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CULTURAL MADRID 12-01-2002 página 43
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  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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ENTREVISTA iviusica Pieter Wispelwey: Hombres y vocesdejazz EDUARDO HOJMAN el jazz circula un viejo adagio: si una mujer es ms trumentista, es muy probable que le pregunten si además canta, mientras que a los can tantes varones les preguntan qué instrumento tocan. Lo cierto es que el jazz, donde los prejuicios abundan tanto que ya son parte del cor pus ideológico que lo sus tenta, es, también, un mundo eminentemente masculino: varones son la mayoría de los instrumentistas, composito res, arregladores y hasta afi cionados. A las mujeres, si acepta mos la idea que dice que todo esto no es más que un prejui cio inachista, se las relega al no poco importante papel de cantantes. La música es impredeelbie ESIDENTEAmster en su dam natal, desde donde despliega su actividad por los cinco continentes, el violon chelista Pieter Wispelwey- -alumno de Anner Blysma y Paul Katz- -es, tanto por su depurada técnica como por la amplitud de su repertorio, uno de los grandes solistas de su ge neración. Wíspelweyque aún no ha cumplido los cuarenta años, tendrá la oportunidad de demostrar su ta lla con la ejecución de las Seis Suites para Violonchelo solo de Johann Sehastian Bach, que también ha lle vado al disco. -Desde Casals a Rostropovlch, ¿a qué artistas del violonchelo se siente más cercano? -Sihablamos de los músicos de mi generación, o los que son ligera. mente mayores que yo, Yo- YoMa, Truls Mbrk o Steven Isserlis, son los chellstas con los que siento una ma yor afinidad. Por supuesto que pro feso una increíble admiración por Rostropovich, tanto en su condición de artista superior como por haber ampliado el repertorio para chelo hasta donde él 1 ha hecho en lo que respecta a la obra del siglo XX. Ahí están los conciertos de Dutffleux, Shostakovich, ProkouietçSchnittke, Pendereckt. hasta completar una lista interminable que todos noso tros debemos agradecerle por su enorme importancia, Pero en su caso hablamos de otra generación cuyo estilo alianza las raíces en los años 50 y fundamentalmente en los 60. De cualquier modo, admitiendo su grandeza como artista, no siento una relación personal con su arte. Me consta que Casals era también muy pasional, pero cuando uno no ha mantenido contado directo con un maestro que pertenece a otra época, es dificil sentir hasta qué punto era intensa su magia. Sólo he tenido oportunidad de escuchar sus discos. Echo en falta algo más. -Cuáles son sus relaciones con España? -Aunque he tocado alguna vez hace tiempo, lo cierto es que consi EN R dero que éstos van a ser mis dos conciertos más importantes. No tengo tan claro si es la mejor carta de presen tación. La gente suele decir que alguien que in terpreta estas obras de Bach no se atreve a tocar el concierto de Shostakovich. Y eso es justo lo contrario de lo que ocurre en mi caso. -Cómo se siente con una or questa? -Muy bien, aunque se trate de una experiencia radicalmente dis tinta que tocar en solitario. Hay que saber tomar decisiones inmediatas, y a veces aceptar compromisos a toda velocidad. En la música todo es impredecible: si nunca antes has trabajado con ese director; si es la priméra vez que tocas con la or questa y no sabes cómo suenan los vientos; si desconoces el carácter Gorjeosdemujer retórica del lenguaje y con el fraseo corto que con frecuencia no son más que exclamaciones o gestos. Y esto es precisamente lo que de nuevo uno vuelve a recoger en la música con temporánea. No es extraño, pues, que los especialistas en música anti gua se sientan como en casa ante la obra contemporánea. -En su caso, más cómodo aún puesto que en el momento de iii terpretar acude a dos tipos de chelos: uno barroco y otro mo derno. -En esta ocasión llevaré dos che los barrocos. Uno convencional, in glés, de cuatro cuerdas, construido en 1710 por Norman, y un piccolo con cinco, fabricado en Alemania en torno a 1760. Son los mismos que utilicé en la grabación de la obra. -La razón de contar con el se gundo no es cronológica, -No. Las seis Suites parece que fueron escritas en un periodo muy corto. Pero la sexta se hizo para un instrumento con cinco cuerdas. Al interpretarlas en una sola velada- en Madrid se reparten entre dos programas- el clímax que se crea es fantástico, porque las tres primeras son más normales, mientras que la cuarta es más extraña y la quinta in troduce un tono distinto en el so nido gracias a la scordatura. Y cuando llega la sexta, con un chelo distinto de cinco cuerdas interpre tando una música muy ligera y flo reciente, contrastando con la oscuri dad de la anterior, el resultado es muy festivo. Hay, como siempre, otra forma de ver las cosas. Algu nos estudiosos de los origenes afirman que los esclavos afri canos, creadores del negro es piritual, es decir, de la base de todo, estaban convencidos de que no había voces más bellas que las femeninas: de allí el uso sostenido del falsete por parte de los varones y, quizás, la explicación de que los hom bres hayan ido corriendo a buscar tambores y otros ins trumentos para competir con ese sublime regalo de la Natu raleza que son los gorjeos de mujer. Como sea, la historia del jazz vocal es una historia de mujeres y a la hora de nom brar cantantes a todos se les llena la boca con Billie Holi day, Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan, Dinah Washington y otras divinidades, mientras que los cantantes varones caen presa del olvido. Es injusto: además de los obvios Frank Sinatra y Tony Bennett (que no son estricta mente cantantes de jazz) el barítono contundente de Johnny Hartman (especial mente en su disco con Col trane) Mark Murphy y su versión intelectual y exqui sita del cool vocal y Kurt Elling como el posible gran heredero actual de esa tradi ción son sólo algunos ejem plos de que hay vida en el mundo de las voces masculi nas dejazz. La músicabarroca unida va a la gestualidad, igual al que laContemporánea del coticen ¡no... La expectación se convierte en algo emocionante. So bre todo cuando estás frente a dos o tres mil personas. Ése es mi espacio favorito para un concierto. -Alguien que está tan acos tumbrado como usted a la mú sica más reciente, ¿puede estable cer huellas de Bach en los compo sitores actuales? -Existen ciertos puntos en las óbras contemporáneas muy próxi mos a la música antigua. En el sen tido en que la música barroca va unida a la retórica y a la gestuali dad, frente a la música romántica, que tiene más que ver con la armo nía y las melodías. En el caso de los barrocos nos encontramos, claro está, con la polifonia como un im portante factor, Pero también con la Pieter Wispelwey 3. S. Bach: Suites che lo Seis para solo. 21 deenero. 19,30 horas. (Saltes números) 2 y 5) 22 deenero. 19,30 (Suitesnúmeros 2, horas 4 y 6) Auditorio Nacional. decámara. Sala Madrid. JuanAntonio Uorento 43 AIF Itul 12- -1- 2002

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