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CULTURAL MADRID 25-05-2002 página 8
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CULTURAL MADRID 25-05-2002 página 8

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
  • Página8
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NARRATIVA Grandes superficies ALEJANDRO GÁNDARA A gran superficie comercial es al mer cado lo que la city financiera es a la ciu dad, lo que María Jiménez es a Sabina y- -porqué no- -que Tierra de Campos es a la lo arquitectura ecológica, o sea, no se sabe muy bien qué, pero algo se intuye. Lo irnpor 1 tante es no perder el ánimo ni darse por ven cido, Sí a mí me preguntaran (cosa que nadie ha hecho y le alabo el gusto) qué es una gran superficie comercial diría que es un lugar en el que nunca encuentro loque busco, pero al que siempre voy con la ilusión de en contrarlo. Dicho de otro modo: en la gran su perficie hay de todo, menos lo que uno quiere. Lo que no quita para seguir yendo. Bien al contrario, las ganas de regresar se multiplican con el fracaso. La adicción mo derna nace y se desarrolla con la insatisfac ción. Los proyectos malogrados tienden a convertirse en ideales, Ya ves. Un día necesitas estanterías de urgencia o un enchufe múltiple y te encuentras pupi tres de ordenador, armarios acristalados o la Semana de la Clavija de Pared con un plan personalizado. Otro día se te ha acabado el capuccino en sobre y resulta que sólo queda el descafeinado, abarrotando los anaqueles como un gran sarcasmo enteramente dedi cado al iluso que hay en ti. Y en otra aciaga jornada se te rompe el cordón de un zapato y te encuentras con que sólo los venden en pa quetes de a diez, lo que te deja como al asno de Buridán, que no sabes qué es peor, si mo rir de hambre o sucumbir de hartura, El conjuro de Mallarmé El estenotipista enlaAcademiaUniversal ALBERTO ESCUDERO El Acantilado. Barcelona, 2002 467 páginas, euros 20 E o a o a E a) o a, realidad este libro es N consecuencia exacta de lo que plantea, en el terreno de la ficción, el mundo en que vivimos. Con esto quiero dar a entender que habría que valorarlo del mismo modo que aquel famoso aserto de Paul Valéry ese Mon sieur! lbste que tantas a) rrespon dencias guarda con el protago nista de esta novela, cuando afir maba que hoy día, entiéndase antes de mediado el siglo XX, en imposible, por ridículo, escribir aquello de la Marquesa salió a las cinco Y todoen la novela lo indica, porque, si se quiere ver así, que es uno de los muchos mo. dos que adopta esta narración, lo que aquí se dirime son los modos y maneras de lo literario, en un afán muy de nuestros días por lle gar a una suerte de texto que con tuviera todos los demás. En suma aquello que soñó Mallarmé y cuyo lugar Borges, otro obseso con el Libro de los libros, imaginó en forma de laberinto. Y la cosa no es nueva: baste retrotraemos a nuestros fundamentos para en contrar al inventor de la escri tura, Palamedes, en claro con traste, por aquello de la vertiente 1 especulativade la misma, con el 1 canto practicado por Orfeo, el que Tráfico de carros lograba encantar a los animales. Por otro lado, y por razones misteriosas, Pues bien, este libro prescinde aunque hay sociólogos que lo explican, las claramente de la senda marcada grandes superficies son en realidad gymka por el primer héroe para acotar nos de molestias. No hay nada que no sea un en exclusiva aquello que dice el poco fastidioso, sin llegar nunca a ser terri segundo. El resultado supone una ble. Dejando a un lado el aparcamiento del aventura intelectual apasionante. coche, está el tráfico de carros, las colas del Porque hay que imaginar un pescadero y del carnicero, los matrimonios espacio similar a los creados por enfadados, los niños perdidos, los que no pa Kafka en El Castillo, con sus es gan el refresco, todo ello tamizado por una tancias infinitas, o en El proceso, luz que busca en