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CULTURAL MADRID 10-12-1998 página 37
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CULTURAL MADRID 10-12-1998 página 37

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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ABC Cultural William Gongdon: pintura deliberadamente religiosa ILLIAM Congdon llegó a ser un miembro activo y relevante de la llamada Escuela de Nueva York en los años 50 y 60. Junto con Rotliko, Pollock, Cliford Still y Motherwell, Congdon fue uno de los activos y reconocidos practicantes del expresionismo abstracto americano. De hecho, entre 1949 y 1967 presentó ocho exposiciones individuales en la Betty Parsons Gallery, en 1950 fue incluido en una muestra de pintores americanos contemporáneos, en el Metropolitan Museum de Nueva York, y al año siguiente participó en la colectiva Six American Painters en el Institute of Contemporary Art de Boston. No puede decirse pues que se trate de un artista desconocido. Y sin embargo, William Congdon, teniendo al alcance de sus manos el reconocimiento internacional y el triunfo como pintor. W Sala de la Comunidad de Madrid. Madrid Plaza de España, 8 Del 11 de diciembre al 14 de febrero mal del expresionismo abstracto americano. En 1950 Congdon resumía telegráficamente su trabajo para un cuestionario de la revista L fe del siguiente modo: 1. Artista americano en Italia; 2. Un paso hacia Pollock; 3. El arte señala el camino hacia la redención; 4. Redención del puritano; 5. Uso creativo de la psiquiatría Por eso, lo que le separará del expresionismo abstracto, cuando éste arribe- de la mano de Ciement Greenberg- a un deliberado formalismo, no será tanto su fidelidad a la figuración, sino más William Congdon pinta crucifijos que son en realidad manchas blanquecinas, como una llama de luz, sobre fondos oscuros. Cuando la iconografía religiosa parece haberse estancado en la producción también industrial de imágenes piadosas estandarizadas, que se venden por docenas en las tiendas especializadas, la intención de Congdon no es en absoluto la de renovar la iconografía religiosa, sirviéndose del nuevo lenguaje plástico del expresionismo abstracto, sino más bien la de expresar lo religioso mismo, el misterio de la redención, como obra de arte. ¿Puede el arte entonces expresar lo divino? Lo divino mismo siempre fue reacio a dejarse expresar en forma artística sensible, por más que todo arte sea en su origen una forma de esta ex- j. f r- ifc H- hr W t J í Debajo, Samara n 12 (1955) A la derecha, (Corrida) Toro 5 (1970) decide retirarse del gran mundo de las galerías y de la crítica, y se dedica a viajar, refugiándose, de modo más o menos estable en Italia. Debido a su rechazo a la creciente mercantilización del arte y siendo heredero, como era, de una adinerada familia de Nueva Inglaterra (lo que le permite vivir sin tener que exponer o vender sus cuadros) Congdon desaparece en cierto modo del panorama internacional de la pintura, lo que le lleva a convertirse, en los últimos treinta años, en un autor olvidado y casi desconocido. Podríamos decir que toda su obra se ve marcada por dos acontecimientos fundamentales: la experiencia de la guerra, en la que participa como camillero voluntario, en las batallas de El Alamein, Monte Casino y en la liberación del campo de concentración alemán de Bergen Belsen; y, por otra parte, su conversión al catolicismo, que tiene lugar en 1959, en la ciudad italiana de Asís. De este modo toda su pintura se caracteriza fundamentalmente por una aguda percepción del sufrimiento humano y por un hondo sentimiento de compasión y de solidaridad religiosa, que encuentra su mejor modo de expresión en el lenguaje torio de diciembre de 1998 bien su fe romántica en la posibilidad de redención mediante el arte. El suyo quiere seguir siendo un arte emocional, un arte sentimental, un arte desgarrado; en suma, un arte religioso: algo que se pueda percibir de ptro modo que no sea con los ojos de lo meramente sensible. En marzo de 1956 toma apuntes sobre una mujer que lleva a doce niños ciegos a ver el Panteón de Roma. Allí los niños se desplazan, como en un ballet, con los brazos abiertos, a palpar las superficies de la piedra. En una carta a su prima Isabella, escribe: Sentí que se llevaban una idea del Panteón mucho más real que los miles de turistas cotidianos Así su pintura se convierte, cada vez más, en una pintura deliberadamente religiosa, en la que aparecen temas como el del crucifijo, Pentecostés, la virgen María, la conversión de Pablo, etc. En 1960 escribe en una carta: siento que actualmente reina en el corazón de los hombres una confusión tal que casi no se busca ya un contenido espiritual, mientras que se rebuscan finuras estéticas. De modo que el arte religioso es para mí una renovación ¿Es posible todavía un arte verdaderamente religioso? presión. Si lo pensamos bien, fue esta dificultad la que llevó a Hegel a pronosticar la muerte del arte. En la convicción de que lo sagrado mismo que el arte expresa no sólo no se deja reducir a una forma estético sensible, sino que además tampoco es ya posible venerar lo divino mismo en su representación artística. Por eso afirma Hegel en las Lecciones de Estética que el arte es para nosotros algo del pasado, ya no podemos venerar y adorar las obras de arte como tocadas por la divinidad pues lo determinante para la cultura más reflexiva de la vida actual son leyes, deberes, derechos y máximas universales Es en cualquier caso un verdadero lujo que la primera retrospectiva de William Congdon, fallecido en abril de este mismo año, se celebre en España. Por ese motivo debemos felicitar a los responsables de la sala de la Comunidad de Madrid, al Comisario de la Exposicón, Fred Licht, y a todos los que han participado tanto en su organización como en la realización del excelente catálogo que la acompaña. MIGUEL CERECEDA 37

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