete. La obra de Noguchi unode los diseña dores y escultores más importantes del siglo XX como reza la hoja de Prensa en una certera definición) está expuesta en las salas del Reina Sofia, lo cual es algo que, como poco, merece la pena acercarse a ver incluso sin contar con un aliciente. Un además que se resume en que el montaje de to da escenografia de esculturas, dise ños, proyectos encuentros occidente orienta. ha corrido a cargo de Robert Wilson o, lo que es lo mismo, de uno de los más interesantes renovadores del teatro contemporáneo: alquimista de luces, de espacios; tamiz de herencias estéticas, musicales... Recordamos su último paso por Madrid con la histo ria de Woyzedc, sombra pictórica de la Grosz pisando los talones y la música del aguardentoso Ibm Waits de fondo. Son dos mundos creativos personalísi mos los aquí se dan la mano en un ma ridaje que no admite rupturas (la cIa ve: la armonía) porque Wilsonasume, hace suya la esencia del cosmos de No guchi, lo absorbe como una esponja para traducirlo en un recorrido de es pacios tenuemente iluminados, de la oscuridad a un difuso haz de luz, del nítido jardín japonés a la escenografia barroca del negro, de piezas que flotan en la nada. Ahí está el más difícil toda vía, dado el rotundo caráctez las mar cadas señas personales de Wilson, éste se amolda, arrope, la discreta comple jidad de Noguchi. Noguchi, que nace en Estados Uni dos en 1904, de madre norteamerica na, la escritora LeonideGilmore, y de padre japonés, el poeta YonejiroNogu chi, es la metáfora reencarnada en es ta vida de ese diálogo oriente- occiden te (las culturas, las estéticas 4 que con C Vistadelafueete Dodge, la plaza en PhlIlp Han, deDetroit A, (1971- 79) los años acabó fascinando a media hu manidad. i ambién se habla en su caso del desarraigo, de cómo lo padeció y de cómo le sacó partido, aunque sea mos nosotros quienes lo disfrutemos sin las espinas. Ni de aquí, ni de allí, conocedor de vanguardias y tradicio nes, privilegiado intérprete de ambas, ésta muestra es una buena prueba de ello. En lo expuesto no hay orden cro nológico, tal vez por temas pero no en un estricto sentido, porque ya com prenderán que, al cabo, en el caso de Noguchi, un mueble no es un mueble, como una lámpara no es una lámpara, ni una escultura es una escultura, ni un elemento escenográfico para las coreograflas de Marta Grahain, con quien colaboró durante más de treinta años, es tal. Las etiquetas sirven para orientarnos pero también para establecer unos compartimentos estancos Graham, junto a muebles y una zona que se superan en la belleza de todos especial donde cuelgan los famosos los proyectos de Noguchi y en la utópi A caris de Noguchi, cuya descripción ca ifiosofía de su mundo, baste recor vulgar los equipararía con lámparas dar que buena parte de sus trabajos de papel y que Jesús Palomino define para espacios públicos no llegaron a en un discreta hoja que se puede reco realizarse y aún nos quedan sus ma ger a la salida de la exposición como quetas, sus bocetos a escala miniatu esculturas de luz concisa metáfora. ra, pequeños anagramas de su abs- En la dos salas restantes, están plan U- actolenguaje. teados sus proyectos públicos (espa En ese tránsito de la oscuridad a la cios de juegos, monumentos, dentro luz, como en un viaje cuasi místico, se de en una suerte de jardín japonés, recorre esta muestra. Parte de una sa zen total toda una colecciónde obje la donde se camuflan como sombras tos, esculturas, bustos (recordemos las totémicas piezas de madera que que Noguchi estudió con Brancusi y realizó para algunas escenografías de que éstos trabajos le dieron de comer Maria Grahani, que se proyectan en en muchas ocasiones) y el cierre de pequeñas pantallas de video. En el si ese rayo que no cesa en el Monumento guiente espacio, como en una manida a Beniamtn FWinklin, frase, se hace la luz para recoger de otras piezas de los montajes de Marta LauraRevuofta 33 ABC Inaral 8- 6- 2002

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