lo profundo de tu psicología donde la meta es ese juicio que al matarife de tus sueños. Son pequeñas co nunca se produce, o mejor, en sas que acaban liberando a la bestia que, de aquellas que asignan a cada cual vuelta al hogar, odia a los beneficiarios de la su lugar, las de la Comedia del compra, por muy parientes y muy menores Dante, para acercarnos a este es de edad que sean. tenotipista que se dedica, en la Claro que, te vaya como te vaya en el sa Academia Universal donde pa fari de tus deseos, a la salida siempre te des rece haber caído por error, siem pide una cajera muy simpática, inmune a tu pre hay un señor 11 que muestra desolación y cuya entereza y optimismo ha múltiples personalidades, a regis cen que resbales dulcemente hacia la más trar lo que oye y alterar, asi, y negra culpabilidad. La gente amable y lumi muy a su pesar, las nociones de nosa es el espejo perverso de la propia insu espacio y, sobre todo, de tiempo. ficiencia y siempre parece que sabe algo que Si al lector le parece que la novela tú jamás aprenderás. En ciertos sitios debe trata, en realidad, de una trans ría estar prohibida la alegría. cripción sobre el propio arte de Ahora yo pregunto: la polltica, el trabajo, narrar no andaría muy descami la globalización, la comunidad de vecinos, la nado. Lo delicioso, en todo caso, televisión, ¿no son como una gran superficie de este libro que se me antoja mental en la que siempre somos los clientes? conscientemente bizantino re Pregunto. side en el carácter de juego con que Alberto Escudero ha reves- E 1 talo la historia, juego que, quizá por eso mismo, alcance lo dramá tico mediante otros modos distin tos a los habituales. Goethe, siempreGoethe Desde luego lo que resalta asi, a primera vista, es la ironía que subyace en todoel texto; recuerdo ahora por lo que me concierne el capítulo titulado Los falsos ma gistrados y los críticos donde el estenotipista transcribe una hila rante resefia que pasa por ser mo delo: ni que decir tiene que la misma contiene por igual concep tos diametralmente opuestos pero defendidoscon el mismo ca loi es decii la misma mala leche, pues ya Goethe decía, siempre Goethe, que es inherente a la crí tica cierta dosis de antipatía. Pero no teman. Esto no implica que nos encontremos ante una novela que pueda pasar por dis frazado ensayo: lo que narra Es cudero es una historia que puede leerse al modotradicional, con su dosis de suspense; el modo en que se pasa del primer capítulo, Aquel día al siguiente, La má Lo delicioso reside en el carácter de juego con que Escuderoha revestido la historia quina de narrar me parece mo délico por ajustarse punto por punto a lo que se pretende, que el lector abra una puerta, al modo de quien opta por un determi nado camino en un videojuego, y que a partir de ahí se entre en otra realidad, en otro mundo, que tiene todo de onírico precisa mente por lo que contiene de ve rosímil, pero que sabe es un en cierro del que es prácticamente imposible salit Y tan tradicional puede ser la narración, que el au tor, en un afán que roza eso que suele llamarse culminar una buena faena hace que el prota gonista escape al final por donde se han fugadotodos los héroes del folletín, y desde luego y en pri mer lugar el Conde de Montecristo. Detalles así hacen de esta novela un juego deliciosode reco nocinjientos, como el del perso naje Bláii que siempre es el con traste y el punto de referencia que tiene el protagonista en su encierro y que recuerda a todas las parejas que la ficción ha dado a lo largo de las edades. El que, fi nalmente, nos recorra un hálito de no buscada melancolía al ce rrar el llbro nos habla de la exce lencia del mismo: el que indaga en el mundo de las formas puede encontrarse con que todo se des vanece; de ahí lo de apelar al recuerdo, es decír al relato, Juan Angel Juristo 8 %11: wt- d 2 E- 5- 21) 112

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