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CULTURAL MADRID 05-06-1998 página 42
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CULTURAL MADRID 05-06-1998 página 42

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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A B C de las artes 5 de junio de 1998 DIS BERLÍN CONVERSA CON qUICQ RIVAS 00 OEL ARTE ES TENEBROSO Quico Rivas, de 45 años, es un prolífico escritor de arte, parte esencial en el triunfo de la joven pintura española en los años 80. Un provocador refractario- que sucumbe a la memoria- y contempla ahora con incendiaria ironía la ascensión de alguna bohemia. Dis Berlín roza los 40 y es uno de aquellos jóvenes que buscaban un refugio en el Madrid de los primeros años de la pasada década, vivieron ferozmente y, ahora, reciben el jubileo con una exposición antológica. Defensor de la pintura- incluso de la pintura de casitas como le critica su viejo protector- defiende el orden, la ternura y la metafísica- él mismo parece un metafísico italiano- Quico Rivas, que es autor de una monumental biografía inédita de Pedro Luis de Gálvez, declara la guerra a todo y parece que le sale de dentro la voz de aquel poeta de pistola en cinto. Pasados los años, Berlin, temeroso, acepta encontrarse con él que pudieran comprar otro, se organizó una subasta en la galería Buades. Recuerdo que diseñé el folletito y Quico fue el subastador... Q. R. ¡El speaker! D. B. Yo envié una obra enorme que Quico no dio pie a que hubiera mucha puja por ella porque se la quería quedar, y de hecho, no la pagó. Y así comenzó como marchante mío, con el pie un poco torcido. Después el pie se enderezó cuando viste mis carpetas en casa de Juan Manuel Bonet y decidiste ponerlas a la venta entre amigos. Q. R. Es que fui un propagandista de Dis Berlin y tu primer marchante, tu apoderado. D. B. Y además representabas a Miguel Ángel Campano, por lo que creí que estaba en manos de un marchante poderosísimo. Mi segunda exposición en Madrid, después de la primera, que fue una cosa... Q. R. En la librería Antonio Machado... D. B. Allí, por cierto, no vendí a penas, pero puedo presumir de que dos de las obras me las compraron Alcolea y Quejido. Allí estaba la créme de Madrid. A parte de Juan Manuel, de ti, de Quejido y Alcolea, estaban los Futura, gente como Brea... un público muy selecto. Y el director de la galería, Pablo Sycet. Luego expuse en Buades, en 1983, que era el mito de las galerías. Q. R. ¿Y quién te llevó allí, Mariano? D. B. Ahí estás tú. Q. R. ¿Y dónde me lo llevé para que preparara esa exposición? A Formentor. D. B. A un pedazo de casa en una bahía frente al Hotel Formentor, con muelle y lancha, con cuadros de Cossío, montones de discos de música clásica... Q. R. La canción del verano era de Patty Bravo, Loca yo estoy Y pintabas yates. D. B. En 1982 yo tenía una ilusión un poco absurda, que era enrolarme en un barco mercante. Pensaba viajar a Buenos Aires y conocer a Borges, pero me fui a Barcelona, donde me dijeron que ya no se contrataba a nadie, que ese mercado de marineros estaba en Atenas. Ahí se quedó mi sueño. Y gracias a la ayuda de Quico y de Cristina Ruarte, que era entonces su mujer, me quedé en Madrid tras mi exposición de Buades. Quico me quiso meter en un piso con Alberto García Alix que era como la casa del fin del mundo. L LEVO en coche a El Viajero Inmóvil (Mariano, Dis Berlin) liasta las faldas del Guadarrama un sábado por la tarde a la llora incógnita en que el tiempo parece derretirse. Teme que nuestro desconocimiento sobre el personaje con el que se ha citado- o nuestra inconsciencia- haya propiciado este encuentro francamente surrealista, y algo televisivo. Si la montaña no viene, yo voy a la montaña reconoce resignado El Viajero Inmóvil, ya en movimiento. La montaña es Quico Rivas. Esperamos en el bar de un pueblo de veraneantes y chalets. Sucede algo premonitorio que nos alarma; el reloj del bar no tiene manecillas... Sin saber cómo, Dis Berlin está hablando frente a Quico Rivas. Dis Berlin. ...estábamos en la casa de la calle Mayor, salimos sobre las ocho de la tarde, enfilamos por la calle Arenal hacia abajo, y en la Plaza de Oriente nos quedamos un rato mirando la ciudad al otro lado del río, llena de lucecitas. Recuerdo que bajando la Cuesta de la Vega me dijiste que por aquí había nacido Gómez de la Serna y me entró un escalofrío por la espalda... y recuerdo que nos sentamos a la sombra del Viaducto... Quico Rivas. Te veo melancólico. D. B. Como todas las personas tengo también ese registro. Me veo más en la euforia que en la melancolía... Q. R. ¿Y qué motivos de euforia tienes ahora mismo? D. B. Estoy preocupado porque no creo que éste sea un buen momento ni para la cultura ni para el arte. Pero en cualquier caso, hay que aspirar a que vuelvan ios bue 42 nos momentos. Y los buenos momentos volverán cuando haya tranquilidad. Q. R. Caballero, el mundo va cada vez más rápido. D. B. Yo voy entonces en la otra dirección. Q. R. Vas a contracorriente. El mundo va por un lado y tú vas por otro. D. B. Pues sí. Ya sé que no tengo nada que ver con nada. Digamos que estoy en el limbo. Y soy así desde pequeño. A ti quizá te haya gustado incidir siempre en el lado oscuro de las cosas. Q. R. Mi animal siempre ha sido el quebrantahuesos, que no busca la carroña, sino la médula del hueso. Cuando los veía sobrevolar por mi pueblo me aterrorizaba. Lanzan los huesos desde lo alto para astillarlos y comerse la médula. Es una especie en extinción. (Dis Berlín reconoce un cuadro de Carlos Alcolea en la pared) D. B. A Las Chinas le habían robado el equipo de sonido y, para Caros y soberbios o R. Por cierto, que ahora se produce el jubileo de los dos. Algo querrá decir. D. B. Yo tenía 23 años y lo importante no era pintar, sino vivir. Eso sí, quería crearme un mundo, y lo sacaba de una especie de Arcadia... (Deja de llover y sale el sol. Francisco Rivas le hace reparar a Dis Berlin en este hecho y propone continuar en el jardín) Q. R. Lo importante de la pintura de Mariano es el lujo. D. B. Yo nunca he conocido el lujo. Q. R. ¿Pero por qué, Mariano, la pintura no va a ser un lujo si tú disfrutas con la pintura? D. B. El lujo es algo que te transporta fuera de la realidad... No creo que este sea un buen momento ni para la cultura ni para el arte... hay que aspirar a que vuelvan los buenos momentos, y volverán cuando haya tranquilidad dice Dis Berlin

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