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CULTURAL MADRID 19-01-2002 página 17
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CULTURAL MADRID 19-01-2002 página 17

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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it Al EN SAYO Libros La nueva historia tado. Batllori promocionó la historia de la cultura- erudición, diseccionando el legado cultural español desde la Edad Media hasta nuestros dias. Caro Baroja estimuló la investigación en Marcial Pons. Madríd, 2001 a la historia de la cultura- sis 359 páginas; euros, 21,03 3.499 pesetas torno de valores, desde la óptica de an tema tropólogo interesado por los outsiciers del sistema. Lostres liberaron la histo Lecturas paraunnuevo milenio ria de la cultura de las ataduras ideoló JOSÉ ENRIQUE Ruiz DOMÉNECgicas o gremiales y contribuyeron a rescatar al otro pensamiento Península. Barceiona, 2001 399 páginas; euros, 19,23 3.200 pesetas español: el de los contestatarios, utopistas, reformistas, margi nados, rompiendo asi la imagen de la unanimidad oficialista or gánica del pensamiento español y explicando la evolución de la cultura en claveshistóricas y no historia de la cult A no ha desde supuestas potencialida tenido, en nuestro país, una des nacionales. De los tres nos trayectoria fáciLA lo largo del XIXes queda el padre Batilori en plena tuvo lastrada por los debates entre con productividad intelectual. En servadores y liberales en torno a la va cualquier caso, la inmensa la loración de los factores de nuestro pre bor realizada por Maravail, Bat sunto subdesarrollo cultural. Los ion y Caro Baroja ha dado fru liberales, en su empeño de culpabilizar tos en el ámbito de la cultura a a los demonios de siempre, se vieron través de discipulos directos e obligados a minimizar el legado inte indirectos. lectual del Siglo de Oro. Los conserva dores, con Menéndez Pelayo a la ca Años noventa En los años noventa la revo beza, fueron los glosadoresde las exce lución mediática ha convulsio lencias de nuestra tradición intelectuaL Unosy otros estuvieron de nado el panorama historiográ masiado presos del prejuicio ideoló fico de la cultura en España- La inci gico y cayeron en el esencialismo ahis dencia del mercado consumidor se ha impuesto sobre las disquisiciones so tórico de los presuntos caracteres na cionales Durante el franquismo, la ciológicas en torno a la naturaleza de historia que se hacía en nuestras uni la producción cultural. La influencia versidades estuvo teñida de connota de sociólogos como Bourdieu o Elias, ciones políticas y el presunto compro de antropológoscomoGeertz, de filóso miso ideológico sólo legitimaba una fos como Certeau y de historiadores historia economicista, que despreciaba como Chartier o Leviha promocionado la cultura comb superestructura esté una nueva historia de la cultura que ha ril, consideraba a la historia de la cul situado en los altares conceptos como tura cornoterritorio académicoelitista los de representación, estrategias, he y clerical y estigmatizaba la historia de rencas lnmateriale y contribuido a las mentalidades. enterrar conceptosgastados como el de Tres grandes maestros salvaron la cultura de elites y cultura popular o la historia de la cultura de la glaciación dicotomía ideologías- mentalidades. En este contextoemergen dos histo de aquellos años. Maravali desarrolló la historia de la cultura- mensaje, que riadores, con tradiciones intelectuales explicaba los productos culturales en muy distintas, pero representativos de la mejor historia de la cultura que se función de la dependencia institucio nal, de la servidumbre respecto a los hace hoy en España. El uno es Fer grandes poderes de la Iglesia y el Es- nando Bouza, experto en historia polí cultural tica portuguesa que, en los últimos años, a caballo de una erudición por tentosa, con un conocimientoexcepcio nal de las fuentes documentales y lite rarias, ha ido ahondando en las entra ñas de la cultura cortesana, sobre todo en el reinado de Felipe ll. Nos ha pro porcionado una serie de joyas- librosen la que uno no sabe si admirar más la exquisitez de la referencia textual aportada o la cantidad de información tarde las mujeres) contra la dictadura del género y ha sustituido de un golpe la galería de mitos caducos de nuestra generación por un conjunto de nuevos referentes, los patrones de la nueva cul tura a explorar (Rostrosde la historia) Corre manuscrito. historia Una culturaldelSiglo Oro de FERNANDO BOUZA Enterrar viejos mitos Ahora, Bouza publica Cbnt manus crito, que contribuyea enterrar de una vez, el viejo mito de E. Eisenstein de la revolución cultural de la im prenta, la presunta ruptura del mundo cultural a partir del in vento de Gutenberg. El libro documenta la continuidad del manuscrito a lo largo de los si glos XVIy XVIIen muy diver sos escenarios, desde las escri turas utilizadas comotalismán mágico a la literatura libelís tica; desde las prácticas corte sanas que usan el manuscrito como signo de distinción en el ethos aristocrático al uso polí tico por parte de personajes como Felipe IV, traductor de Guicchiardini, o el príncipe Baltasar Carlos, autor de una Historia de Justino en latín. Ruiz Doménecha escrito, por su parte, un libro en el que re copila 51 artículos, la mayor parte reseñas para La Van guardia. El interés radlca en lo que su pone de reproducción del universo cul tural de Ruiz Doménec (un universo que parece deslizarse desde el siglo XI al XXI) y en los lúcidos diagnósticos que emite respecto a clásicos y menos clásicos de nuestro horizonte cultural. Por el libro desfilan desde Fontana a Duby pasandopor Zeldin, Jünger, God win, Said, Eliade o Schama. Los libros de Bouza y Ruiz Doménec confirman que la historia de la cultura en nuestro país ha superado viejos complejosideológicosy goza de extraordinaria salud. Uno y otro his toriador son hoy referentes incuestio nables para la historiografía europea y americana más avanzada ¿Quiénpo día imaginar esto hace tan sólo diez años? L nueva, absolutamente original, con que sustenta sus tesis o ese tono dis creto, antidogmático, intencional mente leve de sus afirmaciones. El otro es José Enrique RuizDoménec, un me dievalista que apostó, en años de pon- Bouza y RuizDomnec son hoy referentes incuestionables samiento único en la universidad espa ñola, por la libertad de reflexión y por la ruptura con todo fundamentalismo convencional. Ha defendidosiempre la legitimidad científica de la historia de las mentalidades contra la legión de sus descalificadores, ha abordado con éxito la historia de la mujer (El desper Ricardo García Cárcel 17 ABC Cultural 19- 1- 2002

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