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CULTURAL MADRID 20-04-2002 página 31
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CULTURAL MADRID 20-04-2002 página 31

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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PINTURA tivo) por iniciativa propia, sino por azares del destino, impotente respuesta al exterior y al interior de la cueva: El patio del diablo, como bien lo defme el título de esta exposición. En la biografía de la fotógrafa se habla del suicidio de su hermana mayor a la edad de dieciséis años como el principio de todo o el fin de todo. La huida de casa, el refugio en los submundos. Real como el que Nan Goldin estuviera a punto de morir por una intoxica ción con drogas. Hechos que desde una continua metá fora realista o desde la propia evidencia aparecen re flejados en sus series de trabajos, pongamos el ejemplo de 57 días, donde relata la recuperación en el hospital. La búsqueda del amor, el desamor, la ruptura, el dolor captados desde una cámara introspectiva, sin tapujos, y que podría recitar al unísono ese poema de Alejan dra Pizarnik: He sido toda ofrenda un puro errar de loba en el bosque en la noche de los cuerpos lije Bailad of Sexual Dependency (Balada de la dependen cia sexual) el título una de las series de Nan Goldin: el grito de historias que acaban, de otras que empiezan, de pérdidas sin retorno. Burlas al tiempo Luis Gordillo Galería Marlborough. Madrid Cf Orfila, 5 De 21.600 a 97.700 euros- Hastael 18 de mayo Confusasexistencias Mis influencias son mi vida, mis amigos y el cine ha llegado a afirmar en alguna entrevista. De su vida personal ya hemos dado las pinceladas oscuras pero precisas. De sus amigos, también, aunque seria bueno traer los nombres de sus compañeros en la Escuela de Boston- -DavidArmstrong, Philip- Lorca Di Corcia, Mark Morrisroe y Jack Pierson- todos ellos nacidos entre 1953 y 1960, cuya obra fotográfica se ha expuesto conjuntamante en algunas ocasiones como testimonio de sus confusas existencias y por extensión de una época, autodestructiva cien por cien. Del cine: las imá genes de Man Goldin también fluyen, como vasos co municantes, en buena parte del llamado cine indepen diente norteamericano. Ha sido siempre el viaje a los fondos. I ll be yow- mirror (Yo seré tu espejo) es el título de un documental donde narra su trayectoria. Una breve biografía que publlcaba el número 4 de la revista Exit apuntaba: Centrada en las relaciones hu manas, frágiles y a la vez demoledoras, la obra de Nan Goldin se ha convertido en una de las más conocidas de los años noventa y, sin duda, una de las más fuertes lii Iluencias para los jóvenes artistas Digamos que ese es tar en la cresta de la ola o de una determinada moderni dad apegada al filo de la navaja ha llevado a Nan Goldin a colaborar con la cantante islandesa Bjork, o viveversa, en la serie Heafl Beat. Ahora, estoy más tiempo sola. Soy más espiritual comenta en la ya citada entrevista. Los años o las experiencias pasan factura y, efectiva mente, la obra fmal de la fotógrafa descansa en otras fi losoflas, en otras luces a las que también se les transpa rentan las sombras. Paisajes o secuencias donde el pa sado manda señales de humo. Sería absurdo seguir metiendo el dedo en la misma llaga hasta la extenua ción, parece haberse planteado una Man Goldin supervi viente de muchas y variadas catástrofes. Un calendario itinerante por fm nos trae la primera muestra retrospectiva que sobre la obra de Nan Goldin se realiza en Europa. Trescientas cincuenta imágenes que antes de llegar a Madrid, al Palacio de Velázquez, dejaron la impronta de su poesía de la desolación en el Centro Pompidou, de Paris; en la Whitechapel Art Ga llery de Londres, y que, posteriormente seguirá su peri plo por Oporto, en el Museo Serralves, por Turin y por Varsovia. Man Goldin, hoy por hoy es una diva de la fo tografía- -no el sentido presuntuoso, altivo, del tér en mino- -sino, porque se ha ganado, buscando entre los es combros, ese puesto en un pulso a vida o muerte. Como apunta Catberine Lambert, comisaria de esta exposi ción, parafraseando a Colette: Hay que examinar du rante mucho tiempo lo que nos proporciona placer, y aún más tiempo lo que nos causa dolor Esta, sin duda, ha sido la norma de Man Goldin. ECIENTEMENTE quejaba Fernando se Castro Flórez con razón de la ausencia de Luis Gordillo de determinadas exposicio nes internacionales de promoción del arte es pañol de los años noventa, como si su magis terio no siguiera alumbrando todavía a las jó venes generaciones de pintores, lo mismo que, a mediados de la década de los setenta, inaugurara una nueva etapa de la pintura es pañola contemporánea. Que Luis Gordillo es uno de los grandes maestros de la pintura española contemporá nea es algo que ya nadie discute. No sólo sigue siendo artista respetado y admirado por innu merables pintores de la generación inmedia tamente posterior a la suya, sino que además, y por derecho propio, figura ya en todos los manuales de Historia del az- te. Frente a la se riedad calderoniana y escurialense del grupo El Paso, la obra de Luis Gordifio introdujo un soplo de aire fresco en el panorama artístico español y trajo consigo un excelente sentido del humor. Su pintura era irreverente, irónica y burlesca, además de muy divertida. Pero reconocer que Luis Gordillo ha sido el gran maestro de la pintura española de los años setenta no quiere decir ni mucho menos que su trabajo se haya quedado anclado en esa década. Por el contrario, a lo largo de sus cuarenta años de dedicación a la pintura Gor dillo ha ido ganando en fuerza y en recursos expresivos, y así lo ha demostrado en las grandes exposiciones retrospectivas de su obra, y lo demuestra orgulloso en la reciente exposición de la galería Marlborough. R En una entrevista recientemente publi cada, Gordillo se manifestaba todavía preocu pado por aquel viejo problema, tan de moda también en los setenta, de la muerte de la pin tura. Su respuesta no consiste más que en se guir indagando todavía las distintas posibili dades expresivas de este medio. Su respuesta, serena y meditada, es precisamente esta ex posición. Preocupaciones Interesado por la generación de volúmenes, de profundidades y de espacios a partir de formas y de colores planos, es decir, intere sado ya en los grandes problemas clásicos de la representación pictórica, Gordillo consi gue obras luminosas de un fascinante colo rido y de un movimiento interior sorpren dente. La luz interior entonces, el movi miento, la profundidad y la perspectiva, los mismos problemas que ya preocuparan a Ve lázquez y a Picasso, son los problemas que ahora le preocupan, y en los que se muestra, con un lenguaje inconfundible y propio, como virtuoso conocedor de los recursos de la pin tora. Sin embargo, si Gordifio no ha alcanzado to davía la consideración internacional que la posición prominente de su trabajo en el con texto de la pintura española le otorga, tal vez no se deba, como algunos malintencionados sugieren por lo bajo, a su falta de visión co mercial, sino tal vez a la torpeza o a la miopía de los responsables de la promoción cultural española en el extranjero, que tienden a con fundir juventud biológica con vitalidad y con creatividad, olvidando o ignorando la que es la verdadera fuerza creadora de un artista en el apogeo de su madurez. Y si no, que vengan a la galería Marlborough de Madrid y lo vean. MiguelCereceda AlunIzando (2002) Acrflico lionzo LauraRevuelta Nan Goidin. patio del diablo El Museo Nacional ReinaSofía, Madrid, Palaciode Velázquez. Comisaria: Catherine Lampert. Del 25 de abril al 30 de iunio 31 ARt CuIu. ral 211 1- 2002

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