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CULTURAL MADRID 25-05-2002 página 10
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CULTURAL MADRID 25-05-2002 página 10

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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NARRATIVA Amigos del presidente VaErifí PUIG Piratasen la Castellana blicafranceses se inventaron laafigura pú os intelectual, sobre todo partir del del caso Dreyfuss. Entonces Zola vertebró su elo cuencia en la primera plana de L Aurorepero mucho antes Voltaireya habla clamado contra algunas injusticias y arbitrariedades del absolu tismo en declive. El historiador Marc F umaroli ha explicadocomo nadie cuáles eran las gran des instituciones culturales cuando en todo el mundo se hablaba francés. Comofiguración de la historia colectiva, el escritor parece tener más perdurabilidad que el intelectual, sobre todo porque a vecespractica el silencio. Ser asiduo de las salas magnificentesdel Eli seo ha sido una vieja pasión de los escritores franceses, cuandono optaban al sillón de la Aca demia o se perdian en Extremo Oriente a cuenta del Quai d Orsay Incluso los hubo, como Mal raux, que llegarona la categoría de inquilinos, a la diestra de un De Gaulle que fue prosista de Grand Siéclepor no vivir en época que usase la espada y se dedicase a hacer grandes cosas. Se cuenta que cuando Bernanos regresa a Francia, el general De Gaulle le cita en el Eliseo: cara a cara, apenas cruzan unas frases banales de tanta que en la admiración y el respeto que se tenian. En otros casos, se practica la bufoneria. En el Elíseo de Jacques Chirac el escritor más querido es Denis Tillinac, un chiraquista algo utópicoque escribe comoquiera En Clii rae le Gaulois (La flble Ronde) Tillinac cumple con el retrato épico de su jefe del alma. Tillinac pa rece más bien un apasionado del rugby que un parásito de moqueta presidencial. A veces se pasa por el Eliseo, los domingospor la mañana, y Chirac le echa en cara sus pasiones inútiles y sus ingenuidadespolíticas. En el fondo, Tillinac es un romántico en busca del gran capitán y Chirac todavía es un personaje en busca de su autor. Tbdo muy francés, con sommeliera mano, ferias de ganado, nostálgicos del Antiguo Régi men y trostkistas que quisieron ser hijos adopti vos de Jean Gabin. A Le Pen- según Tillinac- le apetece más la literatura de paracaidismo. En el fondo, el gran legado de F ranciaes el arte de la conversación, ya sea en los tristes colo quios de la princesa de Cléveso en el salón de Madame Verdurin. Ese es el arte que constituye tan a menudo el trasfondo de una gran litera tura. De eso hablan Tilhinacy su presidenta Si el escritor quiere saber la lista de presidentes de la rcera República, Chirac dice saberse todas las dinastías chinas. Para el escritor, Chirac es un jefe galo, socialmente inclasificable, una suerte de condottíero la Quinta República. de Pasarse algunas mañanas untando tostadas en los jardines del Eliseo es una forma de ocio que ha de apetecer a cualquier escritor, por mu cho que esté en contra del poder. Ante la de cadencia de los salones privados, el gran salón de la Repúblicadisimula honorablementela cul tura como hipermercado de todo a cien. Mien tras, la función continúa, hasta ver si aparecen las aristas de la cohabitación. El problemaven drá realmente cuando quien reciba en el Eliseo ya no sepasi quien llega es Warholo Proust. 4. L Chlrac le Gaulois Sangre borbotones a RAFAEl. ABC Lengua Trapo. de Madrid, 2002 192 páginas, euros 14 j 2 a o o- o 1 MAGINEMOS- que ya es imaginar- a Madrid capital de una España en la que no sólo no hubiera triunfado la famosa Transición, sino que para más inri hubiera sido anexionada por los Estados Unidos, y ade más- milagro, milagro- tuviera una Castellana navegable, con un gran puerto fluvial en Atocha, y muelles y dársenas re partidos por todo el eje nortesur En ese escenario insólito y bien diseñado, con los recursos verbales justos, el escritor astu riano Rafael Reig (Cangas de OMs, 1963) encuadra el territo rio de su novela, algo a lo que tiene perfecto derecho, y monta una tramoya de serie negra en la cual, como es de rigor, hay de tectives privados, amargados en general y bebedores de larga duración, en busca de ciertas verdades que los malos muy malos tratan de ocultar en pro veclio propio. Dicho así, la cosa parece en trar por la senda de lo conven cional, pero, por fortuna, el au tor salva la situación llevando el argumento al estrato de una lúcida parodia, con sentido del humor a borbotones, como in dica el propio título, irónico, por supuesto, como toda la no vela, confeccionada con un es tilo hecho de retales del hard boiled norteamericano (Ray mond Chandler) las novelas del Oeste de M. L. Estefanía y la ciencia- ficción, sin excluir reta zos de narración erótica. ComedIanegra Reig se atreve con la come dia negra, una de las categorías más peliagudas del género, y la verdad es que sale del trance con dignidad, tanto en el plano narrativo como en el de la sá tira al mundo infeliz que pa- rece aguardarnos a la vuelta de la esquina, si las cosas no cam bian, lo que tampoco parece muy probable. Los personajes de Reig, en un rasgo original muy de agra decer, tienen vida propia como ocurre en las novelas se sudas, y no sólo se salen de las páginas sino que además se pierden y se van por ahí de co pas y parranda. Un arduo tra bajo para el detective protago nista, Carlos Clot, que debe encontrarios y devolverlos al redil del autor que los ha creado, con gran sudor y desesperación, por cierto. Sangre a borbotones es, en fin, una recomendable y diver tida novela de espíritu rabele siano que, aunque elaborada a base de pastiches de literaturas de quiosco, adquiere entidad narrativa propia, con un ritmo parcelado y esquemático ade cuado al desarrollo convulso, y a ratos galopante, de la acción. FernandoMartínez Laínoz o ABCCultural 25- 5- 2002

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