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CULTURAL MADRID 02-03-2002 página 32
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CULTURAL MADRID 02-03-2002 página 32

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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ESCULTURA PINTURA Arte Costus Costus GaleríaSen. Madrid. Barquillo, Cf 43 De 16.200 a 29.000 euros. Hasta 25 debril el Piezade la asilela osculbn es tocada Pablo Maojo Pablo Maojo G. Cuatro Diecisiete. Madrid. Príncipe Vergara, Cf de 17 De 150 a 7.212 euros. Hasta 9 de marzo el cristianos sustituyeron los toques de campa AJOel dominio del Gran Turco, monasterios nas por los de largas tablas de madera suspendidas en el aire; percutidas servían para fines idénticos al de los prohibidos repiques del badajo. Sencifios, vi vos, útiles instrumentos cuyo alcance, aún sin cajas de resonancia Particularizadas, era grande. A ellos me han recordado las esculturas- xilófonodel astu riano Pablo Maojo, piezas cuya mayor sofisticación, con sus teclas de diferentes longitudes y grosores, con numerosas voces, no se aparta de esa sencillez básica, siempre emocionante. La escultura es tocada, se titula la colección, y la adhesión que se siente es inmediata. Aprobacióny apego a esa libe ración de la escultura hasta manifestarse como principio sonoro, comovolumen sin peso, con musi cal presencia de marimba. Perono es el arte sonoro el único atractivo de esta exposición. Pablo Maojo (San Pedro de Arnbás, 1961) tiene mucho de artista mago, capaz de encarnamiento, de sorpresa, de transformación de la materia al primer toque, de convocatoriade múltiples relacio nes y asociaciones estéticas. Maojo no se sirve nunca en vano de procedimientos, imaginaciones y lenguajes: sabe reunir su diversificación en un propósito y unas realidades abarcadoras. Su prác tica de la pintura, del grabado; sus creaciones en terreno tan lábil y fecundocomo el de los libros de artista; sus investigacionesanteriores en la expre sión sonorade sus obras, han venido a ser parasus esculturas actuales una especie de práctica convo catoria. Ttdas las piezas de Maojorespiran, y junto a su repercusión anímica e intelectual como conf 1 guración creadoraestá siempre presente la evoca ción de la Naturaleza, de la madera, de los cielos cambiantes, de la tierra y la atmósfera. Éste es un conjunto que se convierte en referencia ejemplar de lo que podemospedirle al arte que se está ha ciendo, sin que el arraigamientoen uno mismo y en su entorno natural limite el largo, alto y lejano vuelo estético. La actividad en el tallery las obrasde Maojosir ven ademásde asunto y temade una colecciónfoto. gráfica exquisita, cuyo autor es José Ferrero. En blanco y negro, ofrece otra dimensión de nuestra forma de relacionarnos con el color natural de las maderas y con los pigmentos añadidos- -azul, blanco, amarillo, rojo- con tanta discreción como expresividad. Es una exposición que recomiendo sin la más pequeña reserva. B Historia de la pintura paraun zambullirseen la OS tonificados 80 fueron sacarnuevas conclu siones, en ocasiones disparatadas; una revisión crí tica de lo que había ocurrido. El binomioCostos, pe rezosamente encasillado en la figuraciónrealista, file una divertidaalternativaal conceptualismo al y ininímal, a la denominada pintura- pintura de la década precedente. Juan Carrero (Palma de Ma llorca, l955- Sitges, 1989) EnriqueNaya (Cádiz, 1953 y Badalona, 1989) intensa simbiosis creativay perso nal, se trasladaron de El Puerto de Santa Maria al Madrid de Tierno Galván para pintar los rostros, hoy referenciales, delmomentoque vivían. En su peculiarvisita a lo pretérito, pretendieron hacer intemporal lo presente recurriendoa temasy motivos olvidados. Se tomaron las mismas liberta des que otros habían aprovechado parasu propioen grandecimiento e interpretaron la iconograflatra dicional desdela contemporaneidad. el arte posSi moderno abordaba el mundo de la imagen y el