CULTURAL MADRID 09-03-2002 página 30

PINTURA Arte A solasconla temática Alfredo Hlito. Metáforas lo visible de Fundación Telefónica. Madrid, Fuencarral, C 3 Comisarios: Perazzo, Nelly Liliana PiñeiroJorge y Cordonet Hastael 7 deabril L fin, en España, Alfredo Hito; el Hito de pu Freza singular que, como los otros pintores de su raza sólo podría quedar afillado a una imposible falange de artistas excepcionalesa las clasificaciones o estilos, o a eso que él mismo llamó método de de sinformación y que es el usual de las Historias del Arte que hacen derivar unos nombres de otros. hito sólo podría estaz pues, del lado de quienes en la se gunda mitad del siglo XXhan salvado la pintura de las requisitorias de los métodos. Y tardé un poco en comprender la rotundidad con la que Sonia Henrí quez Ureña, su mujer, me dijo que a Hllto no le inte resaba la poesía, sólo la pintura. Pero me di cuenta de que esa soledad de la pintura, por muy misteriosa y poética que nos parezca la de flEto, sobre todo a partir de su decepción y su ruptura con el muy rui doso y manifestante arte constructivo argentino de los años cuarenta (el dé la revista Anuro, el de los Madí, y más el de la AsociaciónArte Concreto- Inven ción) fue todo su asunto. Que la soledad de la pintura fue su único tema, pero un tema sin posible aboli ción. Y también me di cuenta de que ninguna liten- tiene una poética previa que luego ejecuta, sino una tun- eso en para él la poesía- -debía conducir a la especie de incancelable apertura al enigma, a la confusión del tema verdadero con lo contenido en éL aventura del aparecer mismo, no de lo que aparece. Tranquila y como acechante, me aguardas le de NuevaspoétIcas cía a la Efigie, al bloque basamentado y vagamente A mediados de los SO, cuando Hito ya había visto antropomórfico que aparece en las pinturas de ese en directo la pintura renacentista y la de Mondrian título a partir de su estancia en México en los se y Cézanne, y aunque se había iniciado en el univer senta. Pero hito no quería que a cuento de esas figu salismo constructivo de Lbrres García, supo defini ras le hablasen de las construcciones precolombi tivamente que su norte no era el sur Nunca quiso nas; no quería asociaciones literarias. Hito supo verse sumergido en la poesía de las supuestas raíces. que todos los métodos, todas las filosoflas, al llegar a Pero también entendió que aquel purismo bidimen la pintura se convierten en una experiencia, y que sional del concretismo en otra poesía, lo que para él ellos sólo quisieran impedir esa experiencia. Pri no en sino otra literatura. El pintor de su raza no mero, en unos espacios continuos, indiferenciados, aparecieron los Simulacrosluego las fligies, las Jet nostasis, y, al fin, esas pequeñas, leves, sensibillsi mas cabezas que hizo casi sin hacer nada en los pri meros noventa. Cuando dijo que le gustaría que sus pinturas fueran tomadas como metáforas dejo visi ble parecía saber que lo visible está condenado a resultar metaforico, que la realidad única es la de ver, de igual manera que lo que aparece en la pin tura, eso que quiso suprimir el purismo concretista confundiéndolo con el tema, no pasa de ser otra me táfora, y que es el aparecer mismo el único tema de la pintura. Enrique Andrés Ruiz DIBUJO La vidaa grandes trazos Saul Steinberg IVAM. (Sala la Muralla) de Valencia Comisaria: Ashton. Dore Organización: y Fondazione IVAM Europea Diseño. del Hasta 7 deabril el OINCIDEN dos museos distantes- -queno en tan distintos- sendas muestras dedicadas a au tores cuyo irónico dibujo transformó durante el si glo XX la forma de entender la Prensa. De un lado, la que el Reina Sofia dedica a los caricaturistas de la Generación del 27. Del otro, la que hasta principios de abril el 111 AM preparado en torno a la figura de ha Saul Steinberg (Rumania, 1914- Manhattan, 1999) La exposición valenciana, la primera que un museo es pañol dedica a este artista, la conforman 90 dibujos, en su mayor parte bocetos, primeras ideas o dibujos que jamás llegaron a ver la luz impresa Fue Steinberg un hombre polifacético, que bebió de las más variadas fuentes, cosmopolita y viajero empedernido (aunque en más de una ocasión sus desplazamientos estuvieran motivados por cuestio nes ajenas a su voluntad, como cuando se trasladó por primen vez a Nueva Yorkhuyendo del fascismo ST. italiano) Hijo de un impresor y encuadernador, Steinberg estudió sociología y psicología en Buca rest, aunque acabó doctorándose en arquitectura en Milán. Este carácter ecléctico da lugar a una produc Sin tItulo (1962) tta tluta ylápices colores Gral de C ción artística que definió como nadie Harold Rosen berg (de quien la exposición, junto a Calder y Giaco metti, incluye sendos retratos) que describió a Steinberg como escritor de imágenes- solo posible en una mente detallista y ávida de encuentros- y ar tesano de reflexiones filosóficas. No en vano, la pre sente muestra agrupa sus contenidos en las temáti cas más variopintas: de las mujeres a las máscaras (la nariz será un motivo recurrente) sin olvidar las ciudades (Milán, Nueva York, París... cuyos respec tivos caos se confunden con los trazos) los deportes, pero también aspectos menos mundanos como la ti losofla, la música, la sombra o la crítica artística, apartado este Últimodonde el autor carga las tintas, en todos los sentidos (de ahí sus artistas que se su ben en los pedestales destinados a sus obras; gatos que pintan peces cubistas, los trabalenguas que ge nera el nombre de Braque. Steinberg no hizo sino traducir la poesía al dibujo, con su belleza, con su desfachatez, con sus trampas. Por eso, su método- como señala R. Bathes- -en es buena medida resultado de sus figuras retóricas (me táforas, metonimias, repeticiones, antítesis) de sus figuras del sentido (lapsus voluntarios y anamorfo sis) y de sus propios recursos, los que dotan de auto nomía a las obras y de un trazo reconocible que en gancha a la mirada, al corazón y a la sonrisa. Javier Díez- Guardiola ABC Cultural 9- 3- 2002