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CULTURAL MADRID 11-09-1999 página 7
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CULTURAL MADRID 11-09-1999 página 7

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
  • Página7
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LIBROS i Entrevistas a Rosa Regás y Antonio Skármeta LA CULTURA Y LOS PERROS Libros del siglo: Agustín Cerezales Poseíste belleza sin vanidad, fuerza sin crueldad, valor sin insolencia, y todas las virtudes de los hombres sin ninguno de sus defectos Epitafio de Lord Byron a su perro Botswain La literatura ha legado inolvidables figuras de cuatro patas y el eco de ladridos legendarios, desde el soliloquio de Cipión y Berganza de Cervantes al Flush de Virginia Woolf. En homenaje al perro, hoy en la diana de una fobia pasajera, ABC Cultural rastrea la huella de los canes en la vida y la literatura de diez escritores españoles actuales erro Esther Tusquets M I l í haya demasiados perros, atenI l l diendo al número concreto de éstos, sino que hay pocas personas, o no las suficientes, capacitadas para tenerlos. Aparte de la seguridad, compañía y el cambio de mentalidad, la moda juega un papel importante. Se ha puesto de moda tener perro y personas insospechadas, que no saben nada de animales, se lanzan a comprar uno, a regalarlo temerariamente o a aceptarlo como regalo. Alguien debería advertirles, en primer lugar, que tener un perro causa muchas molestias y obliga a muchas limitaciones; y, en segundo lugar, que cuando pasas a ser propietario de un perro has aceptado un pacto que durará quince o dieciséis años, lo que dure la vida del animal. También explicarles que un perro no siempre sigue siendo tan delicioso como un cachorro; que los perros, como todo, crecen y envejecen, y que su vejez puede ser muy desagradable y dura de soportar, lo mismo para ellos que para nosotros. En definitiva, sólo deberíamos tener perros las personas a las que nos gustan de forma desmedida y que sabemos lo que supone tenerlos. El peor resultado de la moda y de quedarse frivolamente un perro es el abandono. En muchas ocasiones se me ha propuesto que escriba algo para remediar el gran número de perros que son abandonados en la ciudad o al borde de las carreteras, en el verano. Resulta que al Ue 11 de septiembre de 1999 El estudio, obra del Equipo Crónica gar esta época mucha gente se da cuenta de que el perro supone un estorbo para el veraneo. Si nunca he escrito sobre este tema ha sido porque creo que no hay nada que decir: a las personas que son capaces de tener un perro y luego abandonarlo, no hay nada que yo pueda argumentarles, ni creo que sea eficaz establecer multas altísimas, que en muy pocos casos podrán hacerse efectivas. Yo y los muchos que piensan como yo nos guardamos muy mucho, eso sí, de tratar con tales gentes y nada en el mundo logrará convencerme de que no son unos irresponsables totales, con los que no hay que ir ni hasta el bar de la esquina. Ante los perros abandonados, no le queda al Ayuntamiento otro recurso que recogerlos, guardarlos unos días por si alguien los reclama o se hace cargo de ellos, y sacrificarlos en caso contrario. Podemos exigir que la recogida, el encierro y el sacrificio sean lo menos dolorosos posible. He mencionado a los gatos y a los pájaros. Sí, conviven con los humanos en las viviendas y pueden ser incluidos entre los animales domésticos, pero a millas de distancia de los perros. Los pájaros son naturaleza enclaustrada; los gatos, naturaleza hecha cercana y controlada (adiestrada incluso) pero un perro, al menos un perro urbano, ya no es naturaleza (aunque conserve ciertos rasgos de la naturaleza, como la conservamos nosotros) sino que ha pasado a ser un hecho cultural. Tal como lo conocemos hoy, en nuestro mundo inmediato, el perro es un invento humano; hemos inventado y creado un híbrido. ABC CULTURAL 7

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