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CULTURAL MADRID 17-07-1998 página 18
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CULTURAL MADRID 17-07-1998 página 18

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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ABC literario José Antonio Muñoz Rojas, en su tiempo SIEMPRE he sentido cerca a Machado, me sentía coetáneo suyo. En cierta forma es alguien con quien compartí vida, tiempo, historia. Para mí, Machado ha sido el poeta más formativo. Poéticamente me siento expresado por Antonio Machado. Me lo sé de memoria y nunca deja de acompañarme desde que estaba en el colegio. Encerrado por las noches escribía. Bueno, pensaba lo que por la mañana iba a escribir, porque allí estaba a oscuras y no había manera de ver las letras Los años treinta. Inglaterra. Lector en Cambridge. Conoce en Londres aT. S. Eliot, portador de una carta de Marichalar para el gran poeta. Lo conoce el 3 de julio del 36. El futuro de España se adivinaba trágico. Se presentía, se adivinaba, se mascaba no dramático sino trágico Se cumplió el presentimiento, y vino la guerra, el viento envenenado de la guerra que se llevó vidas, inocencias, ilusiones. Una gran hoguera que Muñoz Rojas vivió en parte en Inglaterra. Etapa formativa por eí trabajo que allí realizaba, pero tan trágica Y después la Gran Guerra, España de nuevo. Muchos años trabajando en el Banco de Urquijo con Juan Liado simultaneando Economía y Humanidades a través de la Sección de Publicaciones. El largo peregrinaje de la vida y ios libros. La vida es una reiteración dice, ya no recuerdo en cuál libro. ¿Y la literatura, se escribe siempre el mismo libro? Contesta rápido y sin dudas Muñoz Rojas, que manosea un clínex y vuelve a orientar las gafas sobre la mesa, por ver si el interrogatorio cesa ya. Desgraciado el que no se repite. Todos nos repetimos. La repetición es una seña de identidad. Y no se trata de fidelidad a obsesiones, no son obsesiones. Es necesidad de expresarse, necesidad no racional ni programada Aparte curas, monjas y frailes había alrededor de la religión muchos personajes de menor cuantía reza en La gran musaraña ¿Ocurre lo mismo en la literatura? De nuevo la risa, las carjadas tenues y aspiradas, el movimiento hacia atrás de la cabeza y el ju go de mano de las manos: Eso siempre. Los de menor cuantía somos legión Se pone algo más serio: Cuidado, legión, pero necesarios, es una menor cuantía muy respetable. Ella es la que crea el ambiente general para que luego se produzcan las grandes figuras Lo mira todo con la distancia de la sabiduría Muñoz Rojas. Dicen que a cierta edad leer poesía no es fácil. Y él lo confirma con la voz serena de los años. Se necesita un cierto estado de espíritu, tanto para escribirla como para leerla, la poesía. Hay que tener un cierto sentir. No se puede hacer en cualquier momento, y con los años las neuronas se rebelan, funcionan cuando quieren y como quieren Recordamos no sé bien por qué a Dionisio Ridruejo. Dice José Antonio que era un sarmiento de su tierra y yo le pregunto si él, Muñoz Rojas, es un sarmiento, un fruto de la suya, de su tierra. Yo me siento muy enraizado en mi tierra. Hay muchas cosas andaluzas que no comparto, muchísimas que sí. Mi familia ha vivido aquí durante generaciones y yo no puedo ser más que un producto de ese hecho ¡rrenunciable ¿Y de un tiempo, se es hijo de un tiempo? Sonríe. Mi tiempo ha sido tan largo que ya no sé cuál es mi tiempo. He sobrepasado mi límite. A partir de ese límite se sobrevive y si uno encuentra a algún amigo que 17 dejuHodel 998 plagado la techumbre de nidos de barro. Entra Marilu, la mujer de José Antonio, que casa con la elegancia del lugar. Saluda a Ballesteros y discreta desaparece por el patio que hay a nuestra espalda. Lo cierto es que cuando sentimos que lo vivo, lo actuante en nosotros, tiene necesidad de expresarse, siempre lo hace por la voz del poeta