Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
CULTURAL MADRID 13-02-1999 página 20
CULTURAL MADRID 13-02-1999 página 20
Ir a detalle de periódico

CULTURAL MADRID 13-02-1999 página 20

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
  • Página20
Más información

Descripción

ENSAYO Completando a Ortega Emest Gellner. Naaonalismo Traducción de Ferrán Meler. Destino. Barcelona, 1998.192 páginas, 2.400 pesetas. NTE el nacionalismo en sus distintas variantes no cabe sino seguir la recomendación de Spinoza de ni ridiculizar ni lamentar ni detestar, sino tratar de comprender No resulta fácü pues es m tema que nos implica y nos rebasa. La generación de españoles de los 50 años dificilmente pudimos sospechar hace 20 que abandonaríamos en una parte decisiva el máximo presupuesto de nuestra juventud. Efectivamente, ha habido dos instituciones en nuestras vidas: la familia y el Estado, a través de las cuales hemos encontrado nuestro lugar en la sociedad. La pretensión de constituir im grupo homogéneo y exduyente con soberanía política se intensifica a nivel de región. El abandono- parcialdel Estado nación coincide con la intensificación de otras identidades que pretenden cumplir las funciones que en su día asumía el Estado. Por muy fuerte que sea nuestro sentimiento de cosmopolitas europeos, la necesidad de pertenecer a una comunidad más excluyente y más vinculante, que permita mejor la definición del individuo, está tan presente como nunca. En España invertebrada Ortega analizó el problema del nacionalismo regionalista entendiéndolo como la respuesta de van cuerpo social a la falta de ejemplaridad e iniciativa de las minorias selectas. Lo que prestaría unidad a un A cuerpo social sería, por el contrario, la efectividad de éstas al orientar la vida de la sociedad hacia la realización de proyectos de convivencia que se reconocieran como valiosos. Los análisis de Ortega aciertan al poner de manifiesto la unidad de la sociedad como dinámica y en señalar la debUidad de las minorías en la vida española. Pero Emest Gellner completa esta explicación al entender el nacionalismo- de Estado o de región- como un fenómeno propio de la Edad Moderna en la que se ha dado el paso de una sociedad en la que el individuo encuentra una ubicación permanente por herencia a otra en la que lo característico es la movüidad de las personas. Por mucho que se tema su violencia, hay que considerar al hombre masa como un resultado, incluso una víctima de ima nueva forma de convivencia. Es cierto que posee im nivel de consiuno y una autoridad política como nimca se pudo soñar Pero también lo es que padece una vida desarraigada, sin inserción efectiva en ima comunidad. Su incorporación a la vida social se resiente de ello. Estos rasgos se acentúan más en las comunidades más avanzadas, en las que los vínculos de famüia y lugar de nacimiento son profundamente erosionados por las exigencias del mercado de trabajo. El nacionalismo cultural y político constituye una respuesta al Uevar al individuo a sentir que pertenece a una comunidad, y con eUo hace tolerables las exigencias de la nueva forma de vida social. Sus análisis nos permiten ver el primero de los problemas políticos españoles dentro de un contexto más amplio en el que España se presenta como uno de los países mejor preparados para hacer frente a la nueva situación. La propuesta de Gellner nos aleja de la conciencia de que la nación responde a una íntima esencia que llevaríamos dentro y que espera una feliz coyuntura para Uegar a su fruición. Pero al mismo tiempo tampoco es xai fenómeno desdeñable por más que lamentemos sus implicaciones. La comunidad que constituye la nación cultural ha sido la instancia que permite sobreponerse a las penalidades de la nueva vida social. Cristaliza la conciencia de una comunidad histórica, administrativa, cultural y geográfica que legitima la autoridad política. No aporta Gellner soluciones para hacer frente a la erosión del mundo moderno ni contempla la crisis del nacionalismo que supone la extensión de la condición multiciñtural pero acierta a alumbrar al menos una causa de un mal con precisión y buen conocimiento histórico. Jaime de Salas De númenes y dioses Luis Cenoiilo. Historia sistémica de los dioses Ediciones Fundación. Madrid, 1998. 