CULTURAL MADRID 05-01-2002 página 43

3 ENTREVISTA iviusica itt, Pieter Wispelwey: Hombresy voces dejazz EDUARDO HOJMAN el jazz circula un viejo adagio: si una mujer es ms trumentísta, es muy probable que le pregunten si además canta, mientras que a los can tantes varones les preguntan qué instrumento tocan. Lo cierto es que el jazz, donde los prejuicios abundan tanto que ya son parte del cor pus ideológico que lo sus tenta, es, también, un mundo eminentemente masculino: varones son la mayoría de los instrumentistas, composito res, arregladores y hasta afi cionados. A las mujeres, si acepta mos la idea que dice que todo esto no es más que un prejui cio machista, se las relega al no poco importante papel de cantantes. Hay, como siempre, otra forma de ver las cosas. Algu nos estudiosos de los orígenes afirman que los esclavos afri canos, creadores del negro es piritual, es decir, de la base de todo, estaban convencidos de que no había voces más bellas que las femeninas: de allí el uso sostenido del falsete por parte de los varones y, quizás, la explicación de que los hom bres hayan ido corriendo a buscar tambores y otros ins trumentos para competir con ese sublime regalo de la Natu raleza que son los gorjeos de mujer. Como sea, la historia del jazz vocal es una historia de mujeres y a la hora de nom brar cantantes a todos se les llena la boca con Billie Holi day, Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan, Dinah Washington y otras divinidades, mientras que los cantantes varones caen presa del olvido. Es injusto: además de los obvios Frank Sinatra y Tony Bennett (que no son estricta mente cantantes de jazz) el barítono contundente de Johnny l artman (especial mente en su disco con Col trane) Mark Murphy y su versión intelectual y exqui sita del cool vocal y Kurt Elling como el posible gran heredero actual de esa tradi ción son sólo algunos ejem plos de que hay vida en el mundo de las voces masculi nas de jazz La música es impredeelbie ESIDENTE Amster en su dam natal, desde donde despliega su actividad por los cinco continentes, el violon chelista Pieter Wispelwey- -alumno de Anner Blysma y Paul ICatz- -es, tanto por su depurada técnica como por la amplitud de su repertorio, uno de los grandes solistas de su ge neración. Wispelwey, aún no ha que cumplido los cuarenta años, tendrá la oportunidad de demostrar su ta lla con la ejecución de las Seis Saltes para Violonchelosolo de Johann Se bastian Bach, que también ha lle vado al disco. -Desde Casals a Rostropovich, ¿a qué artistas del violonchelo se siente más cercano? -Sihablamos de los músicos de mi generación, o los que son ligera mente mayores que yo, Yo- YoMa, Truls Mórk o Steven Isserlis, son los chellstas con los que siento una ma yor afinidad. Por supuesto que pro feso una increíble admiración por Rostropovich, tanto en su condición de artista superior como por haber ampllado el repertorio para chelo hasta donde él lo ha hecho en lo que respecta a la obra del siglo XX, Ahí están los conciertos de Dutilleux, Shostalçovich, Prokofiev, Schnittke, Penderecki... hasta completar una lista interminable que todos noso tros debemos agradecerle por su enorme importancia. Pero en su caso hablamos de otra generación cuyo estilo alianza las raíces en los años 50 y fundamentalmente en los 60. De cualquier modo, admitiendo su grandeza como artista, no siento una relación personal con su arte, Me consta que Casals era también muy pasional, pero cuando uno no ha mantenido contacto directo con un maestro que pertenece a otra época, es dificil sentir hasta qué punto era intensa su magia. Sólo he tenido oportunidad de escuchar sus discos. Echo en falta algo más. -Cuáles son sus relaciones con España? -Aunque he tocado alguna vez hace tiempo, lo cierto es que consi EN R PieterWispelwey J. S. Bach: Suitespara Seis che loso o. 21 de enero. 19,30 horas. (Suites números 3 y 5) 1, 22 deenero. 19,30 horas (Suitesnúmeros 4 y 2, 6) Auditorio Nacional. deCámara. Sala Madrid. retórica del lenguaje y con el fraseo corto que con frecuencia no son más que exclamaciones o gestos. Y esto es precisamente lo que de nuevo uno vuelve a recoger en la música con temporánea. No es extraño, pues, que los especialistas en música anti gua se sientan como en casa ante la obra contemporánea. -En su caso, más cómodo aún puesto que en el momento de in terpretar acude a dos tipos de chelos: uno barroco y otro mo derno. -En esta ocasión llevaré dos che La músicabarroca unida los barrocos. Uno convencional, in va glés, de cuatro cuerdas, construido a la gestualidad, igual al en 1710 por Norman, y un piccolo con cinco, fabricado en Alemania en que la contemporánea) torno a 1760. Son los mismos que utilicé en la grabación de la obra. -La razón de contar con el se del concertino... La expectación se gundo no es cronológica. convierte en algo emocionante. So- No- Las seis Saltes parece que bre todo cuando estás frente a dos o fueron escritas en un periodo muy tres mil personas. Ese es mi espacio corto. Pero la sexta se hizo para un favorito para un concierto. instrumento con cinco cuerdas. Al- Alguien que está tan acos interpretarlas en una sola velada tumbrado como usted a la mú- -enMadrid se reparten entre dos sica más reciente, ¿puede estable programas- el climax que se crea es fantástico, porque las tres primeras cer huellas de Bach en los compo son más normales, mientras que la sitores actuales? -Existen ciertos puntos en las cuarta es más extraña y la quinta in óbras contemporáneas muy próxi troduce un tono distinto en el so mos a la música antigua. En el sen nido gracias a la scordatura. Y tido en que la música barroca va cuando llega la sexta, con un chelo unida a la retórica y a la gestuali distinto de cinco cuerdas interpre dad, frente a la música romántica, tando una música muy ligera y flo que tiene más que ver con la armo reciente, contrastando con la oscuri nia y las melodías. En el caso de los dad de la anterior, el resultado es barrocos nos encontramos, claro muy festivo. está, con la polifonía como un im portante factor. Pero también con la Juan Antonio Llorente dero que éstos van a ser mis dos conciertos más importantes. No tengo tan claro si es la mejor carta de presen tación. La gente suele decir que alguien que in terpreta estas obras de Bach no se atreve a tocar el concierto de Shostakovich. Y eso es justo lo contrario de lo que ocurre en mi caso. -jCómo se siente con una or questa? -Muy bien, aunque se trate de una experiencia radicalmente dis tinta que tocar en solitario. Hay que saber tomar decisiones inmediatas, y a veces aceptar compromisos a toda velocidad. En la música todo es impredecible: si nunca antes has trabajado con ese director; si es la priméra vez que tocas con la or questa y no sabes cómo suenan los vientos; si desconoces el carácter Gorjeosdemujer 43 ABC Cultural 12- 1- 2002