consumo, ellos interpretarían símbolos- del Ba rroco al pop- que expresaran unas señas de identi dad de las que no se podía renegar. Éstos son los planteamientos de la serie El Valle de los Caídos (1979- 1987) conjuntode 25o bras (en la galeríase un exponen 18) que, a través del monumentoescultó rico- arquitectónico, repasa dos pilares del fran quismo: la religión y el Ejército. Las figuras, mode los febriles y exhibicionistas (McNamara, Alniodó yaz C. Berlanga, los propios artistas) se convierten en una hagiografla contrarreformista coloresáci de dos y gran formatodestinada a irreverentesaltares de la Modernidad. Costos exploró las posibilidades irónicas delpasadoinmediato y presentó a un gene ral Franco con el rostro de Tino Casal- Caudillo (1985) -o a una piadosaAlaska, imagen de la Patria (1986) La perspectiva hace intuir queexiste un cues tionamiento perverso, una sofisticada autocrítica tras sus carnales, espontáneas y desinhibidas pro puestas. Precursores del glam, los iconos generacio nales gestados en Cádizy Madrid llegaron a Lon dres, NuevaYork, Caracas... Fueron retratistas de la rertil Movidamadrileña, de un undergrciund ex hoy tinguido. Su obraes testigo de un tiempo y por eso, Historia del Arte, aunque hayaa quienle pese. L PreludIo (2001) JoséViera José Viera Sala Julio González. Ministerio Educación, de Culturay Deporte. Madrid Avda. Juan Herrera, Hastafinales mes de 2. de pacientementeque desdehace treinta años (MaN pintoras componiendoJosé Viera lleva las cena. 1949) es ya que se nos dé a ver que la razón no engendra monstruosen permanentemetamorfosis degenerativa, sino que se nos dice que esa razón no puede crear nada. También nos dice Viera que la propia Creación- así, con mayúsculas- -como está cautiva, en una especie de trn- ceri piranesianas (que seguro que son de su gusto) precisamente de ese desvío según el cualla vida y el mundoson ilusiones de nuestra conciencia y sólo la razón nos da el au téntico objetodel conocimiento. aire renacientey El barroco que evocan las asfixiantes atmósferas de Viera apuntanpor lo demás a esa época en la que el conocimiento científico sustituyó, con el silencio eterno de los espacios infinitos y pascalianos, a la memoria perdida de las cosas de la que hablóen su libro Eugenio Trías. La Creación, pues, ha per dido su memoria, por no decir que su encarnación, y lo creadoy su terror, son ese único mundoposible que arrojala sombrade la muerte, como decía Leib niz, sobrelos otros que ya nunca llegarána ser. En la pinturade Vieraestá la figuraciónsurrea lista de talante más o menos daliniano, con la que MaríaGarcía Velo comparte el escalofríoante la amenaza de que esos otros mundosabandonados la verdad mecánica por vuelvan a aparecer para vengarse, tal comoen aque lla pintoraolvidada ab que Juan Eduardo Cirlotde dicó un gran poema, Monserrat Gudiol. Y también está aquí, como anotaJavier RubioNomblot, la pe sadilla realista en la que se tensan la evocaciónde lo mecánico y el amargo destino de lo biológico (cuando esa razón ya lo ha convertido en objeto) como en el José Hernándezque animó- -y marcó- a Viera al comienzode su ya larga trayectoria. Ignacio Gómezde Llaño, uno de los muchospoe tas que han acompañadoa Viera (ver el excelente poema El prisionero, que le dedicó Julio Martínez Mesanza) soñó, a la vista de estas fantasmagorías, con un consistorio secretocompuestode extraños personajes locos, increíblementelocos que ri gen los destinos de la humanidad la locura del Y mal y delvacío, minuciosamentedescritapor Viera, convierte en monstruoa la perspectiva, las criatu a ras, conscientede que en la cárcel de las verdades únicamente humanas la Creaciónno tiene lugaz y la materia y sus órganos putrescenteshan suplan tado al alma, dejándonos el estuporde una danza en mecánica y enloquecida. E Carmen Pallarás 32 AHC Cultur, I 2- 4 C. Pí 2 Templanza (1981) Acrfllco tabla Enrique Andrés Ruiz

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