CULTURAL MADRID 25-03-2000 página 7

LIBROS Poesía completa de Poe ARTÍCULO Libros del siglo: Marcos Ordóñez El gran escritor Rafael Sánchez Ferlosio glosa y elogia en este artículo el libro de Arcadi Espada Raval. Del amor a los niños un documento de excepción sobre la supuesta red de pederastía descubierta en 1997 en el barrio barcelonés. Aquellos hechos, que conmovieron a la opinión pública, han inspirado el testimonio de este periodista Una crónica excepcional (elogio y glosa) Rafael Sánchez Ferlosio I temor es que la actual hipertrofia, la asoladora hegemonía de las obras de ñcción pueda imponer su propio registro de lectura sobre la crónica Raval. Lo peor que podría decirse de ella es Se lee como una novela esa es precisamente la actitud de lectura con que NO hay que leerla. Tiene que ser tomada completamente en serio, porque es, en máximo grado, de interés público, y en uñ sentido mucho más general que el del caso particular que documenta. Podría tal vez describirse como un trabajo de campo de sociología de las instituciones aunque no del tipo estadístico que impone el actual positivismo de la sociología, sino del tipo monográfico, según la gran tradición de Verri, de Manzoni o de Anselm Von Feuerbach (el padre de Ludwig, elfilósofo) Las diferencias están en que los dos primeros se ocuparon de un caso (ambos del mismo) ocurrido casi 200 antes de su tiempo; no así Von Feuerbach, que se ocupó del célebre caso de Kaspar Hauser, en el que incluso tuvo un papel sumamente relevante. Pero mientras Von Feuerbach era un jurista eminente, así como Manzoni un escritor famoso, Arcadi Espada es un periodista, lo cual permite ponderar las muy distintas formas de relacionarse cada uno de ellos con su asunto. La actividad cotidiana, inmediata, cambiante, progresiva, de un periodista como nuestro Espada determina los rasgos particulares de su manera de acceder al caso y de la propia configuración de su trabajo. Las instituciones directamente afectadas por Raval son la policía, el periodismo, la psicología y la judicatura, aunque ésta sólo en la fase de instrucción. La marcha de la obra es un crescendo, pero no, en modo alguno, libremente urdido con poder de demiurgo, como el del autor de ficciones, que determina el todo y lo gobierna al arbitrio de sus leyes constructivas y organizativas, porque aquí no hay Acción. Aquí el crescendo viene de los hechos, del a cada momento imprevisible surgir y desplegarse de los datos ante los ojos de un investigador literalmente arrastrado. Llevado por la nariz, en pos del sucederse de las averiguaciones, aunque, eso sí, perseguidas con la más denodada obstinación de una atención despierta que no decae sino que se recrece en el empeño de no soltar la presa. Así la crónica va a más y a más, porque un empecinamiento tan impávidamente man- 25 de marzo de 2000 ABCUi; rUI VL 7