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CULTURAL MADRID 12-01-2002 página 10
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  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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Silencio 0 NARRATIVA La represión moderna de la muerte IGNACIO SÁNCHEZ CÁMAWk El diablo en la novela rosa que, como reconoce la pro pia narradora, ya ha sido con ESPIDO FREiRE tada de muchas maneras, en Planeta. Barcelona, 2001 muchas ocasiones, pero nunca 186 págs; euros, ptas. con dos fantasmas El texto co 16,83 2.800 mienza con una especie de pró logo que, al mismo tiempo, es un adelanto del epílogo, por lo que bien puede hablarse de es SPIDO Freire (Bilbao, 1974) se dio a conocer con tructura circular cEsefue el dos novelas sorprendentes y último día se repite, de hecho, prometedoras, Irlanda (1998) y al inicio y al final de la novela) Donde siempre es octubre (1999) En ella se mezclan, por lo de Después, obtuvo el Premio Pla más, varios tiempos: el tiempo neta con una obra que no llegó a desde el que se escribe, el colmar las expectativas desper tiempo que se narra y un tadas por esos dos primeros tex tiempo anterior a éste último, tos, Melocotones helados (2000) una historia amorosa previa, Desde entonces, y en cosa de un que sirve de contrapunto a la año, ha publicado un ensayo re primera. En cuanto a los temas almente interesante, aunque de y motivos, los más destacados título engañoso, Primer amor, son el miedo a la soledad, la Diabulusmusica in tante de ópera, ésta es la per fecta imagen de su propio desa juste vital desde que terminó su relación con Milçel, un joven y atormentado intérprete de E mana y en la de la muerte en la vida hu A presencia cultura es frecuente e inevi tabla Así ha sido en todas las épocas y luga res. La muerte es ingrediente y horizonte ine ludible de nuestra vida, mas eso no significa aceptar el dictamen de Heidegger de que el hombre es un ser para la muerte. Frente a tan fatal realidad, caben diferentes actitudes, desde el escamoteo hasta la creencia en la su pervivencia personal. Epicuro pretendía evi tar el miedo a la muerte, negando que hombre y muerte llegaran a coincidiz pues si vivimos aún no está la muerte, y si ésta se presenta, ya no estamos nosotros. Algo parecido, tal vez, sugería Wittgenstein al afirmar que la muerte no es un acontecimiento de la vida. Tal vez del anhelo de inmortalidad hayan brotado las religiones. Pero que algo sea ilu sión o consuelo no significa que sea por ello falso. Unamuno hizo del anhelo de inmorta lidad, desmentido según él por la razón y afirmado por la voluntad, de ese combate en tre ambas la esencia de la vida humana. Spi noza afirmó que el esfuerzo con que cada cosa trata de perseverar en su ser no es sino la esencia actual de la cosa misma Al pare cer, ser es querer ser siempre. L Diabulus in musicatrata, sobre todo, de los trágicos efectos de una pasión devastadora violonchelo. El otro correlato importante es una película titu lada Ragnarok y protagonizada por Balder, el dios nórdico del sol del verano, por quien Milcel Muero, y no sécuándo La modernidad ha entrañado el naufragio de la creencia en la inmortalidad personal y, ala vez, el eclipse, la represión de la realidad de la muerte, incómoda o repugnante visita inexorable. Pero las realidades no se extin guen por mirar hacia otro lado. En su exce lente ensayo Muertey supervivencia, describe magistralmente Maz Scheler este moderno cerrar los ojos ante la muerte, esta represión de la muerte por el afán de trabajo. Nos afa namos en actividades y en ruido para no es cuchar el tenue trabajo de la muerte. Pues una cosa es la jovial aceptación de la muerte y otra su cobarde escamoteo moderno. Lo pri mero lo expresan con inquietante y bella con cisión unos viejos versos alemanes que nos recuerda Scheler: (Vivo, y no sé cuánto; muero, y no sé cuándo; marcho y no sé adónde: me admiro de estar tan alegre La actitud moderna intenta sobrevivir al nau fragio de la creencia en la inmortalidad, olvi dando la expectativa de la muerte. Según Goethe, la conciencia de un poder espiritual que rebasa los limites de nuestra vida terres tre es lo que proporciona más evidencia a la supervivencia personal. El naufragio de la creencia en la inmortalidad es una y la misma cosa que el naufragio de la concien cia de nuestra potencia espiritual (Scheler) Y no se trata de que el hombre moderno no compaña esta vinculación entre inmortali dad y poder espiritual. Es que ni siquiera al canza a comprender su significado. El eclipse fallido de la conciencia de la propia muerte y el declive de la creencia en la supervivencia personal del hombre son, a la vez, causa y síntoma del descenso contemporáneo del ni vel intelectual y moral de Occidenta Espido Freire un libro de poesía, Aland la Blanca, una novela juvenil, La última batalla de Vincauec el Bandido, algunos cuentos (tam bién ha obtenido en el 2001 el Premio NR de relatos) y este Diabulus in musica, con el que la autora ha intentado dar un giro a su trayectoria narrativa. falta de voluntad y de identidad- -y, en relación con ello, el tema del otro, del yo y su doble- y, so bre todo, los trágicos efectos de una pasión devastadora. se sentía fascinado (años des pués de su ruptura, la protago nista iniciar en Londres una relación con Christopher Ran dom, el actor que encarna dicho personaje en el filme) Por úl timo, habría que mencionar también las alusiones al argu mento y significado de una céle bre obra de teatro, El cahallero de Olmedo, de Lope de Vega, y en menor medida, a un cuadro de Paolo Uccello titulado San Jorge y el dragón, que aparece reproducido en la portada. Sin embargo, debo decir que todos estos elementos no están bien integrados en la trama, con lo que el resultado, en mu chos casos, no pasa de la mera digresión. Parece, pues, como si el diablo mismo se hubiera co lado también en la novela, y hu biera provocado un desajuste narrativo y una falta de armo nia en el texto. Desajustevital Por otro lado, esta novela se nos presenta con unas ciertas pretensiones culturalistas. De hecho, son numerosas las alu Novela más realista siones culturales y varios los intentos de establecer con ellas que lasanteriores de una especie de correlato obje EspidoFreire, aunque tivo de la historia y de las emo no exenta de elementos ciones y estados de ánimo expe rimentados por la protagonista. fantásticos El principal correlato es, claro está, la música, presente ya desde el titulo. Tal y como se ex En principio, se trata de una plica en la novela, Diabulus in masita es un desajuste musical novela más realista que las an teriores, aunque no exenta, por por donde se decía que se co otra parte, de elementos fantás laba el diablo en la partitura y ticos. Narrada en primera per se manifestaba el caos en el sona por la protagonista y si mundo. Para la protagonista, tuada en Londres y Bilbao, en que ha estudiado música y, en ella se relata una historia amo- su adolescencia, ha sido can- LuIsGarcki Jambrina o ABC I2- 1- 2O U 1

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