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CULTURAL MADRID 11-11-2000 página 35
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CULTURAL MADRID 11-11-2000 página 35

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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PINTURA iUcio Muñoz ÍQtiino dramático aislamiento (véase Carpía Yis, de 1979) Este horizonte sugerido había de conducirle a una exploración del paisaje, que se produce en los años 80, irrumpiendo además la luz en los cuadros: su paleta se torna más rica, hay más materia, las formas tienden a expandirse (como en Ruk de agosto, de 1989) El artista se interesa por el espacio, por la profundidad, y en los cuadros de esta etapa es característico el diálogo que se establece entre el paisaje sugerido- la ilusión espacial- y la presencia rotunda de la madera- la vuelta al plano- Es ésta, sin duda, la época favorita de quien esto escribe, pero en general suele considerarse que en la etapa anterior se concentra lo más sustancial de su aportación. Y, ya en los 90, inicia el autor su periodo de clasicismo, apareciendo la madera clara y desnuda en composiciones cada vez más sencillas y depuradas. Es Pedro González series abordadas se amplía: rostros, bodegones de gran tamaño, el Atlántico africano que baña las islas, el bosque, los coches convertidos en chatarra y Hombre solo, un auténtico de profundis sobre la miseria humana. Ahora González rinde homenaje a su isla de Tenerife en su símbolo más notorio, el Teide. Grandes formatos en técnicas mistas nos dan una visión, más que de la monEDRO González, premio Canarias de Bellas Artes y quizás el mejor pintor taña, del recuerdo que de ella tiene el pintor vivo de las islas, expone en La Regenta, en El color ha cambiado; los grises y azules deuna muestra auspiciada por el Gobierno de saparecen para mostrarnos un volcán rojo Canarias. La exposición incluye la última de de fuego y lava, un volcán blanco de nieves sus series, dedicada a la Montaña, nombre perpetuas, un volcán negro de humo y cenizas, a veces envuelta en nucon el que denomina al gran bes su cima... Así, hasta volcán extinguido que es el veinticinco variaciones soPEDRO GONZÁLEZ: Teide, tema con el que ya bre el tema, realizadas con LA MONTAÑA participara, con unos formauna larga pincelada y manLa Regenta. Las Palmas tos más pequeños, en la galechas de color La muestra C LeónyCasttiio, 427 ría Rayuela, de Madrid. El presenta también unas técartista fue considerado por nicas mixtas sobre papel, en la crítica nacional en los años 60 como uno de los mejores pintores las que emplea sus grises y sus negros típiabstractos españoles con sus series leerse y cos, y en las que aparecen desnudos femeniCosmoarte. En el año 1985 vuelve a la figura- nos y la montaña como fondo. ción con un expresionismo desgarrado en sus seres zolianos. Más tarde, el número de Paloma Herrero P luis de marzo (1991) LÜOOMUfilOZ Museo de Arte Ab $l nsa; to EsíMtol. Cuenoa Casas Golgaffes, s rt Hasta el 28 de enano de 2001 AY muchas formas de pasearse por el museo de las Casas Colgadas y de interpretar cuanto se ve. Así que, en esta ocasión, cavilamos sobre la importancia que para el movimiento abstracto español tuvo el hallazgo de nuevas materias- extrapictóricas muchas de eUas- susceptibles de ser incluidas en un cuadro. La incorporación de materiales inéditos o insólitos- hallaremos acaso las raíces de este fenómeno en los collages dadaístas y, más tarde en las combine paintings de Rauschenberg- es el reflejo de una actitud radical frente a la pintura vamos a hacer una plástica revolucionaria- en la que estén presentes nuestra tradición dramática y nuestra directa expresión- que responda históricamente a una actividad imiversal leemos en el manifiesto de El Paso de 1959) supone un nuevo impulso al desarrollo del cuadro- objeto cubista y una casi total simbiosis entre lo representado y los medios utilizados. Entre los artistas de El Paso, hallamos ejemplos magníficos. Lucio Muñoz (Madrid, 19291998) las descubre hacia 1958, después de un viaje a París en el que se produce además su encuentro con la abstracción. Hay en esta pequeña retrospectiva algunos collages de aquella primera época, en los que se percibe con claridad el influjo de Paul Klee, el pintor para pintores (puede ser lícito pensar que tal influencia se extiende de hecho a la totalidad de la obra de Lucio) Hasta finales de los setenta su pintura es oscura y grave: las maderas, quemadas, quebradas