CULTURAL MADRID 02-02-2002 página 28

WARHOL- BASQUIAT- CLEMENTE Ae 1. A otra cosa. De ahi que aceptara, encantado, la propsición que dos años antes le hiciera su marchante suizo, Bruno Bischofberger: pintar una serie de obras al alimón con otras dos estrellas de su escudería, Jean- Michel Basquiat y Francesco Clemente. A fm de cuentas, había sido él quien en los años de esplendor de la Factoría había propiciado toda clase de encuentros y colaboraciones entre artistas de muy diverso pelaje. El resultado de aquella propuesta fueron doce lienzos- -tres de gran tamaño- y tres obras sobre papel que Bruno acababa de exponer en su galería Zúrich acompañadas de un bonito catálogo: Collaborations Basquiat- ClementeWarhol. años, había vuelto ha emplear la brocha y los pinceles por sugerencia de Basquiat con gran entusiasmo. Y Basquiat había conseguido resulta dos espléndidos con las técnicas se rigráficas aprendidas con Warhol. La diferencia de edad- -57 25 años- -y no era óbice para que la admiración y el respeto que se profesaban mu tuamente fuera sincera y profunda. Y lo más importante: disfrutaban pintando juntos. Fría ejecución El resultado parecía bastante sa tisfactorio, pero a Warhol, de alguna manera, el proceso de ejecución se le antojaba demasiado frío. Siguiendo las sugerencias del marchante, nunca pintaron a la vez, sino sucesi vamente sobre los lienzos que uno u otro empezaba y luego pasaba a los demás. Mucho más intensa, por con tra, era la colaboración que por su cuenta y riesgo y a espaldas de Bi chofberger seguían desarrollando Basquiat y Warhol durante los uhf mos meses. El grado de intimidad y compenetración que habían alcan zado era enorme, hasta el punto de ejercitarse pintando en el estilo del otro. Warhol, que no pintaba ma nualmente desde hacía muchos Mucho másintensafue la colaboración a espaldas que de sugalerista desarrollaron Warhol y Basquiat La mañana del jueves 10 de enero de 1985, Andy Warhol se levantó de buen humor. Llegó a la oficina al mediodía, como de constumbre. Los asistentes le dieron el parte de la marcha de los distintos negocios. El personaje del día era Leo Castelli. En un artículo en el USA Today ha bía puesto a Andy de vuelta y media. Pero el gran cotffleo era que Raus chenberg había abandonado al viejo patriarca del SoHo para irse con Blum- Helman. Warhol dedujo que Casteifi ya chocheaba: Por eso de bió decir esas cosas y así lo hizo constar en su diario. Decidió dedi car la tarde a hacer visitas. Primero a casa de su amigo Basquiat, su me jor colega durante los últimos me ses. El resumen de la visita fue de lo más entusiasta: (mene a veinte per sonas trabajando para él, ayudán dole a acabar unas telas muy gran des. Lo tiene todo muy limpio y or denado. Se ha comprado una televisión de 5000 dólares De allí se encaminó a Park Ave nue, a la casa de Julian Schnabel. Coincide con otro visitante de lujo: Brian Ferry Schnabel, desde luego, es otro tipo de artista y Warhol no está muy seguro que pensar de él. De hecho, antes de proponer a Clemente, Bichofberger había insinuado su nombre como tercero en el proyecto de colaboración, pero Basquiat se negó en redondo, lo encontraba de masiado arrogante y en una ocasión se sintió ofendido por algunos comen tarios sobre su obra. ¿Qué hubiera di cho si llega a saber que después de su muerte Schnabel iba a masacrar su leyenda en una infame película? Julian- le dictó Warhol a su dia rio- tiene todos sus cuadros affi y te los va explicando uno por uno. Se co loca allí y te expllca su trabajo. Lite ral, se pone de pie y te explica lo que significan. Hacia mucho tiempb que no echaba de menos el magnetofón. Se hace sus propios muebles. Su cama es de hierro colado y bronce, muy pe sada. Si te te cayeras encima, te mata rías. Su hij ita etaba affl, quitándose el camisón y enseñando el coño. Todo era muy raro. Y todos sus cuadros de platos por todas partes, porque antes fue pinche en un restaurante A última hora se dirigieron a casa de Clemente. A Warhol el ita liano le caía bien, pero quien real mente le fascinaba era su mujer, Alba. Escucharon música de la Ca llas: Era como estar en los sesenta. Sólo faltaba Ondine barriendo los rincones en la oscuridad. La comida estaba buenísima y olía muy bien. La había hecho Alba Clemente. Alba podía ser una actriz buenísima, tiene una voz baja, grave y muy sen sual, además es muy guapa e intere sante. Estuvimos hablando de arte todo el rato. Julian puso verde a de Kooning y yo le dije que no, que se equivocaba, que de Kooning era un magnífico pintor. Clemente estuvo de acuerdo conmigo Frustrados porque sigue vivo Por la noche Warhol recibió una llamada telefónica desde Suiza. Bi chofberger le pedía que fuera a la inauguración de la exposición de Basquiat en Zúurich. Esto le inspira la última reflexión de la jornada: (Cuando los marchantes se entera ron de que había un joven attista ne gro que probablemente se iría al otro barrio por las drogas, todos se apre suraron a comprarle sus obras, y ahora se sienten frustrados porque sigue vivo. Supongo que Jean- Michel se convertirá en el artista negro más famoso cuando salga eso que han he cho lo del New York Times Basquiat, en efecto, también afta- B Cultura 2- 2- 2002