coetáneo. Y es que no en balde se comparte el tiempo Es una reflexión de Amigos y maestros referida a Antonio Machado. Machado es la voz en la que siempre quiso mirarse. El poeta más formativo Siempre he sentido cerca a Machado, me sentía coetáneo suyo. En cierta forma es alguien con quien compartí vida, tiempo, historia. Para mí, Machado ha sido el poeta máximo. El más formativo. Poéticamente me siento expresado por Antonio Machado. Me ha servido y me sigue sirviendo. Me lo sé de memoria y nunca deja de acompañarme Medita antes de mencionar a Juan Ramón como su otro faro poético. Aunque de una manera absolutamente distinta. A pesar de no haberlo conocido físicamente. Machado ha sido mi amigo. Con nadie he tenido una amistad semejante. La amistad, las amistades han diso importantes en mi vida. Es otra dádiva de la poesía Vamos trasegando el agua de la jarra. Un perro claro, labrador, estremece el hocico y los párpados en medio de su sueño. La mañana nos pasa y yo continúo ofreciéndole al escritor pasajes de su propia obra: Por la poesía vivo con algún equilibrio, porque tal combate me permite luego un reposo y hasta una sonrisa ¿La poesía un refugio, una terapia, una religión? ¿La poesía un combate? le pregunto. De todo eso tiene. De todo eso ha tenido para mí. Lo que pasa es que una cosa es lo que sea para ti y otra cosa lo que tú le des, le puedas dar a la poesía, a los demás. Más que nada, la poesía es una necesidad. Yo no soy un poeta caudaloso. He tenido largos paréntesis en mi escritura. Pero cuando he tenido necesidad, a veces casi física, de. escribir he dado todo lo que tenía. He tenido esa necesidad también sobrevive tiene uno la sensación de que se encuentra con un fantasma. Soy hijo de mi tiempo, pero mi tiempo no es este tiempo Caminamos por los patios, nos miran pasar los perros y vamos camino de la biblioteca. Allí, José Antonio Muñoz Rojas, entre códices e incunables, coge en sus manos un busto que lo reproduce en madera, y por un momento es como si tuviese su propia cabeza entre las manos. La coloca sobre una mesa y la observa con detenimiento, le pasa la mano por la frente, por el rayo de luz que llega desde la ventana. Caminamos entre libros y allí me dice que sin Manuel Borras no habría publicado nada hace años. Le guarda cariño a su editor. Lo más gris posible Salimos de la vivienda. Uno de los perros nos da escolta, anda calmado y mira con aburrimiento a los caballos. Muñoz Rojas nos pone al día de sus nombres, que siguen el esctricto orden alfabético de las grandes estirpes: El Cauche El Desaire El Euro Observa cómo me guardo la grabadora en el bolsillo de la camisa y me comenta: Eso que llevas ahí, la entrevista, la deberías hacer lo más gris posible No quiere relumbres ni alharacas. Sólo ama la poesía, no su parafernalia. Nos acompaña hasta el coche. Abraza a Rafael y vuelve a palmearme la espalda. Me pregunta la edad, igual que hace años. Y todavía le quedan ánimo y cortesía suficientes como para darme las gracias por la tortura a ¡a que lo acabo de someter. Se dirige hacia el interior de la Casería. De gris sólo me cabe poner su indumentaria, la camisa ligera y los pantalones a juego. Ninguna grisura cabe en la poesía limpia. El coche rumia las piedras sueltas del camino que ahora descendemos. El calor se levanta del campo y el verde de los girasoles se adivina tibio, caliente como una piel humana. La cúpula del cielo sigue neblinosa, como si un ejército de aviones la hubiera empañado con su rastro. La carretera se abre ante mí. Al lado del corazón llevo encerrada la voz de un poeta. Antonio SOLER 18 MI tiem po ha sido tan largo que ya no sé cuál es mi tiempo. He sobrepasado mi límite. A partir de ese límite se sobrevive y si uno encuentra a algún amigo que también sobrevive tiene uno la sensación de que se encuentra con un fantasma. Soy hijo de mi tiempo, pero mi tiempo no es este tiempo

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