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CULTURAL MADRID 23-02-2002 página 25
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CULTURAL MADRID 23-02-2002 página 25

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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Duchamp atiende más al juego formal. Pero hay quienes dicen que es un gran simbolista, y ahora también lo sospecho. Aparte, le estoy muy agradecido porque él se encontraba en el jurado que me dio el Premio Carnegie. Su obra presta gran atención a la alquimia. Lo que pasa es que no hay que establecer las relaciones directas con este tipo de conceptos, como en el caso de Mondrian y la teosofia. Los dioses han dejado el Olimpo para transformarse en con ceptos filosóficos. Los artistas se sienten atraí dos y tratan de darles forma. -Para dar perceptibilidad a esos concep -La diferencia se puede encontrar incluso en el Cristianismo. El nirvana es un desapego de la realidad y hay que buscarlo en una inmanencia, mientras que el samsara, que es en donde reside el orden temporal, es en el contacto estrecho con lo inmediato y real en donde hay que buscar la conexión, a la que se penetra también mediante la inmanencia. Pensarla intenelón Valordelarte ANrowl TAPIES Ilustraciones autor del y anagrama Tchia- o de Cheng AvedelParaíso. Madrid, 2001 206 páginas 15 euros, pesetas 2.495 AY artistas que escriben sobre su arte; pero Tápies lo hace para deslindai sea cual sea, el cometido del arte en general y de cada obra en concreto sobre la sociedad y el hombre. Si el artista pinta, esculpe o graba, a Tápies le interesa saber por qué se dedica a esta tarea y cuál es la finalidad u objetivo de su acción. Los medios o los procedimientos, lo dirá él mismo a lo largo de los textos que aquí se reúnen, es cosa que resuelve al albur de cada circunstancia y al amparo de la profunda filosofia de la libertad que ha de guiar cada acción del artista, que escogerá el material e instrumento más idóneo para conseguirlo. Alcanzar el objetivo y fmalidad del arte, que es el de acercarse a la sabiduría y concienciarse de la sacralidad de los objetos y la naturaleza que nos rodea, porque el arte- -Tápies llegó a esta conclusión- -es una vía para el conocimiento profundo y un lenitivo para las almas. Todo esto, a su manera, está en las páginas de este libro que recoge las reflexiones del artista entre 1986 y 1993, en donde, entre otras, se contienen aquéllas que llevó a cabo ante las instituciones oficiales y académicas, que reconocían así el esfuerzo y sentido de su trabajo de artista, aun desagradándoles la intencionalidad y la forma intelectual de formularlas. Asimismo traza el perfil de su opinión personal, siempre rectificadora respecto de lo establecido, sobre algunos creadores clásicos y contemporáneos, sin descuidar, por supuesto, su relación con los poetas. En este sentido, nuestro autor dice las cosas como las piensa y siente, y cree que más o menos ése sea su mensaje. En estos textos se habla del arte, no como una imagen del entorno, sino como una contemplación interior (discurso de ingreso en la Academia de San Fernando) se exalta la plasmación de la lógica de la contradicción, de las paradojas y de las reacciones inesperadas, el despertar súbito que provoca el arte imperfecto Pero el autor también analiza el derecho que tiene el artista a preservar su imagen frente a quienes quieran utilizar su obra para otros cometidos que no sean los que entienden el arte como una vía del conocimiento y de formación del espíritu. Asimismo no se queda corto cuando hay que intervenir, aportando su opinión y testimonio, acerca de cuestiones del urbanismo o de preservación del paisaje. Todo está en estas páginas que no son autobiográficas (lo hizo en Memoria personal, 1977) y que, además contienen, en la cubierta, el anagrama que el calígrafo japonés Tchia- o Cheng ha recientemente elaborado para él. al transcribir en ideogramas japoneses los componentes fonéticos de su nombre: Tá- pi- e- s. P. El caminodelespíritu -Señalas que los museos son ahora cen tros turísticos y de mercado, que han deja do de ser santuarios del espíritu. En el caso de la fundación que lieva tu nombre, ¿no debería tu obra ser la mejor representada y con más permanencia? -Los museos se han convertido en un espec táculo popular, abandonando el camino del espí ritu y de la sacralidad que, en el fondo, es el arte. Respecto a la Fundación, creo que haría falta más espacio para que mi presencia fuera más constante e intensa. Quizá habría que habi litar el tercer plano del mismo, ahora dedicado a despachos. Pero como ya se sabe, en esta vida las cosas se explican por el momento en el que fueron hechas. -Haces alusión, ante la vulgaridad en que está cayendo en muchos aspectos la existencia, a que el artista auténtico parece que se retira. H Yo llego a mi obra por la ley del contraste, dela reducciónhacia una idea, un sentimiento o una sensación tos filosóficos, ¿cómo es qué acudiste a la materia y no te limitaste a convertirte en un predicador? -Los artistas a veces nos dejamos ir por el inconsciente, salga lo que salga. Hay una palan ca que lleva a dar saltos en el vacío y hacer cosas para sacar un poso interior. Eso quizá es más propio hacerlo con las materias que, en mi caso, configuran el arte. Para ml el resultado material no ha sido nunca un freno. El arte es sentir y pensar. En Oriente saben mucho de eso. -Qué diferencia establecerías entre nir vana y samsara, conceptos que manejas muy bien y a cuya práctica parece que atiendes? -Lasinmersiones místicas son formas de dis tanciamiento. Pero no se trata de eliminar el mundo, sino la manera de iluminarlo. Así en mis recientes obras con arenisca parece como sí iniciara un intento de abandonarlo todo, para acabar en la nada. Mucha gente tiene la idea de que la mística es una cosa así. Pero no es sólo esto: es una exaltación de lo más simple para remontarse. Defiendo esta actitud mística. Por esa simbólica real con la que actúo y trabajo en mis obras, creo que deberían entenderse como una exaltación de la agricultura- -la tierra removida- -y ladear la idea de una resignación frente a la muerte. Hay que sacralizar la tierra, santificarla como vida y asumirla junto a todo lo sencillo como en una actitud animista. El arte puede entenderse como una agricultura, una atención gastronómica, como quien elabo ra el vino. Habría que recuperar el olfato. Esto se puede aplicar a todo. Los japoneses lo practi can. Quizá por ello son tan respetuosos, muy educados. La educación ha de abrirte a los valo res universales, porque el arte se extrae de la inmediatez. -Quizá, tal vez puede decirse de tu obra que es povera, minimafl- -Algodebe de haber de ello, pero es otra cosa. Yo llego a mi obra por la ley del contraste, de la reducción hacia una idea, un sentimiento o una sensación. La cruz, por ejemplo, es el elemento más simple, pero también el más recargado. En este signo hay toda una geografla del universo. Lluil decía que los pintores sólo tendrían que pintar cruces- Es el reduccionismo de máxima intensidad. -Pero en todo ello, ¿no hay mucha teoría? -El artista, más que teorizar, lo que hace es experimentar. Yono hablo de la técnica porque no sabría qué decir Cuando no creo material mente me dedico a pensar. Pero no mezclo. 4 25 ABC Cultural 23- 2- 22

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