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CULTURAL MADRID 10-06-2000 página 25
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CULTURAL MADRID 10-06-2000 página 25

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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ENSAYO La pasión conservadora tación sobre un material historiográ- de la década moderada, con Narváez al ñco ñable. Lo que ocurre es que el autor frente, a la que Seco define nada menos va buscando en las referencias al pa- que como un intento üitegrador Hasado aquellos elementos que avalen su bría que advertir que el Uamado espítesis, como quien escribe el argumento ritu del siglo en versión del espadón de una película, orientando por así de- de Loja incorporaba dosis un tanto excirlo teleológicamente la narración his- cesivas de represión y de intransigen I ícatédrátórica. Los sucesivos episodios üustran cia política, conforme refleja la ConstiiH ideHistola tesis central, confieren solidez a esa rifi ycolaboimagen de una tradición conservadora iMtiorde en la que reside siempre la opción más BIEN trabajado ensayo IL Ü Carlos favorable para la sociedad y la política Seco Serrano sobre la tradición política españolas. Cabe entonces hablar de una (Toledo, tradición, porque los elementos de comconservadora. Seco 1928) ha puplejidad, y por supuesto los que pudieblicado, enran emborronar la representación busSerrano mantiene una tre otras cada, son negados o permanecen fuera notable frescura en su obras, íJsíode campo. Y porque de esa supuesta traria contempo- yectoria histórica emerge la convalidaestilo de exposición y un ránea de Esción de la línea política de centro- derepaña Y Al no menos notable vigor cha que ha acabado por predominar en fansoXiny la crisis de la la transición. El árbol genealógico de la polémico a la hora de Restauración. situación presente queda así dibujado como agente legitimador de la misma, defender su visión de la que es a ñn de cuentas lo que se pide y historia de España se espera de una tradición. El punto de partida de esa tradición contemporánea I tomamos en consideración el marco en que nos movemos, no liberal- conservadora se encontraría en sería un error apostar por este libro la figura de JoveUanos, al definir una como futuro Premio Nacional de En- posición intermedia entre los afrancesayo para el año en curso. Casi octoge- sados y los que serán liberales más exnario, Carlos Seco Serrano conserva tremos en Cádiz. No es una opción erróuna notable frescura en su estüo de ex- nea, si bien hubiera sido pertinente ir posición y un no menos notable vigor más allá de la simple designación, a polémico a la hora de defender su vi- efectos de contrastar el planteamiento sión de la historia de España contempo- jovellanista, y el de otros pensadores liránea: a pesar de los asaltos de una ex- berales que proceden de la época de trema derecha inmovüista y de una iz- Carlos in, con los rasgos que va a asuquierda aquejada de maximalismo, mir el moderantismo. El nivel de las existiría un cauce central, encarnado ideas políticas nunca es el centro del en los dos primeros tercios del siglo XIX análisis de Seco, lo cual tiene una incipor el moderantismo, que culmina en la dencia negativa ya que su propósito es obra de Cánovas del Castillo. Desde el precisamente realzar el valor de una coocaso de la Restauración, esa linea polí- rriente ideológica y de la práctica política sucumbe temporalmente a los asal- tica vinculada a eUa. Tal vez por eso igtos de los extremos, para resurgir a la nora la construcción doctrinal modemuerte del general Franco con el cen- rada que durante el Trienio formula tro de UCD, y con lo que luego ni si- Alberto Lista, enfocando la figura de quiera es preciso nombrar, en el marco Martínez de la Rosa, sobre un telón de de la Monarquía. Un sistema centro fondo en que las pinceladas sobre Fer- resume- afirmado en el civilismo, el de nando VII y el Pretendiente carlista tución de 1845, y no es ociosa la nueva la Restauración canovista, había lo- ofrecen algunos de los mejores momen- referencia a un Donoso Cortés que se grado poner fin al militarismo y a la tos del libro. encuentra en plena deriva hacia la deguerra civü, caliente o fría, de medio siLas anotaciones sucesivas sobre el fensa de la dictadura militar Para el peglo. La guerra civü y el militarismo rea- Estatuto Real sitúan