y ennegrecidas, tienden a agruparse formando figuras que se retuercen sobre sí mismas y la línea del horizonte, que pronto se convertirá en una constante en su obra, refuerza su 11 de noviembre de 2000 H tista se identifica a sí mismo mejor con el futurismo: un futurismo al que él denomina heterótico Sin duda, Bremer tiene razón en esta reivúidicación de WE Bremer un artista alemán, nacido en 1940, que ex- una iradición propia, ajena por pone ahora por primera vez en España. Muy vinculado du- completo a las modas. El propio rante años al grabado y a la edición de libros de Mblióñlo, en Marinetti, que en su manifiesto cierto modo su pintura celebra y conmemora esta parte artesa- de 1920 proclamaba su amor por nal de su trabajo. Ctomo pintor Uwe Bremer desarrolla una obra la gaerra, por la belleza de la veque deliberadamente ya no está de moda. Es cierto que algo de locidad y por los coches de casos cuadros recuerda la tradición surrealista y algo de su barro- rreras, ya vaticinaba que en el quismo coincide con huena parte de la última tradición expresio- plazo de diez años su obra y su nista alemana. Sin embargo, sus óleos sobre tabla, el trabajo ar- pensamiento sería arrojado a las papeleras. Razón no le faltaba, aunque sólo se equivocase por diez años. Reitesanal sobre los marcos, así eorao las reiteravindicar ahora sin embargo el futurismo, con das inscripciones sobre el cuadro recuerdan su amor a la ciencia, a las máquinas y a la veUWEBÍ lffi más bien los viejos códices medievales. locidad, y su desprecio hacia las mujeres y (3i tlirtaLevy, N WcJ Bremer presenta en esta exposición una hacia los museos, no deja de ser también una G Lópz de Hops, 38 larga serie de cuadros dedicada al tema de las burlona meditación acerca de ese futuro ya Ha a el 20 fe í w b r e criaturas del aire. No hay bicho que vuela que pasado, decadente, que nunca exisüó. Bremer no haya caído en su cazuela Aquí están desde gusta de jugar con las reflexiones de la cienlos dioses, las Vírgenes y los ángeles que sucia contemporánea y le lleva a contemplar ben, a los demonios que bajan. Las referencias literarias, históricas, científicas y culturales se cruzan con hu- con ironía que también en el pasado hay un futuro no sido. Por mor y con ironía en deliciosos cuadros de un realismo fantástico, eso, de modo coherente su arte tiene esa extraña apariencia de poblado de erotismo. Este humor y esta ironía recuerdan mucho anacrónico. ciertamente a la tradición stirreaüsía. Sin embargo, el propio ar- Uwe Bremer U el periodo mejor representado en esta exposición, y han de destacarse sin duda los collages y las tablas fechadas en 1997. La selección de estas obras ha corrido a cargo del hijo del artista, Rodrigo Muñoz Avia, a quien la Fundación Juan March le propuso una exposición de obra pequeña (no da la sala para esos grandes formatos que atraían a Lucio Muñoz, artífice de impresionantes murales) Estos cuadros hallados en el taller- pequeñas joyas, diminutas piezas concebidas para la contemplación individual -y las palabras de Rodrigo Muñoz, que presenta el catálogo, representan un digno homenaje al Lucio Muñoz intimo. Javier Rubio Nomblot Paloma García- Gabanes PALOMA GARCÍA- GABANES Cíaieria Desiree liéven. Madrid C Santa Mana. 0 Hasla el 13 de noviembre ALOMA García- Cabanes (Cuenca, 1964) tiene en realidad nueve años, que son los que van desde su decisión de elegir la pintura como modo expresivo hasta hoy Por cierto, García- Cabanes es también diplomada en Magisterio; realizó estudios de música en el conservatorio y danza oriental en Egipto. Todos estos cambios sucesivos de centros de interés dan como resultado un quehacer de imágenes esquemáticas, desembarazadas de elementos P accesorios, imágenes que nos traen objetos cotidianos, objetos indicadores de que existimos en un mundo de amaneceres y ocasos, de necesidades elementales; objetos, por lo tanto, de formas ergonómicas y naturales, sobre fondos de hojarasca que les sirven de apoyo terrenal o aéreo. García- Cabanes quiere decir, quiere pintar, y empuja su deseo con unos pinceles que se mueven a la vez con el concimiento que tiene su autora de las formas y sus perfiles convirtiéndolas en objetos reconocibles y a la vez misteriosos, cuya presencia apretada, contenida, plasmada en pequeños formatos, nos transmite la sensación de nuevas realidades. Realidad y abstracción, cotidianeidad e invención. Adolfo Castaño ABC CULTURAL 5

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