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CULTURAL MADRID 03-12-1998 página 16
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CULTURAL MADRID 03-12-1998 página 16

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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ABC Cultural K 1 H i h F y j r h Narrativa i E V h r -T í. a- H V A- -iS -4 f íWi t- fTt T. B cuento del cortador de bambú Edición y traducción de Kayoko Takagi Trotta. Madrid, 1998. 116 páginas, 1.000 pesetas f- í P I rJ fS 1 y- x píificados y abstraídos de su contenido semántico- L Taketorí monogatarí o Cuento del cortador de bambú es el primer texto en original, dieroi lugar a la escritura silábica kana, prosa narrativa escrito en japonés de que se tiene más flexible y adecuada para ia expresión japonoticia y, según Murasaki Shikibu (siglo XI) la au- nesa. No obstante, la lengua erudita siguió siendo taa de la obra cumbre del género, el Cuento de el chino, utilizado por los hombres de la alta socieGeni es el arquetipo y padre de todos los mono- dad y los monjes budistas que recibían formación gatarí Data probablemente definalesdel siglo IX, en el inmenso país v ino. El florecimiento de la licaí lo que marca el inicio del género narrativo mo- teratura autóctona se produjo, pues, a través de ta nogatarí, que se distingue del resto de la literatura e ritura kana, también llanada escritura de mujaponesa de la época no sólo por su temática (le- jeres por ser la que utilizaban principalmente las damas de la corte. Ellas fueron quienes más cultiyendas o historias inspiradas en hechos reales) varon el género monogatarí durante todo el pesino por la lengua auíócíona utilizada y su escritura kana) a diferencia de los textos más eruditos riodo ciá c 0 de la literatura y las artes japoneescritos en chino. Como explica Tayoko Takagi en sas, correspondiente a la era Heian (siglos Vlll- Xli) hasta el siglo XV. Sin embargo, la influencia de la su extensa e interesante presentación, no hay constancia de que existiera una escritura japonesa tradición china en el Cuento del cortador de bambú y la abundancia de juegos cultos de palaanterior siglo V, en que se introdujeron los caracteres chinos; éstos, a vez, Quizados, simbras hacen pensar qye probablemente fue escrito T L- r i i r n V O J VF I 1- I por un hombre, aunque nada se sabe de! autor. -B Taketorí monogatarí nos cuenta la histaia de un ser sobrenatural la delicada y deslumbraite princesa Kaguyahime, que, desten ada de la luna, aparece en el mundo humano, donde es recogida y criada con amor por un humilde cortador de banbú y su mujer. La fabulosa belleza de Kaguyahime llega a oídos de varios varones de la nobleza, que se enamoran perdidamente de ella sin llegar a veria, cano mandaba el tabú de la época, y la cortejan incansablemaite durante años. Para zanja la cuestión, la princesa impele a cada uno, como condición para obtener su mano, una empresa imposible. Inicialmente, tales requisitos tienen la supuesta finalidad de demostrar cuál de los pretendientes es el que alberga los sentimientos más profundos hacia ella, actitud sin duda impensable en la época, luego se revela que. pa piedad filial, Kaguyahíme no tiene intención de separarse jamás de sus padres adoptivos, ni siquiera cuando su fama llega a c dos del emperada, que manifiesta el deseo de tomarla como concubina; pero al avanzar la historia hacia su fin, se descubre la verdad: la princesa pertenece ai mundo sereno, puro y cristalino de los inmotales de la luna, yíl íi debevolver. -F t 1 El tema de la relación entre seres sobrenaturales y humanos, con los beneficios y la felicidad que aporta el hada al hombre que la respeta, las calamidades que acaecen a quien trata de transgredir los ine fltables tabúes y el regreso del hada a su propio mundo aparece prácticamente en te) das las culturas y todas las épocas (véase, por ejemplo, la leyenda de Melusina) -Pero, en este caso, los ardides y aventuras de los obstinados pretendientes, de contenido moral y satírico a la vez, son secundarias respecto a la historia iniciatica de la rebelde Kaguyahíme, que, nacida en una sección de bambú y criada entre los humanos, parece ir descubriendo poco a poco su verdadera identidad y conformándose, no sin dolor, a su luminosa naturaleza La figura del emperador enamorado, que aparece primero como un hombre c richoso y acostumbrado a ver satisfechos sus deseos, regresa luego, esfumada la ilusión, a su función de nexo entre el mundo humano y el mundo divino, dando pie además a una bonita justificación del humo que brota de la cima del monte Fuji. La iuna vista como un frío paraíso de pureza y de eternidad es un elemento de clara inspiración china, búdicamente contrapuesto al mundo terrenal, ccn su agitación, sus pasiones, sus ambiciones y su dolor; un mundo de fugacidad y desencanto en el que prefieren permanecer los personajes mortales, pese al sufrimiento que implica. Siendo muy breve, el Taketorí monogatarí contiene abundantes recursos temáticos y, sobre todo, estilísticos (juegos de palabras, poemas intercalados... que sin duda dificultan su traducción y la hacen especialmente meritoria. La edición consta de una buena introducción y abundantes notas que, lejos de entorpecer la lectura, ayudan a comprender y saborear este primer monogatarí que todo japonés lee por lo menos una vez en su vida. ANNE- HÉLÉNE SUAREZ 16 3 de diciembre de 1998

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