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CULTURAL MADRID 02-03-2002 página 10
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CULTURAL MADRID 02-03-2002 página 10

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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Deslindes; 0 NARRATIVA Citas musicales VALENTEPUIG Amoresconcéntricos El ejedelcompás GREGORIO SALVADOR Planeta. Barcelona, 2002 380 paginas, euros 18 gorio ya casi ocho años, Gre ACE Salvador saltaba a la palestra con un libro de relatos ti tijiado Gzsualidades. El eminente ifiólogo mostraba así una yeta pu dorosamente escondida de narra dor que ahora se prolonga y explaya con este debut novelesco. El eje del compásconfirmauna sospe cha que nos había asaltado tras la lectura de Casualidades: el escri tor que comparecíaen aquellaspá ginas, aunque ajustaba su fabula ción a los exactosmecanismos del cuento, empezaba ya a proponer resoluciones narrativas que prelu diaban al novelista. Las revelacio El eje del compás logra nes azarosas que decantaban al aquellas piezas breves, la minu imponernos novelista ciosa exploraciónde las relaciones tardío que cuentay humanas que proponían, el em pleo alterno de la introspección desentrañalos psicológica y de un humor con vo pasadizosdel alma cación vodevilesca o satírica per mitían vislumbrar un universo propio que requería a gritos el cauce más extensode la novela sido adjudicados; otras, como la intempestiva Isabelola impetuosa El cataclismo azar del Natalia, no se resignan a quedar El azar era en Casualidadesel recluidas en su órbita. El drama cataclismo que desbarataba el an surge cuando esas órbitas chocan damiaje sobre el que se sostienen entre sí, reclamando exclusividad; certezas y seguridades, tambiénlos y entonces se delata el territorio raÉisrecónditossecretos, arrojando movedizo sobre el que Ernesto ha a los personajes a situaciones de asentado sus pretensiones amoro irresistible comicidad o angustia sas: pues aunque intenta querer a atroz en las que siempre subyacía todas sus amantes y no herir a un perspicaz entendimiento de la ninguna más de lo imprescindible, naturaleza humana. Estas virtudes las está condenando a la desdicha delataban a un escritor neto, que de una cárceLQuizá en este punto abastecía sus ideacionescon expe la novela merodee la inverosimili riencias propias o cercanas, sin tud, pues el lector no acaba de en préstamos ni engolamientosartifi tender cómo Ernesto insiste en ciosos. Estas mismas virtudes, más sus flirteos, cuando ya el tumulto aquilatadas, vuelvena congregarse de amantes insatisfechas con el en el libro que comentamos. papel que les ha sido asignado al En El eje del compás, Gregorio canza el estruendo. Ciertamente, Salvador nos narra la peripecia nada tan complicadocomo contro sentimental de un profesor de His lar la plural historia de nuestro cotoria, Ernesto Reche, cuyo ímpetu razón, pero la inconsciencia del amoroso sólo es comparable a su protagonista nos lo hace un poco pasión intelectual y polemista. El antipático: al dejarse amar por titulo de la novela nos es diluci tantas mujeres, está ofreciéndoles dado desde el primer párrafo; Na un amor despedazado. talla, sobrina y amante del prota gonista, compara a Ernesto con el Precario equilibrio eje de un compás: T afianzas en Luego, cuando la fatalidad o el un punto que estimas inamovible azar funesto alteren defmitiva y nos marcas a todos, mejor dicho, mente ese precario equilibrio so a todas, la distancia a la que debe bre el que se alianza la existencia mos quedar de ti, el circulo infran de Ernesto, la figura de esas muje queable de ese mundo que tú re res sacrificadas o redimidas por servas, al que no quieres renun su amor cobra fuerza. El autor ciar ni por nada ni por nadie Las cede la voz a esas mujeres, que páginas que se sucedennarran las ahora ya por fin han dejado de ser relaciones entre este seductor y prisioneras de su círculo y se pue las muchas mujeres concéntricas den congregaz abandonados los entre las que se reparte su vida. tapujos, ante el hombre que las Algunas, comosu esposa Tali, han completa. Surgen entonces pode. renunciado desdeel principio a co rosos retratos de abnegada huma lonizar los círculos que no le han nidad, como el de Tau, la esposa DVARI) música, Grieg daba porpor nórdica y su seguramente supuesto que de inspiración folclórica, tenía un cierto sabor a bacalao. En otras tantas partes hay música