CULTURAL MADRID 02-02-2002 página 41

ÓPERA La parte central del laberinto revela asimismo la presencia de dos corazo nes entrelazados. ¿Quizá una críptica alusión a alguna dama de la corte que Vincenzo honraba con su aristocrática e interesada atención? Tal vez sí, tal vez no. Lo cierto es que, en su dimensión oficial, el amor siempre estuvo, para Vincenzo, reñido con la razón de Estado, el cálculo político y una incómoda- por no decir grotesca- sensación de intimidad violada. Como cuando, du rante el proceso de anulación de su matrimonio con Margarita Farnese, se tuvo que proceder a un detallado examen de las partes íntimas de ambos cón yuges, para averiguar una supuesta incompatibilidad anatómica entre el duque y su esposa. Sin olvidar tampoco sus segundas bodas con Eleonora de Médicis, cuando Vincenzo se enfrentó a la necesidad de despejar cualquier duda sobre sus capacidadesamatorias. Razónpor la cual se sometió a una prueba con unajoven florentina (de nombreJulia) bajoel atento control de un tribunal. Un mundo rumbo sin Ferrara. O que le impulsaría, en 1604, a intentar convencer- en vano- a Gali leo Galilei a quedarse en Mantua. El sentido de la inestabilidad de los destinos humanos (tai vez sí, tal vez no) le acercarla también a la hechicería y la alquimia, llevándole a abrir un gabinete alquímico en el Palacio Ducal ya contactar con varios nigromantes. A ellos el duque pidió (otra vez sin resultado alguno) que, para sus desafortu nadas campañas en el frente oriental, le preparasen venenos para contami nar el agua y la comida del enemigo, y humus tóxicos o soporíferos. En un espacio sembradode dudas, quedan márgenespara la innovación. La musical, por ejemplo. Si Ferrara se lleva la palma de la experimentación armónica y Florencia la del nuevo estilo monódico, Vincenzo Gonzagasu pera a ambascon Orfeo, lafavola iii musica que encomendóa ClaudioMonte verdi, y que se estrenóen el PalacioDucalde Mantua el 24 defebrero de 1607. Pero el laberintodel duque no deja de proyectarsu sombra incluso sobre la fastuosa óperamonteverdiana. En el acto IV, el regreso de Orfeo al mundo de los vivos junto con Eurídice está salpicadopor la duda. Dudas impregna das de humanidad, acompañadaspor el mismo inciertolema que guió a Vm cenzo: tal vez sí, tal vez no. Al desconfiar de las palabrasde Plutón, y volverse para averiguarsi su esposale sigue, Orfeo lo pierdetodo. El pesimismo que entraña el laberintodel duque se reflejaríaen el fmal trágico de la pri mera versión de la ópera- que acababa con la irrupción de las Ménades- mientras que la edición impresa de la partitura prevé ya la intervenciónpa cificadora de Apolo. El laberintodel duque es expresión de una nueva época, en la que se eva poran los antiguos sistemas y caen milenarias certidumbres. Orfeo dirige su invocación (Rosa del del) al Sol, que en aquellos años acaba de quitar a la Tierra su posición central en el Universo. En un mundo sin rumbofijo, el in terés se desplazahacia la fluidez y la ambigüedadde las acciones humanas: la moral suplantaa la especulación, el poderíoilusionista de la imaginación a la racionalidad, la representaciónde los qifeeti humanos a la búsqueda de categorías ideales. En el laberinto de la vida, el hombre camina con anda dura incierta. Y cada uno de sus pasos renueva la misma duda: tal vez sí, tal vez no. Coleccionista desenfrenado Esa misma inquietud alimentaba su afan coleccionista: de mujeres y obje tos de arte. En su mejor momento, el museo Gonzaga llegaría a contar con 20.000 objetos preciosos y 1200 cuadros (incluida la escandalosa Muerte de la Virgen, de Caravaggio, que el duque compró en 1607 por consejo de Rubens) Sus conquistas femeninas no alcanzarían semejantes cifras, pero serian sufi cientes para crearse una reputación de libertino sin comparaciones. U Orfeo Música: Monteverdi. A. C. libreto: SIDÍ 99IO. rnasaI: J, Oir. Savali. de Oir. escaa: Dello. O. Reparto: F. Zanasi, M. Figueras, y. dea S. C. Minga, do, A. Abete, camoeldi, Bettini... capela de O. E. La Rejal caIunya. le Ca, ce, t des Nations, 2,4,6,8,10,12,l4 y 16 febrero. del de Teatro Liceo. Barcelona. 1993 el Gran Teatrode) LiN ceo unió la imaginería didel rector de escena belga ilh. rt Dello con el talento d- l músico catalán Jordisavallynacióunaexitosaproducción de 1.O rfeo monteverdiano que ya ha visitado al TeatroPeal de Madi- id y que ahora a repone en la capital entalana (c n sus mismos ti- -adores. Elcriterio de reconstrucción historicista que siempre prima en la visión de Savail nuevamente vendrá aalada por dos de los grumusicales fundados por el ni tisrm la capella Reial de Catalunya y I Cuncertdes Nations. re ponsable delas ot- holuncionesquedesdo esta noche deenibarcan en l liceo, esrenarjo en el cual el mito de Etuidice su amado, el semidiós de la inusica, reinará hastael próximo 16 de febrero. OS E L- regresaa casa Spor Ela Emolo in musico en un prólogo cinco actosh debesu Iiy bretoa Alessandi- o Stn, gio fue cs trenada en Mantua en febrerode 1807. CuandoGilhert Dello la revivió en el l 4i ccoel 199: 3, rfar) naciaporprinii i- vealosc josdelpú blicoliceista, que se tratahadesu ya estreno ene! Gran Ibatro. L o u. i o Furio f. anasi, el barítono que cantará el papel de Orto en la ver- FA OLAl wsiCA DA, (1 rEVl Al. SkE? I1 Mt) SI tiOR Esta regresan las danzas de ve Anna Casas lamágica escenografía deWilliam Orlancli yln juegu unbi ntnlespropuestospor la ilirniint ciónde Bruno Boyer. pero en el apartadode solishs vocales se apuntan marcadas diferencia Si enton, es cuntócon un repartorese tonado la voz iT con Iamezzo norteamericana lennifrn Larmore, esta se ha qtitrith acentuar el asvez Novedades vocales 1 c -sg poflsa dala primera edON de LDISO pectoestilístico y prescindirde yocesoperisticas jiaramirar al pasado y Üchara un ramilletede especialis tas mdswa antigua encabezados en sión de 1993 ¡o iiiterpretó un tr, nor, aspeen en el que radicala principal ditbi- ni musicalconestareposi uÑi Sara Mirigardo (Messagk ra) AdrianaFernández (1 U erpina) Antonio (Caronte) Dantele Abete Carnovich (Plutone) carlos Mona. Gerd Francesc Cm riosa Turk, dosmiembrosdel clan Sayal su Monherral nuijel; (la MuFigueras sicai hija. lasopnino (y arpista) y su Ariadna SavalI cI- jirii: i i. Fodo en familia. qw da Unanr, Savail intentará ci ue en cada funci 5 nbuhe con luz el arte de la improvis- wi ni. propia transformando cada velada en un acto tlstie IITIICO irrepetible. at e t- Pablo Meléndez- -lladdad 4 A It Cultural 2- -2- -2002 -1