de hecho el fiel de ríodo que sigue, hasta el final del Sexenudados en 1936 habrían de aguardar la balanza muy escorado hacia la dere- nio revolucionario, la historia de los cuarenta años para la reaparición de cha, y de ahí el recurso a citar a Donoso acontecimientos, bien contada, discuun sistema centrista, mediante una Cortés y a considerar al progresismo rre a través del filtro conocido: positivinueva Restauración que acertaría a res- como una manifestación radical, a pe- dad de los intentos de soluciones centablecer definitivamente el civilismo y sar de lo que representa la Constitución tristas, censura del extremismo derea inaugurar en España una auténtica de 1837. El relato prosigue escorado me- chista, y condena de la ruptura democracia Un final feliz que justiflca diante valoraciones positivas hacia los revolucionaria De ese centro fruslos sinsabores del pasado. elementos de orden y olvidos prudentes trado bajo Isabel II procede la figura de Estamos, pues, ante un bien traba- cuando los moderados descubren su es- Cánovas, quien sabemos que es para jado ensayo de elaborar una tradición casa moderación, caso de la famosa cri- Seco el gran estadista gracias al cual el política conservadora. En los últimos sis en que la reina- niña dice haber sido principio integrador echa raíces a lo tiempos, a partir del célebre libro de forzada en su voluntad por Olózaga. De largo de varias décadas en la España Hobsbawm, cuando alguien habla de ahí la valoración abiertamente positiva contemporánea. tradición se piensa iamediatamente en invención de la tradición es decir, en la fabricación de una imagen del pasado utilizando materiales de distinta RAFAEL CHIRBES SOLEDAD PUERTOLAS índole que pueden llegar a ser mitos o La caída de Madrid Adiós a las novias interpretaciones fraudulentas en sentido estricto. No es éste el caso de la 2 edición 3 edición I obra de Seco Serrano, ya que tiene Una gran novela Una deslumbrante j como base una labor de investigación (J. E. Ayala- Dip, El País) colección de relatos- particularmente visible y fecunda cuando entra en juego el carlismo- y ANAGRAMA existe la voluntad de apoyar la interpreCARLOS SECO SERRANO Historia del conservadurismo español Temas de Hoy. Madrid, 2000. SP paginas, 3.200 pcisetas. 10 de junio de 2000 No vale la pena reproducir aquí un debate ya desarrollado en otras ocasiones. La interpretación que proporciona Miguel Artola de la Restauración, mucho más aUá de la ya útü lectura de la Constitución de 1876, no es objeto de la imprescindible discusión, y sin embargo aparecen jóvenes autores revisionistas que aportan su grano de arena a la justificación del caciquismo, porque- dicen- corrupción la había en todas partes y en las ciudades norteamericanas los bosses hacían de las suyas (M. Cabrera) Mal de muchos... Simplemente hay que advertir que la dimensión integradora del canovismo pudo apreciarse escasamente en la política cubana- entre otras- del hombre público malagueño: vencer a costa de derramar ríos de sangre, como afirmó más de una vez, descubre por lo menos una escasa finura de espíritu. Por algo la Reina Regente dijo de él y de Weyler, en plena insurrección de la Isla, que eran los dos hombres nefastos de España Tampoco puede sostenerse a estas alturas que Weyler tenía la guerra ganada en 1897 (págs. 268- 270) ni que el pobre Partido Autonomista cubano se unió a los independentistas de Martí (pág. 265) ni que las fórmulas descentralizadoras de Maura en 1893 y de Cánovas en 1897 puedan recibir la etiqueta de autonomía Cabe leer con cierto margen de libertad los acontecimientos históricos, pero no modificarlos desde el presente. Muerto Cánovas, la narración se acelera y simplifica. Antonio Maura no merece sorprendentemente un puesto en la sucesión de retratos de grandes conservadores. Y la condena de la izquierda revolucionaria en los años 30 se apoya en el libro verdaderamente sensacional de un antiguo precursor de los Grapos, hoy reconvertido a los principios del orden. Como Seco Serrano no se detiene en el luminoso descubrimiento, sólo cabe expresar la inevitable sorpresa. UnfinaldébU para lo que es, a pesar de todas las observaciones críticas mencionadas, un brillante esfuerzo de apuntalamiento historiográfico de la conciencia conservadora en nuestro país. Antonio Elorza ABC CULTURAL 25

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