popular que huele a pies sucios. Al progra mar la música ambiental de los ascensores a menudo se condensan todos los símiles evo cativos que vinculan la publicidad de deso dorante y un alegretto trifiado. Hay música para todo. El doctor Johnson mantuvo la sensatez al escribir que la música es un mé todo para emplear la mente sin tener que pensar. En más abstracto, Leibniz dijo lo mismo: (Música es la cuenta llevada a cabo por una mente que no es consciente de que está contando Un sistema que nace de lo equívoco, una geometría en el tiempo: dul ces o abruptas, se sabe las músicas contribu yen al pasado que no habíamos vivido. E H A capella En A capella (Editorial Ma Non Troppo) lan Orofton y Donald Fraser compilan más de tres mil citas sobre la música y los músi cos para que el lector halle lo que busca o tope con lo que no se esperaba. Diabólica mente, Ambrose Bierce dijo que el acordeón es un instrumento con los sentimientos de un asesino. (Si tuviera que bailar en una prisión, me gustaría hacerlo acompañado por un clarinete afirma André Grétry ad mirado por Robespierre y pensionado por Napoleón. Del clavicordio comenta Sir Tho mas Beecham con impertinencia que suena como dos esqueletos que copulan sobre un tejado de estaño corrugado. No extraña que a Lenin la música le alte rase los nervios. A los compositores les al tera los nervios la música de sus colegas. De Berlioz dice Bizet que tiene genio pero no tiene talento. Berlioz dice de Chopin que es tuvo muriéndose toda su vida. Débussy llama a Wagner viejo envenenador Del Re quiern de Brahms dijo Shaw- crítico musical sulfúrico- -que tan sólo lo resistían los cadá veres. Un tenor- -concluyóel director Hans von Biilow- no es un hombre, es una enfer medad. Balalçirev define a Haydn como un genio de la música vulgar que provoca una desmesurada sed de cerveza. Claro que el nombre de Haydn nos suena pero a Balaki rey los profanos tenemos que localizarle en las enciclopedias. Los cisnes cantan antes de morir y no es taría mal- añade el poeta Coleridge- que cier tas personas murieran antes de cantar Son frases para uso mundano en entreactos indo lentes mientras se bosteza disimuladamente en la platea. En una carta desde Barcelona Arnold Schoenberg teme que los amigos con los que juega al tenis se espanten si oyen las horribles disonancias de sus composicio nes. En estas materias la última palabra acos tumbra a tenerla Goethe y más si pretende definir la música de Bach: Es como si la ar monía eterna conversara consigo mismo, algo parecido a lo que debió ocurrir en las en trañas de Dios poco antes de citar el mundo Se acude siempre a las citas de Bach, más aún que a un lugar del primer crimen. 4 de Ernesto, a quien hasta enton ces sólo habíamos vislumbrado entre la penumbra de secunda rios. En estos retratos de mujeres enaltecidas por el amor quizá se concentren los pasajes más emo cionantes de El eje del compás. Una novela que, entreverada en el asunto sentimental, nos ofrece una muy beligerante y apasio nada defensa de la dignidad inte lectual y la verdad histórica, frente a las mistificaciones y em ponzoñamientos a que nos han condenado las componendasde la corrección política. Una novela servida en un lenguaje terso, en continua fricción con el engola miento, que logra atrapar la hui diza y contradictoria naturaleza humana, iluminando sus recove cos peor explicados, sus pasiones más confusas o laberínticas, sus sacrificios, sus egoísmos, sus irre solubles paradojas. Una novela que logra hacernos olvidar al aca démico que la escribió e imponer nos al novelista tardío que man tiene la alegría de contar y desen trañar los pasadizosdel alma. No puedo concluir este artículo sin recordar a Ana la nieta de Gregorio Salvador, cuya memoria se invoca en la doliente dedicato ria de El eje del compás. Tuve el alto honor de considerarla mi amiga; nos dejóde repente, mucho antes de que lo merecieran su ta lento, su curiosidad, su belleza, su júbilo de vivir Pero el amor que su abuelo le profesa sobrevive a su ausencia. Y es que también hay amores sin ejes ni órbitas; amores que franquean todas las barreras, hasta las de la muerte; amores que anegan nuestros días; amores que habitan en la eternidad. Juan Manuel Prada de El último artículo de Ana Gui llén Salvado, Leer debajo de la camw apareció en ABC Cultural el 8- IX- 2001 2 a) a) o a o ABC Qdtunl 2- 3- 2002 1

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