CULTURAL MADRID 13-04-2002 página 7
- EdiciónCULTURAL, MADRID
- Página7
- Fecha de publicación13/04/2002
- ID0005393668
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Libros Especie única ANGELA VALLVEY SCRIBtA Llenaban antes los pedagogía: Unamuno en Amor y libros de palabras, de relatos de he chos los atiborran ahora; lo que por ninguna parte veo son ideas Preci samente- -ya pesar de lo que dijera su autor- -no parece que sean las ideas las que faltan en esta novela vivípara como él mismo la clasifi caría; esto es: una novela que se hace al escribirse, y cuyo desarrollo es el producto de las exigencias de sus personajes. Una novela que fue tachada de antinovela sin serlo, en la que importan más los conflictos humanos que disecciona, y que es tári en plena ebullición, que las su puestas tesis que se le atribuyen. En ella cabe lo cómico, y lo ilógico desa rrollado con su propia lógica. Aquí lo ridículo nunca lo es, porque ocupa su sitio con magistral natura lidad y decoro. Coexisten por sus pá ginas tantos y tan variados planos (simbolismo, lenguaje, filosofía, reli gión, conciencia, metadramatismo) que no sólo es una novela, sino una gran novela, además. Narra el autor los intentos de E Avito Carrascal (un tipo que anda por mecánica, digiere por química, y se hace cortar el traje por geome tría proyectiva de hacer de su hijo Apolodoro el futuro genio del mundo a través de sucesivos inven tos pedagógicos que, como siempre, el instinto (llamémosle amor, aun que queramos decir sexo) se encarga de hacer añicos. En Amor y pedagogíacabe lo cómico, y lo ilógico desarrollado con su propia lógica. Aquí lo ridículo nunca lo es, porque ocupa su sitio con magistral naturalidad y decoro Los ojosy las manos Razón contra naturaleza senso rial. Simia sapiens y Hornoinsipiens. La belleza, podemos entender, nunca es el noii me tangere, porque en cuanto le ponemos los ojos encima deseamos que las manos vayan de trás, corromperla con el tacto. De modo que el pobre Apolodoro, en vez de conseguir ser un genio, como ha bía previsto su padre, cargado de ar gumentos y de ciencia, se convierte en un suicida, además de en un fra casado sentimental. Pero que hay que vivir, vivir, vi vir, eso también queda claro después de leer este libro. Porque lo demás son lilailas. ¿Es ésta una novela ex- travagante que ni siquiera parece, o es, novela? Pues bueno. ¿Y qué? Don Avito diría al respecto: Extravaga, hijo mío, extravaga cuanto puedas, que más vale eso que vagar a secas. Los memos que llaman extravagante al prójimo, ¡cuánto darían por serlo! Que no te clasifiquen; haz como el zorro que con el jopo borra sus hue llas; despístales. Sé ilógico a sus ojos hasta que renunciando a clasificarte se digan: es él, Apolodoro Carrascal, especie única Como esta novela. Especie única. ¿Quién da más? Lo de siempresigue igual FERNANDOROYUELA N 1901 Azorin Baroja y Maeztu, jóvenes escritores, ami gos, habituales de los mismos periócli cos, publican un manifiesto con el cán dido propósito de generar en España un nuevo estado social que la redima de la zafiedad reinante. Hablan de la descomposición espiritual, del hundi miento de las certezas filosóficas, de la bancarrota del dogma religioso, de la inutilidad de la política parlamenta ria. Siembran en sus escritos la semi lla intelectual del 98. Las obras que conciben en ese periodo andan im pregnadas de interrogación existen cial, de subjetivismo rabioso que poco a poco irá desembocando en un escep ticismo sombrío y demoledor. Camino de peifección, aparecida en 1902, se encuacira en este clima nada benévolo que pretende hacer borrón y cuenta nueva de la idea tradicional de España. Es una novela mística a la contra, tiznada de anarquismo ibé rico, rebosante de desafio anticlerical. El joven Pío Baroja se vale de un per sonaje insatisfecho, un antiguo com pañero de universidad llamado Fer nando Ossorio y le pone a danzar por los caminos castellanos a la busca de su identidad. Los paisajes son los otros protagonistas de esta novela; so brios, aunque bellos, descritos al E modo adusto del 98 con una simpleza aparente y una riqueza literaria des comunal. El camino empieza en un Madrid tortuoso, tremendo y claros curo en el que se suceden las estampas sociales. Los paseos en coche de punto de la burguesía acomodada compar ten página con las riñas de las mujer zuelas que merodean de madrugada la Puerta del Sol. Fernando Ossorio, puesto en la tesitura de confundir lo místico con lo erótico, entabla una tur bulenta relación sexual con su tía Laura que le empujará al cabo a esca par de Madrid. Emprende entonces un viaje iniciático por los pueblos de la sierra: Manzanares el Real, el Monas terio del Paular, Cercedifia, Segovia. El polvode los caminos que Baroja retrata se antoja un preludio de la litera tura de viajes que triunfará años des pués. A la manera de los místicos, Ossorio se sirve del camino para ex plorar su verdad interior, pero lo que descubre a la postre es el alma tor tuosa de España. El polvode loscaminos que Baroja retrata se antoja un preludio de la literatura de viajes Mucho soly muchoandar Gentes simples, embrutecidas, hi pócritas, de aspiraciones mezquinas y dogmas agusanados. Ese gusto no ventayochista por la ruina fisica y es piritual tiene bastante de romanti cismo soterrado. Tras mucho sol y mucho andar Ossorio desemboca en Toledo. Los cuadros de El Greco avi van las descripciones con su estiliza ción deforme y su misticismo colo rista. En el convento de Santo Do mingo Fernando Ossorio, sin apenas entreverla, sin hablarla, sin oírla, se enamora de una monja. Quiere fu garse con ella. Un crítico del Diario de Barcelona dijo de Baroja leyendo la novela que era un mico obsesionado por el erotismo. Tal vez quiso escribir místico, pero Baroja ya no lo fue más y hasta llegó a ver esta obra desde le jos, como algo alejado de sí mismo y fuera de las pautas de su estilo desali ñado aunque eficaz. En Camino de perfección hay una clara voluntad an tirretórica, pero a la vez una repulsa del prosaísmo naturalista dominante. El camino continúa hasta acabar a la perfección: Ossorio se casa con su prima Dolores y la paternidad le re dime de sus ideas perturbadoras so bre el arte y la religión, pero todo si gue igual. Sorprende leer esta novela cien años después. Hay lecciones que aprender aún en ella y literatura a mansalva que convendría reivindicar España ha evolucionadodesde enton ces, pero lo de siempre sigue igual. 7 ABC Cultural 3- 4- 2OO2