Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
CULTURAL MADRID 22-09-2001 página 9
CULTURAL MADRID 22-09-2001 página 9
Ir a detalle de periódico

CULTURAL MADRID 22-09-2001 página 9

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
  • Página9
Más información

Descripción

ENSAYO Libros De culpas r e m o t a s Las raíces torcidas de América Latina CARLOS ALBERTO MONTANER Plaza Janes. Barcelona, 2001 216 páginas, 2.750 pesetas Al racismo, a las injustas jerarquías surgidas de la conquista y la colonización, ál machismo y al resentimiento contra el Estado, se añadió la doctrina mercantilista, -de odio a la competencia. Los latinoamericanos, afirma el autor, no, quieren el mercado, desean vivir del Estado y que éste fije los precios y no deje actuar a la oferta y la demanda; por eso allí ía mentalidad mercantilista no ha muerto. Otra vez: ¿comparado con quién? Dice que las ansias por ser terrateniente corresponden a economías no competitivas y atrasadas, porque el mundo, se desarrolla gracias a la industria. Esto es dudoso: América del Norte y Oceanía demuestran que los terratenientes son cualquier cosa menos un lastre para la prosperidad general. Y otro tanto vale para el cono sur de América. Montaner corona su explicación con la dimensión política. Ante los latinoamericanos se abrieron dos corrientes: la jeffersonianá y británica, con su énfasis en los derechos individuales, y la rousseaunfana y continental, con su ciüto a la voluntad general y la. Revolución Francesa. Atrapada en ese di, lema, y con el pestf de la tradición hispana, América Latina escoge el lado equivocado, el de los caudUlos, los líderes que organizan la voluntad de la sociedad. Los crioHos podían juzgar duramente al régimen colonial, pero éUos también pertenecían a esa famüia y compartían ima cosmovisión coiíiún En un universo de caos, sobresale él ejército como protagonista institucional, y sobresale Estados Unidos, como un vecino cuya prosperidad cada vez se distancia más. Dice Montaner que ello animó el encono contra el Estado, que no reSoMa las cor sas, ni el desorden hi la pobreza, y se embarcaba en una estéril politiquería que alternaba a liberales y conservadores- exagerado lamento que conecta otra vez con España. En ese terreno floreció el más atávico de los errores económicos, y los latinoamericanos creyeron que no eran pobres sino empobrecidos por los fprá- neos; del antiimperialismo se regresó a la violencia y a su justificación. Con objetividad analiza Montaner el antiyanquismo, y recuerda que la protección de los intereses políticos y económicos de EE UU Uevó desde la. diplomacia de las cañoneras al apoyo a horribles dictaduras. Sitúa estos acontecimientos en su contexto, no como hace el cinismo pseudoprogresista, que acusa a EE UU de patrocinar golpes militares pero ignora el patrocinio del terrorismo por parte de Cuba en América Latina durante décadas, hasta la fecha. La política y las instituciones son la gran diferencia de América Latina. Y desde hace mucho. Montaner subraya la revolución mexicana de 1910 que gira en torno a la tierra: El poder político sólo se justificaba si redistribuía la riqueza equitativamente Siguieron muchos años de aval a xm Estado expansionistá con toda clase de excusas: no habla capitales, ni industria, ni empresarios dignos de tal nombre, etc. Y el Estado debía cubrir ese vacío. Cuando a finales del siglo pasado se verificó la cuantía de esta patraña, América Latina había retrocedido hasta ser el territorio más pobre de Occidente La historia, empero, no termina mal: los latinoamericanos comprenden que no hay más alternativa que la democracia y la economía de mercado, y actualmente hay más Ubertad que nunca en la región. Es verdad, empero, que a los nuevos paradigmas Tanto monta nnontaner OOMO todos los grandes inventos de la humanidad, la globalización ya la había inventado antes im cubano. Privado de su país por culpa de una conspiración soviético- jesuita, Carlos Alberto Montaner se hizo un día con todos los países de habla hispana. Así, desde 1968 publica semanalmente. ima columna en más de cincuenta periódicosde España, Estados Unidos e