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CULTURAL MADRID 26-01-2002 página 15
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CULTURAL MADRID 26-01-2002 página 15

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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PoESÍÁ libros Poemasy relatosdel vacío El arteenlaeradelconsumo ROGER WOLFE Sial. Madrid, 2001 92 páginas; euros, pesetas 9,01 1.500 Yotambién quise Verlén ser ROGERWolfevuelve a encarnar entre nosotros el viejo mito del escritor maudit. La vida se presenta ante sus ojos como algo absoluta y radicalmente gratuito. No existe salvación ni en el cielo ni en la tierra, ni fuera ni dentro del individuo, zarandeado por unos y por otros. Hay que comer, dice la gente- -leemos en el poema (Laescoria de los dias Sí, hay que comer. Hubo un tiempo en que me angustiaba todo esto. Ya no. He aprendido que tanto da una cosa como otra: llamadas, recados, tareas o poemas. La misma escoria en que te acabas) No es azar que una composición se titule Yo también quise ser Verlén que ironiza sobre los célebres versos del lírico francés y maldito Llora en mi corazón como llueve en la ciudad. ¿Qué es esta languidez que... traducidos de este modo: Llueve en la ciudad como llora en mi corazón. El poema comienza con los versos verlenianos para concluir: Llueve. Y vamos a dejarlo así, que no está el horno para bollos -M. t R OMBINANDO relatos y poe mas, Roger Wolfe (Wester ham, Kent, Inglaterra, 1962, pero afin cado en España desde muy pronto) ha compuesto su Último libro, El arte en la era del consumo, con el que rebasa ampliamente la decena de títulos pu blicados entre poemarios, cuentos, no velas, ensayos y diarios. La conjuga ción de los dos génerosse produce con fluidez en un autortan unitario como éste, en el que las obsesionesy los te mas neurálgicosse distribuyenen pro porciones iguales en un género o en otro, incluso en sus novelasy en otros textos, como el diario publicadoen el 2001 ¡Que tef. Nostradamus! (DVD, Barcelona; la abreviación es mía) Wolfe ha traído a la literatura espa ñola las formas extremas del (rea lismo sucio yendo más lejos quizá que nadie en la mostraciónde la apo teosis de la marginalidad, sexo y la el violencia. El ha mostrado, quizá el pri mero, el otro rostro de la modernidad social española, sin incurrir en las in genuidades y elementalidades de algu nos escritores urbanos, de los que se diferencia muchoy debieraseguir di ferenciándose connitidez por razones diversas, entre ellas la muy obvía de que Wolfecree en la literatura (véase el poema Laspalabras y el relato, de signo alegórico, Una retórica nuevw, con su indisimulado afecto por la tra dición) por lo que no se vale de ella como un mediomás o menos refinado, o más o menos mostrenco. C Marginalidad, sexoy violencia El arte en la erafl. es un libro de poemas con relatos, o al revés. Consta de treinta poesías, por lo general bre ves, y cinco narraciones, que se distri buyen casi simétricamente el espacio. La unidad del conjunto es notoria. Wolfe vuelve a explorar aqui su uni verso, sus universos de siempre, mar cados por la marginalidad, el sexo y la violencia. Es muy de valorar la sol tura de grafismo, el rigor, la concisión con los que se maneja el prosista, aco gido a los manes de Bukowski y otros dioses tutelares norteamericanos, que en razónde su origen conocemuy a fondo. (Se cita de paso a Bulçowski, Carver y Highsmith, además de Sime non y Saroyan. En otro orden de valo res, se invoca a Verlaine y a Lorca) En este sentido el relato más largo y más ambicioso, Viendopasartrenes con Irvine Welsh ofrece un cuadro tremendo, de ambientemadrileño, de paisajes y personajes, sobre todo del protagonista; es comouna síntesis de esos mundosde desarraigo en los que es maestro nuestro escritor. Desa rraigo absoluto, existencial y social. Va más allá de la náusea sartriana: es poemas: los cierres. Es un proceso muy controlable: el poeta conduce el poema en apariencia sin demasiada rectitud, sin excesivas habilidades, hasta que, en el momento oportuno, echa mano de tres o cuatro versos que elevan la temperatura y jus tifican la nonchalance anterior. Si el texto es muy breve, consisteen su pro pio cierre y el resultado tampoco de RogerWolfees capazde cepciona. Así en lbnsa el arco La transustanciar oro en poesía una ballesta. Yen el punto de mira, un corazón metáfora trenza La poético materiales los versos, que indican la condición residuales, ya seapor sus emocional que Wolfecolocaen el centro de su poética Y esto es así, aun cuando temas o suvocabulario el autor parezca empeñado en demos trarnos lo contrario. Así en la composi ción queda título al conjunto, enque (da edad de la ansiedad la vieja noción de feismo conpoemasdesoporte tan ines la vida como comediay el patio interior table comoson los suyos, deversos cor de un centro comercial se dan la mano tos o largos pero exentos de patrones en una síntesis extraña y ejemplar: rítmicos. Es muy difidil sostener los Contemple el espectáculo mientras poemas sobre el vacío, engarzarlos con compra A veces, es cierto, se le va la locuciones decididamente suburbia mano y el poema desembocainespera les, y, sin embargo, Wolfelo consigue damente en la humorada campoamo mediante el acertado uso de un re rina Peroocurreen pocasocasiones curso queya era clave en sus primeros Lástima que Wolfeno haya podido el vómito, sise me permite decirlo así. Pero nuestras preferencias se incli nan decididamente porel poeta, que es capaz de transustanciar en oro poético materiales decididamente residuales, ya sea por sus temas o porsu vocabula rio. Wolfelogra redimirsu consciente ofrecernos un libro mayor de conti nente, aun con la misma naturaleza heterogénea, que no sé si atribuir a condicionamientos comerciales. Vuelta detuerca Tiene facilidad de comunicación este hispanoinglés de apariencia ácrata y suburbial, que le ha dado a la poesía española una vuelta de tuerca necesaria conduciéndola a los predios de lo social por caminos muy distintos de los históricos con un libro tan atractivo como era Días perdidos en los transportes públicos, de 1992. (Del 2001 es la antología El invento, a cargo de Aurora Duque y Emilio Carrasco, Málaga) Por eso, por esa notable capacidad comunicativa, nos permitimos suge rirle que su evidente facilidad para el relato no se malgasteen motivosrecu rrentes comolas cópulas marginales o los vocabulariosy asuntos escatoló gicos. No necesita acudira tales clisés para conseguir el clima que pretende alcanzar Miguel García- Posada 15 ABC Itural 126-

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