CULTURAL MADRID 11-05-2002 página 5

5; Flyde? art Oste 26 Sebrei- o, n querida nohz: no tu esta carta habrÁ de cru toree en el ztl. n c, n nra tya, yL que lo t t ce reo u! s, ur me yn tr. r rrnt sepa. el resultado de la entnvitte, aeeroa de nl. n bra iento, e tarortae. to te preocupe el tenor de que yo nueda carbiar de col n 1.6 n, posue seta ea una de en, o, tb lidadee raras que no. ofrece la vlde, iss cuales yo cefo nroftto y de una ve sbo, oorque a vece e be reterid, en rie cartas. nuén fattgso estoy de la larga reetdenuia en ente psts. En ni da mdt puede snr- cvechar, s el continuar equl y creo Que be soreneado en tres o cuatro anos e tieitno sufIciente pa ra ooswteter, ts cenliasente oua te ila Sido p iible 1 mi experiencia r- tLr- to. ta ida e Ánerioa, dn de eualquter ae reato que la onngldore, ee ventajosa y deseable. t pregunta sobre el salario que abi me orr cer 1 an. ra debida a mt de, ooneoimterto de esa monede; por lo demos, si tú conoce. esta memeda el co. te en extremo elevado y de la vida eou uncndrie que palo otorti. e dificultades. Trae tantos anon de sueldos tneutictentee, aun no estoy acostumbrado a la trabasen que impone 1 falta de reour sos. fl dinero y yo nos reoelem s, y de lcr tttalirto. en algo 1 babrh de peplo en esto. Ile flurece que aludes ala nroximtdad nade aid de? ueva Xqrk como una oompeneaeton de que eso lea pueblo y caspa. T (i no sabes que atiere oreflero vivir en el canco a vivir en la aiudsd, obre todo st ésta ee de lJproporalonel tibu manfl de landres o de ueva Yorc. j. esta le teso un ooco, y quist me etrat rae Eoeton, que supongo muy cerca de aid. Deseo ver arbole, desde mt v. ntan. ealtr a la eolede 4 y al tus- loto del eaex. o, y esa regla de vida medio conventual de un col. eflo ee Para mi atflettva. Insunttvement. atesore me gueto la vida rot 4 rad, y te un modo deliberado trato abon de vivir pan si trabajo, nue requiere el aislamiento guatoeo. mal 8 a tndome lo penol noelbie en trato con gente. y cosi extranae. Y, st no, reu nimbe al ftn, coieo tinto espero y dese ednraos darnos cuen- ta. 5 e las mutacionesque hayan sobrevenido en nosotros tras tanto tieruno de ausencia nutua. Este otc, jjo bara exMtu ente diez anos que nos senota 005, y seria coincidencia rara que non enoontrÁreanos de nuevo en otro ot. ono 1 al ounnhtrse ese lan so de tiempo. i mayor recelo os el de hallar dificultase para la en trada en loe E. U. No he hablado todavia al secretorio del Instituto ¿spanol, nt pien- so I- taoerlo hasta tanto que ren te el n, nbrantento, at lo rqntbo, y haya t ntdo alguna ent. re vista en el cnn. ul. ado. Contio e que ertoncee e quede aun un ee, -r oto de tres meses para anunciar mi di ntetbn antes de hamerla efectiva. liana pronto, puea sunongo he de recibir carta tuya en reve Tuyo 1 deba meneinr mii trstejoi. aon relset 6 n al non ahi, no sé el tondria interes trucar que estay teniiando una traduoclór itel ro! lus and Onntda de Bhakeepeare. Zs tarea difioll y tal vez de alguna signtti canota. trarQento uarido Carta a Concha Albonioz. de Debajo, Cuéllar en (Segoila) 1933 en bros de su generación (poetas, criticos y pintores) Y, desde luego, también se dedica un espacio iniportante a la vida del hombre, a sus orígenes fami liares, a sus estudios universitarios, a sus ocupa ciones profesionales, a sus tiempos de ocio, a su pa sión por las playas, e incluso a sus amores, tan breves como ¡ntenioi. La exposiciónde la Residenciade Estudiantes permite seguir también el trabajo de Cernudacomo crítico literario, como narradore incluso como dramaturgo Niñezy Juventud Sevilla en Como es costumbre en exposiciones dedicadas a la vida de un autor, en ésta sigue un orden es se trictamente cronológico. Así empezamos con los años que corresponden a la niñez y juventud del poeta en Sevilla (1902- 1924) espacio dedicado a El estos años es revelador en cuanto a la profunda huella que tanto el entorno familiar (dominado por la severa figura castrense del padre) como la ciudad misma (con sus calles estrechas, sus jardi nes, sus patios silenciosos) iban a dejar en el niño sensible que fue Luis Cernuda. En una segunda sala, dedicada a los comienzos literarios del poeta (19244928) se documenta el papel decisivo de Pedro Salinas como mentor suyo, su primer encuentro con Juan Ramón Jiménez, sus colabo raciones en algunas de las mejores revistas de la vanguardia española del momento, así como la publicación en abril de 1927 de su primer libro, Perfil del aire. En el siguiente espacio de la exposición se documenta el interés por el surrealismo que se hace evidente en la vida y obra de Cernuda una vez que éste abandonara Sevilla en septiembre de 1928. Se trazan los vínculos que Cernuda estableció, en Madrid, no sólo con poetas de su generación, sino también con pintores como Manuel Ángeles Ortiz, Ramón Gaya, Pedro Sánchez, Genaro L. ahuerta y Gregorio Prieto. También se reúnen ejemplares de las importantes publicaciones realizadas por Cer nuda durante los años de la Segunda República. Cabe agregar que, durante este mismo lapso (19311936) el poeta se entregó con dedicación a uno de los proyectos culturales más interesantes lanza dos por el Gobierno de la Segunda República: el de las Misiones Pedagógicas. Se trata de un episodio olvidado (y algo sorprendente) en la vida del poeta que queda especialmente bien reflejado en la am- e 5 ABC Cultural 11- 5- 2002