Hispanoamérica, donde imparte candela o reparte doctrina y viceversa. Según. Y es que para restan- rar. la libertad en Cuba, Montaner resolvió que antes debía entronizar la libertad en toda América Latina. Y- por qué no- de pasadita en el resto del mundo. Reviso en mi biblioteca las estanterías que corresponden a las obras de Montaner y me abruman los géneros y sus registros varios. A saber, novelas, cuentos, ensayos, crónicas y conferencias qué simian una veintena de títulos que vienen a ser algo así como veintitantos marti- Üazos en la frente de Castro. Ignoro cómo lo consigue, pero con inteligencia, con elegancia y con gracia, Montaner sienipre se las apaña para dejar en. evidencia al caimán barbudo. Decidido a ganar la batalla de las ideas, a Montaner le trae sin cuidado el western canon porque para eso Heva cargado el lüestern cannon, cañón que dispara. el muere de los progres a lacañona. Pero uno sospecha que en el fondo es un sentimental, y que a pesar de su enjundia endiablada y d. e su planta de bateador retirado, a Montaner lo que le gustaría en realidad es cantar boleros en cualquier huarique de La Habana vieja. Por eso hay que leer de urgencia Las raíces torcidas de América Latina, porque a Castro le quedan dos telediarios y cualquiera de estos días Montaner se nos pasa a la canción. Tanto monta Montaner. Fernando Iwasaki SCRITOR cubano que vive desde hace treinta años en Madrid, Carlos Alberto Montaner es vastamente más ambicioso que el personaje de Mario Vargas Llosa: no sé pregunta cuándo se jodio el Perú sino cuándo y cómo y por qué se jodio toda América Latina. Montaner apunta a España, antigua actitud, lógica en un contexto de independencia de una metrópoli, y que se vio alimentada tanto por las potencias enemigas y sucesoras de España, interesadas en fomentar la Leyenda Negra, como por los avatares ibéricos, qué dieron lugar a una visión lúgubre de este país cultivada en primer lugar por los propios españoles. José Várela Ortega y otros han denunciado lo exagerado de esta concepción que aisla a España como un caso desastroso. Groucho Marx diría: oiga ¿comparado con quién? En esté libro- que está muy bien escrito y casi se lee de una sentada- y en su búsqueda de raíces torcidas E MONTANER rastrea la conducta e instituciones de los iberoamericanos en la tradición occidental, y emprende audaces travesías al pasado Montaner compara con casi todo y no se limita a España: rastrea la conducta e instituciones de los iberoamericanos en la tradición occidental, y emprende audaces travesías al pasado más lejano, a Qrecia, a Roma, y sobrevuela la historia milenaria de Europa de modo ameno y en general acertado; Se remonta a la gran diferencia entre las Américas: la existencia de importantes culturas indígenas; entra en los debates religiosos y en cóino la Iglesia venció en América, pero no el Estado español; destaca la debilidad institucional, y las relaciones de fidelidad con círculos pequeños, nunca con el Estado, injusto; opresor, ineficaz; y explica cómo se van creando crecientes insatisfacciones en América Latina, no sólo entre los aborígenes sino también entre los reUgiosos, los criollos, los mestizos y hasta incluso los conquistadores. Deplora con acierto Montaner el papel subordinado de la mujer en toda la historia americana- después y antes de Colón. no se ha llegado como resultado de im cambio real de opinión basado en la reflexión y el análisis de ideas contrapuestas, sino como consecuencia del descalabro de las viejas concepciones políticas Esa debüidad explica la reaparición de tendencias caudiUistas inquietantes en países como Venezuela. Las páginas finales son un excelente miniensayo liberal y, como todo, el libro, dejan al lector xon la miel en los labios y deseando que Carlos Alberto Montaner arroje más líneas de pensamiento, aimque sean cabos sueltos. Por fortuna; el autor aclara que una segunda parte de esta obra. Historia diferente de América Latina, dedicada a los fundamentos de la cultura iberoamericana, aparecerá pronto! La esperamos. Carlos Rodríguez Braun ABC Cultural 22- 9- 2001

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.