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CULTURAL MADRID 19-01-2002 página 46
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CULTURAL MADRID 19-01-2002 página 46

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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Cine pionaje aventurero, de bajo presu puesto y destinado en principio a ser difundido en periodo veraniego, era la encarnación visual de un personaje novelesco que, para entonces, ya estaba rodeado de una aureola mítica, refle jada en mifiones de ejemplares de li bros vendidos en todo el mundo. Sólo España no se había enterado, a pesar de que hasta el jefe del servicio secreto estadounidense deseaba implantar en la CIA los métodos del agente. La im personal personalidad (permítaseme la expresión) de Bond encubría tras el anonimato de su código de identifica ción un héroe arquetípico que reunia numerosas características de aquellos años de profundos cambios sociales: 007 tenía licencia para matar (al servi cio de Su Majestad británica) figura 1 NOS 1. FIflfl SMA 4 L) jCA, Del superagente a 007 Chitty Chitty Bang Bang GUILLERMOMERK- MARTEL AN Fleming nos legó dos grandes creaciones aparentemente con tradictorias: el superagente 007 y el superpapá Caractacus Potts. El pri mero es un empedernido monó gamo alterno que pretende pasar por un hombre dotado de superpo deres genésicos, con licencia para matar. El segundo es un pobre viudo, padre de dos hijos bellísi mos, al que se hace pasar al princi pio por la vampirizadora vaciedad de un inventor fracasado, arrui nado, cuyo padre no existe sino como demente excombatiente del virrey de la India. El primero es un yo perinchido. El segundo consi gue hacer volar a sus hijos con un ingenio abracadabrante que habla como una locomotora chifláda: chity- chity- bang- bang. Entonces, ¿quién es el héroe? ¿007 o Herr Potts? Evidentemente, el último: consigue poblar de niños una repú blica vulgar llamada Vifigaria (con y) y desgobernada por un barón (con b) que no es varón (con y) sino consumidor de juguetes y casado, como Edipo y 007, con su madre y secretario. U 0 TF 0 AT t 5 tu w lan Fleming Srs sr- -e- para seducir, prestancia para brillar en sociedad, coches deseables por las cia ses medias y un arsenal dégadgets a su servicio. Poco importaba que, en el fondo, el agente no fuera más que la puesta al día del dllchédel antiguo fun cionario- espía al que, años atrás, Gra El fenómenoBondcoincidió, ham Greene había dotado de concien cia, haciendo de él un ser dubitativo y no casualmente, la con con vocación de perdedor. Fleming lo revalorización cómic del deshumanizó. Saltzman y Broccoll, los productores, encontraron en él un filón de oro. Y Terence Young, realizador de rodeado bellezas Operación de en Trueno algunos filmesde la serie, y Connery, el Bond burócrata forzado a frecuentar am actor que lo encarnó en aquellos años, bientes en los que no se siente a gusto. odiaron al personaje pero gracias a él su muerte) Ysi estos componentes lla Pero OperaciónTrueno, con su inter salieron de sus grises filmografias. maban forzosamentela atención en un minable pelea submarina final, supuso momento en que la violencia cinemato un paso atrás, pese a la belleza de los Bajoel colorido de Jamaica gráfica no había rebasado los limites exteriores: todo empezaba a sonar a El fenómenoBond vino a coincidiz de la ortodoxia de los géneros, el ero fórmula, incluso el propio relato, sen no casualmente, con la revalorización tismo contribuyó a la entronización sación que no hicin desaparecer ni del cómicy con el nuevoideario comer popular del agente, quien debia hacer Sólo se vivedos veces Diamantespara ni cial del erotismo cinematográfico. frente también a una fascinante asiá la eternidad. Para entonces, Connery Basta analizar con atención la puesta tica usada como cebopara matarle. El habia trabajado con Hitchcock, con en imágenes de Agente 007 contra el filme, envuelto con el celofán del pai Rin y con Lumet, y buscaba otros hori doctor No para darse cuenta de que saje jamaicano, se veía reforzadopor la zontes. Nunca volveré a encarnar a está concebidacomoun tebeo, tanto en aparición de una sirena- pescadora, Ho Bond dijo. Pero el escocés cedió a la su aspecto formal como en la exposi ney (literalmente, miel) surgida de las tentación de interpretarlo de nuevo en ción de su galería de situaciones y de aguas con un biquini blanco que enton un filme de irónico titulo, Nunca digas personajes: los saltos en el punto de ces llamó la atención de los erotóma nunca jamás. Ese nuncajamás con vista (escenas que desarroilan causa y nos, pero que hoy parece un cinturón vertido en una vez más no aportó efecto de modo entrecortado, ellptico, de castidad. En todocaso, ofrecíala no nada al personaje, aunque contribu como en las viñetas) el personaje al vedad de ampliar el marco moral y car yen a engrosar la cuenta corriente del que se tipifica con un solo trazo (en un nal de una aventura clásica. actor: habían transcurrido veinte años casino, la cámara retrocede a partir de El cinismo y la sonrisa seductora de desde su lucha contra el Doctor No y una bella jugadora y entra en campo Bond volvieron a aparecer con los ras Connery no estaba para demasiados Bond; el cambio a un primer plano gos de Connery en Desde Rusia con ajetreos. Hasta las chicas Bond, Kim suyo se lleva a cabo con el tema musi amor, desarrollada en la fotogénicaEs Basinger y Barban Carrera, carecían cal que lo acompañará como signo de tambul, entre agentes británicos y so de la agresividad carnal de las prece identidad sonora) la perversidad (el viéticos, policías turcos, campamentos dentes: eran como muñecas de plás racismo en el tratamiento del villain; gitanos y hasta una dura lesbiana tico, Barbies para un Bond a quien el su mano ortopédicaque, aun siendo un (Lotte Lenya) que miraba con ojos vi dinero habia extraído temporalmente arma y una amenaza, será la causa de Diamantesparala eternidad driosos a la chica Bond (Daniela Bian del rétiro de sujubilación. chi) y con ojos criminales a 007, y en la que el momento álgido de la aventura era una larga pelea en un comparti mento de tren. Aunque en ella se volvió a adoptar el formalismo del cómic, fue en James Bond contra Goldfinger donde éste alcanzó su cota más alta con los personajes de Pussy Galore, el vi llano Goldflngery su ayudante orien tal (la escena inicial en la piscina era un tebeo sofisticado) y del filme se re cuerda, sobretodo, el cuerpo de Shirley Eaton embadurnado de oro, signo de dos grandes tótems de la épocrndinero y sexo. Connery ya era mejor actor su sonrisa había dejado de ser un rictus y su gestualldad no hacia pensar en un 46 C, In, ral 1- -2002

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