501 páginas, 3.500 pesetas. EALIZAR una historia sistémica de los dioses reúne las ventajas y los inconvenientes de ambas categorías, etnocéntricas cuando se toman en sentido fuerte: la historia porque implica la idea de xm progreso (en este caso aplicado a las religiones o formas de tratar con lo sagrado y el sistema porque presupone la posibilidad de inventariar las nociones (en este caso los dioses, númenes y formas de nombrar la energía cósmica o lo Absoluto) y subsumirlas bajo categorías que, de fimciones analíticas, llegan a convertirse en valores antropológicos. Luis Concillo no parece reparar en que cae de esta forma en aqueUa misma ingenuidad etnocéntrica de la que acusa a los investigadores en materia de Füosofía de la Religión. La idea de sistematización del autor es la de enmarcar la historia de lo religioso en una serie de distinciones, a su juicio fundamentales, como la que existe enfre los conceptos de numen y dios, o entre los sistemas de realidad y los sistemas de poderes, de valores o de posibüidades o, aun, enfre la religión y aquello que no lo es: las mandas, el profetismo, la magia, la mística, las mitologías, etc. El proyecto podría haber resultado de interés si en su desarrollo no aparecieran estas distinciones como el frustrante soporte de un muesfrario enciclopédico que se presta a confusión. Valgan los siguientes ejemplos del ca 20 ABC CULTURAL R pítulo dedicado a la India: El Hinduismo partió de la docfrina védica, condensada en el Brhahavadgita (obra épico- reñexiva y teológica que consiste en un diálogo enfre el héroe Arjuna y su auriga, el a m b o Krishna, y fraidor a Arjuna, en cuyos razonamientos sobre el destino y la libertad confluyen doctrinas del Samkyá y del Vedánta) El ¿ambiguo? dios Krsna, que de fraidor no tiene nada, es quien, en el Bhagavadgitá (el tal Brhahavadgita debe ser resultado de una exfraña simbiosis entre el Brhadáranyaka üpanisad y el Bkagavoí itá) le procura al angustiado Arjuna, en el campo de batalla, la enseñanza de la doctrina del Samkhaya y del bhuddi yoga. El texto se sitúa entre el siglo V y el n a. C; la escuela del Vedánta, propiamente dicha, data del siglo VEI. La divinidad es en la India la esencia sin dualidad: adwaita, aunque no sin relaciones: wishishtádiuaita... Esto sólo sería cierto en el sistema de Ramánuja (Visistáidvaita- Vedánta) no en el Advaita de Sankara. Pero el autor prescinde de las referencias a las escuelas o sistemas autóctonos, dado que su sistema es reacio a inclmr las fuentes de pensamiento a pesar de que éstas determinen, en India, lo religioso. También nos preguntamos por qué el autor utüiza diferente grafía para la misma lefra sánscrita, por ejemplo en las palabras Siva y Sakti, a las que reproduce como Shiva (grafía anglosajona) y Qakti (francesa) y utüiza también la f para franscribfr ofra lefra distinta (gakra) Podríamos pensar que estas imprecisiones no son relevantes en una obra de la envergadura de la presente, si no fuese porque, al multiplicarse, son indicio para sospechar que la obra se ha elaborado juntando retales de las fuentes utüizadas, a veces con más acierto y ofras con menos. ¿Puede acaso suplfrse la comprensión de la esfructura interna de un sistema mítico o religioso con la profusa alineación de sus elementos? ¿A qué se reduce la objetividad cuando ésta no va acompañada de la visión comprensiva que dispondrá estos elementos de tal manera que pueda contemplarse en su conjimto la articulación que dio sentido al tmiverso de una determinada sociedad? ¿Aplicaremos el concepto de sistema a la ubicación de los datos denfro de irnos cuadros clasificatorios hechos a la medida del investigador antes que a la coherencia significativa de los mismos denfro de la cultura a la que pertenecen? Y seamos prácticos: cualquier párrafo de la Historia de las Religiones de Mircea Elíade nos abre un horizonte más enriquecedor que la lectura de medio centenar de páginas como las de im Tratado como éste. Chantal Maillard 13 de febrero de 1999

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.